1. Confundirte con el tamaño
No todos los rizadores son iguales. Según los rizos que quieras y tu tipo de pelo, así tendrá que ser el cilindro del rizador. Si tienes el pelo corto, deberás usar uno más pequeño (2 cm. aprox.) y con él lograrás bucles de menor grosor. Si es largo, más grueso (3,5-4 cm. aprox.) obteniendo así tirabuzones de mayor tamaño. Y si lo tuyo son las ondas surferas, elige un cilindro de 5 cm.

2. Rizar mechones muy grandes
Si rizas mechones muy abundantes, corres el riesgo de dejarte zonas lisas o focalizarte en algunas zonas de la melena. Para que el rizado sea perfecto, separa tu melena en pequeñas secciones sujetándolas con horquillas o pinzas. Lo más fácil es empezar por las capas de más abajo (las que están cerca del cuello) para ir subiendo hacia la coronilla.

3. Usar demasiado calor
Usa solo el calor que necesites para rizar tu cabello, no más. Así evitarás futuros daños. Si tienes el cabello fino o frágil, usa la temperatura más baja del rizador. Sobra decir que antes de comprarte un rizador, te asegures de que tenga diferentes temperaturas. Evita los que solo disponen de dos posiciones: on y off. Tampoco mantengas tu pelo en el cilindro más tiempo del necesario, algunas veces, de 5 a 10 segundos es suficiente. Prueba con un calor bajo y rizados rápidos para conseguir la temperatura adecuada que dañe lo menos posible tu pelo.

4. Rizar en la dirección incorrecta
Para enmarcar tu rostro, el rizo no debe ir hacia la cara sino hacia afuera. Cuando estés con el lado derecho, riza hacia la derecha. Cuando te pongas con el izquierdo, hacia la izquierda.

5. Rizar el pelo mojado
Es más fácil dañar el pelo cuando está mojado. Antes de rizar tu melena, sécala completamente (no vale dejarla húmeda). Hay quien cree que los rizos quedan mejor cuando ha pasado tiempo desde que te lavaste el pelo y no inmediatamente después. Lo ideal es que pruebes hasta que des con lo que te funcione.