Si vives en una ciudad estás expuesta a los malos humos. Y no nos referimos a los de tu estado de ánimo. Las emisiones contaminantes de los coches y las industrias se suman al deterioro progresivo de la capa de ozono (el gas que nos protege de los rayos solares perjudiciales para nuestra piel). ¿Resultados? Nefastos. Para empezar, el aumento de la radiación UV-B puede debilitar nuestro sistema inmunológico y provocarnos infecciones o enfermedades dermatológicas, nuestra piel tiene más opciones de envejecer de forma prematura; contamos con más papeletas para “lucir” manchas en la cara. Y por si esto fuese poco, se multiplican las posibilidades de padecer cáncer de piel.

Seguro que no quieres padecer estos males ni tienes ninguna prisa por aparentar más edad de la que tienes. Pues toma medidas básicas para purificar tu cutis y mantenerlo a salvo de la polución. Según un informe de los laboratorios científicos de Dior, al día se acumulan en nuestra piel más de siete billones de toxinas. Uno de los mayores enemigos de nuestro cutis son las partículas (derivados de los hidrocarburos aromáticos policíclicos) que desprenden los coches diésel. Sus daños colaterales van directos contra nuestra buena cara.

Crea tu propio escudo protector. Te decimos cómo:

1. Con tanta suciedad en el ambiente, los puntos negros se hacen más visibles. Evítalo con una limpieza exhaustiva todos los días. Superrecomendable que antes de irte a la cama te pases un cepillo facial con un producto desmaquillante adecuado a tu tipo de piel, que es la mejor manera de desincrustarla.

2. La polución incrementa la generación de radicales libres, algo que se traduce en arrugas y flacidez. Combate este efecto utilizando cremas con antioxidantes o vitamina C.

3. Como se reduce el aporte de oxígeno a los tejidos, la piel se vuelve opaca. Revitalízala y recupera la luminosidad con boosters que contengan en su formulación una dosis extra de vitaminas A y E.

4. La contaminación incide directamente sobre nuestros tejidos y en las estructuras de ADN de nuestra piel, lo que ralentiza la regeneración celular, provocando ese tono cetrino. Acude a tratamientos renovadores, como exfoliantes o fórmulas que contengan ácido glicólico para eliminar las células muertas.

5. La piel afectada por la contaminación y por los rayos UV se vuelve más sensible y pierde uniformidad. Para evitar ambas cosas es prioritario aplicarse un maquillaje con SPF elevado o una crema de protección solar antes de salir de casa. Y esto es siempre… ¡no solo en verano!