El 99% de las españolas utilizan protección solar y más de una tercera parte de ellas renueva el protector solar cada año, según datos del estudio ‘Hábitos de protección solar’, realizado por Birchox. “Los productos solares no requieren condiciones especiales de conservación, pero una vez abiertos deben usarse en esa temporada, ya que pierden eficacia de un año a otro. Si por error se utiliza un protector solar caducado lo habitual es que pierda eficacia, pero no produce daño en la piel salvo los derivados de una protección solar inadecuada”, asegura el Dr. José Carlos Moreno, miembro de la AEDV. Sin embargo, hay una asignatura que seguimos teniendo pendiente: el conocimiento sobre los efectos de los rayos UVA y la diferencia entre filtros físicos y químicos , según conclusiones obtenidas en el mismo estudio. Para que este verano estés totalmente a salvo del sol, la Dra. María Calvo, dermatóloga de la Clínica Bioláser La Moraleja, te explica qué es lo que es lo que seguimos haciendo mal a la hora de protegernos de él:

1. No aplicas la cantidad suficiente
Para que consigas el nivel de protección solar que indica el protector es imprescindible que te paliques la dosis adecuada, sin quedarte corta. Para obtener un SPF 30, por ejemplo, necesitas aplicar 2 miligramos por centímetro cuadrado de piel expuesta; lo que equivale a un vaso de crema para todo el cuerpo o una cuchara para la cara, cuello y pecho. El problema es que, si no usas la cantidad suficiente, el nivel de SPF decrece exponencialmente.

2. No utilizas protección física
La mejor forma de protegerse del sol es usando ropa y complementos adecuados. Un sombrero grande mantendrá a salvo tu cuero cabelludo y cara; las camisetas, elígelas de de fibras sintéticas y de colores oscuros y las gafas de sol, siempre de buena calidad y sin que sus cristales estén rayados. Eso sí, recuerda que el sombrero no te protege de los rayos de sol que se reflejan en la arena, así que no te olvides de aplicarte un cosmético con SPF.

3. Te olvidas de algunas zonas
Labios, párpados, cejas, orejas, cuello posterior, pies, axilas y cuero cabelludo son áreas que no solemos tener en cuenta. Los expertos coinciden en que muchas veces descubren melanomas en cejas, orejas y cuero cabelludo; así que ¡mucho cuidado! Aplica la fotoprotección sin ropa y delante de un espejo. De esta manera evitarás dejarte zonas sin cubrir.

4. No lees las etiquetas
Es básico de que te asegures de que la fotoprotección que has elegido cubre un espectro de radiación UVA/UVB. La radiación UVB produce quemadura solar y la UVA, a pesar de no se asocia a quemadura, es la principal cuasante del fotoenvejecimiento y del cáncer de piel. Además, también es importante que sepas si contiene filtros físicos, como el oxido de zinc o el dioxido de titanio, filtros químicos y si es resistente al agua.

5. No te aplicas la fotoprotección 30 minutos antes de la exposición
Los protectores que lleven filtros químicos deben ser extendidos sobre la cara y el cuerpo, al menos media hora antes de antes de la exposición al sol. El motivo es que tardan en absorberse más y la piel quedaría desprotegida los primeros minutos, que es además cuando es más vulnerable a la quemadura. Sin embargo, los filtros físicos actúan desde el momento en el que te los aplican. Además, ¡es crucial! que te reapliques la crema cada dos horas, antes de hacer ejercicio, si sudas o si hay roce con la toalla y, siempre, después de cada baño

6. Piensas que el sol solo daña en la playa y en la piscina
El deporte al aire libre, comer en una terraza o un simple paseo a la luz del día son distintas formas de exposición solar. Por no hablar de la radiación UVA, que tiene una mayor longitud de onda y es capaz de atravesar las nubes, los cristales y las sombrillas; a lo que habría que sumar la radiación que se refleja en la arena y el agua. Por lo tanto es importante que también lleves fotoprotector los días nublados y aunque vayas a estar debajo de la una sombrilla.

7. No te proteges lo suficiente cuando te maquillas
Debes saber que el SPF que incorporan algunos fondos de maquillajes no contienen la cantidad suficiente para alcanzar la protección indicada, ya que suelen contener un SPF 15 o 20. Por tanto, es recomendable que le añadas otro cosmético específico para proteger del sol.