¿Todo el mundo necesita utilizar una mascarilla facial? ¿Cuál se debe aplicar? ¿Cuándo empiezo a notar los resultados? Marta Gamarra, Directora de Formación de Eve Lom, nos cuenta los secretos que hay detrás de estas fórmulas faciales.

Si cada septiembre con la vuelta al cole te entra el cargo de conciencia y te planteas como objetivo empezar a mimar más tu piel, estás de suerte. Marta Gamarra, Directora de Formación de Eve Lom, nos cuenta que otoño es un buen momento para empezar la operación detox de tu piel. Y tus aliados son las mascarillas faciales.

¿Por qué son necesarias estas fórmulas?
El objetivo general es preservar la salud de la dermis y el fin específico de una mascarilla es dar un beneficio extra a tu tratamiento diario. La clave es utilizar la más adecuada a tu edad y a tu tipo de piel. Párate a pensar cuáles son tus necesidades y ayudarás a reforzar sus defensas mientras ganas hidratación, firmeza, favoreces la eliminación de las células muertas… Y con resultados inmediatos.

Pero, ¿cada cuánto tiempo debo aplicar mi mascarilla?
La experta dice que lo mejor es utilizarla una o dos veces a la semana, siempre en días alternos. El momento ideal es a partir de las 20:00 o 21:00 horas ya que es cuando tu piel entra en un proceso de regeneración celular. Así, ayudas a potenciar los efectos de la fórmula.

¿Cuál es la idónea para mí?
Debes tener en cuenta tres variables: tu tipo de piel, la edad y el beneficio que quieres potenciar. También es muy importante no olvidar que cada persona es un mundo y que lo que le va genial a tu mejor amiga puede que no funcione contigo. Actualmente hay infinidad de productos en el mercado con resultados increíbles pero es muy importante respetar los tiempos y aplicarlos siguiendo el manual de uso del producto.

¿Todas las pieles necesitan un cuidado extra con una mascarilla?
Marta Gamarra afirma que todas las pieles deberían aliarse con alguna de estas fórmulas de forma periódica. Las más frecuentes son las limpiadoras ya que una piel limpia es la base para aumentar la regeneración celular, la oxigenación de los tejidos y la eliminación de toxinas.