1. Acondiciona muy bien tu cabello. Es importante que no te saltes este paso siempre que te laves la cabeza, así como que le apliques una mascarilla (dejándola actuar los minutos que aconseje el fabricante) una vez a la semana. Además, compensarás los daños que provoca la decoloración si pides a tu colorista que aplique aceite capilar en el momento de darte el tinte. “Como la coloración abre la fibra capilar, si la juntamos con un producto oleoso conseguiremos que ambos se introduzcan en el núcleo del cabello, minimizando la sequedad del mismo”, explica Luis Miguel Vecina, creativo colorista de Coolday. Después, hidrata con un cosmético que contenga proteínas. ¿Por qué? El cabello está compuesto, en gran medida, por queratina, que es una proteína. Durante la decoloración se pierden muchas de ellas, por lo que hay que reemplazarlas con ayuda de un cosmético que las incluya en su composición.
  2. Utiliza un producto que mantenga el tono. Nueve de cada diez española se han teñido total o parcialmente en alguna ocasión, eligiendo el 41% de ellas el tono rubio, según datos de L'Oréal Professionnel. Mantenerlo intacto en verano no es tarea fácil, ya que el color de las piscinas hace que vire a un color verde y el exceso de rayos solares lo puede volver pajizo. Productos capilares que contengan pigmentos morados, como la mascarilla de La Mota (29 €), son la solución para mantener el aspecto frío. Eso sí, no debes usar ni el champú ni la mascarilla de pigmentos cada vez que te laves la cabeza, sino a modo de refresco o corres el riesgo de acabar con el tono violáceo que lucen muchas abuelas.
  3. Protege tu pelo del sol como haces con tu piel. A estas alturas a nadie se le ocurre tumbarse en la toalla sin haberse aplicado antes protección solar en rostro y cuerpo, pero ¿qué pasa con el cabello? ¡También necesita ponerse a salvo de los rayos UV! Los productos protectores pueden venir en diversas texturas: “las leches se absorben bien, por lo que se aprovechan todos los nutrientes y activos específicos que contiene para reparar, hidratar y proteger; los aceites, sin embargo, no son los más efectivos, ya que se depositan en la superficie pero no penetran realmente para nutrir”, nos cuenta Lydia Madrid, técnico de Davines España. En cuanto a la aplicación, “puede ser en húmedo o en seco, pero nunca en mojado, ya que el pelo no absorberá debidamente el producto al estar saturado de agua. Además, es muy importante aplicar el protector cada vez que salgas del agua y/o pasadas unas dos horas, para mantener así su efectividad”, añade.
  4. No te olvides de los cuidados 'aftersun'. Durante el verano el cabello es agredido por diversos factores externos, como sol, cloro o salitre. El secreto para minimizar esos daños es una rutina capilar adecuada. “Elige un champú sin sulfatos ni siliconas, que respete el equilibrio cutáneo y puedas usar con frecuencia (en verano se recomienda lavar a diario el cabello sometido a la sal o al cloro). Los sulfatos resecan el cabello y lo hacen menos manejable, aumentando los daños causados por la decoloración y, además, arrastran el color rápidamente, irritan el cuero cabelludo, e incluso pueden generar grasa. Las siliconas se adhieren a la fibra capilar, ensuciando de manera acumulativa y modificando su tono”, explica Claudia di Paolo, beauty hunter y propietaria de Claudia di Paolo Shop. Después conviene el uso (y el abuso) de tratamientos hidratantes a diario y utilizar, al menos una vez a la semana, una mascarilla específica para cabellos coloreados.
  5. Usa la toalla correctamente. El cabello decolorado es mucho más frágil, por lo que debes tener cuidado a la hora de secarlo con la toalla y no frotarla vigorosamente para quitar la humedad, o corres el riesgo de que se rompa. Los expertos aconsejan usar siempre una toalla de buen algodón y buen gramaje. Los pasos a seguir son: enrollar la melena en ella, sin retorcerla demasiado y siempre sin frotar, y esperar unos diez minutos a que haya absorbido gran parte de agua.
  6. No escatimes en mimos. Antes de decolorarte debes saber que dar ese paso conlleva unos cuidados extra, tanto en casa como en el salón, por los que antes no tenías que preocuparte. Por tanto, es importantísimo que inviertas en productos de buena calidad, específicos para tu 'nuevo' estatus capilar. Además, te adelantamos que tendrás que retocarte el tono cada tres semanas o un mes, dependiendo del crecimiento y de lo exquisita que seas con el tema raíces, y que es aconsejable que te realices un tratamiento profesional que calme y regenere -nos gusta Crème Aux Fleurs de Leonor Greyl HairSpa (a partir de 100 €), situado dentro del salón de peluquería Maison Eduardo Sánchez- a la vuelta de vacaciones.