El doctor Germán Delgado de Svenson afirma que el tabaco afecta a la piel y, por lo tanto, también al cabello (recuerda que el cuero cabelludo sigue siendo piel). “Se trata de un hecho científico y no una creencia popular”, asegura.

Pero, ¿cómo afecta a tu melena? Si nos centramos a nivel interno, el tabaco contiene nicotina, radicales libres y sustancias tóxicas que se forman durante su combustión. Este cóctel que afecta a la circulación de la sangre, disminuye el aporte sanguíneo a las raíces del pelo y esto tiene un efecto indirecto sobre el crecimiento capilar. Es como si tienes una planta pero no la riegas adecuadamente… ¡dejará de crecer! “Estas alteraciones en la microcirculación sanguínea, la disminución de la irrigación a nivel del cuero cabelludo, favorecerán o aumentarán la calvicie en aquellas personas con esta tendencia”, asegura el Doctor Carlos Velasco, Director Médico de Svenson.

Además, otros compuestos hacen que se disminuya el aporte de oxígeno a los tejidos al desplazarlo de los glóbulos rojos. El Dr. Delgado asegura que esto implica que los niveles de vitamina A disminuyan, favoreciendo que la dermis se colapse y alterando la cantidad de colágeno y elastina. A nivel externo, las sustancias tóxicas inhaladas también pueden acumularse en el cabello y modificar ligeramente sus características físicas, dice el Doctor Delgado. ¿Un ejemplo? El humo de tabaco puede llegar a amarillear la hebra capilar.

Desde la clínica recomiendan:

-¿Te ves con fuerzas para dejar de fumar? ¡Sería perfecto!

-Imponte un rutina de cuidados de higiene capilar diario

-Recuerda tomar productos ricos en Vitamina C. Alíate con alimentos antioxidantes como las frutas y las verduras

-Cepíllate el cabello todos los días. Hazlo con la cabeza hacia abajo, para eliminar los restos de polución (humo del tabaco incluido)

-Ayúdate con limpiadores adecuados a tu tipo de cabello, para que no lo agredan ni altere su equilibrio natural.