Hoy pasaremos de los 35 grados, según pronostica tu smartphone. “Uff”, piensas cuando te levantas por la mañana y te enfrentas al espejo para maquillarte. Tranquila. Si no estás acostumbrada a salir a la calle con la cara lavada, que no te entre el pánico; hay soluciones para disimular esos granitos, darle un poco de lustre a tu piel o resaltar los ojos sin que al cabo de una hora todos crean que acabas de volver del Rock Fest.

María Solans, maquilladora de la escuela Mery Make Up, explica en siete sencillos trucos cómo manejarse con los pinceles, las texturas y los pigmentos para que no parezca que te has puesto las pinturas de guerra a las ocho… de la mañana. Atenta:

1. Controla el desplazamiento de los productos. Maquillarse cuando hace calor no es nada fácil, ya que el sudor hace que los productos no aguanten tanto. Antes de aplicarte la base, tienes que usar cremas que cierren los poros y los minimicen, especialmente si tu piel es mixta o grasa. Las cremas hidratantes en gel y prebases con efecto mate son buenos aliados para no brillar cuando no debes.

2. Cuestión de textura. Si tu piel es grasa, opta por bases en crema, que perduran más. Si es normal o seca, elige una que tenga mucha más agua en su composición para que no se cuartee.

3. Menos es más. Cuando las temperaturas están a tope, la ligereza es la máxima que debe primar en tu maquillaje, por eso lo que mejor funciona son las bases con poca cobertura, que unifiquen suavemente el tono de piel. Otra posibilidad son las BB Cream o CC Cream, que son cremas hidratantes con color, aunque no es fácil encontrar un tono adecuado. A las que no les guste esta opción, los polvos bronceadores o los pigmentos dorados al agua para dar ese toque dorado a la piel son ideales.

4. La importancia del sellado. Después de aplicar la base de maquillaje, debemos matizar el rostro con unos polvos sueltos o compactos que sean finos, para que sellen y quiten brillos sin dejar el rostro acartonado. Para evitar que se mueva el maquillaje, también se puede vaporizar un poco de agua termal o de avena o un spray fijador. Estos productos podemos utilizarlos incluso entre la crema hidratante y la base de maquillaje, y volver a aplicarlos al final, para conseguir aún mayor fijación.

5. Mira por tus ojos. Las pestañas nos libran del sudor, de la contaminación, de los residuos del maquilaje, etc., factores todos ellos que se incrementan durante el verano, así que ¿por qué no ponérselo más fácil a esos pelillos que protegen nuestros ojos? Evita las sombras en polvo durante el verano y pásate a texturas waterproof en crema, que suelen tener colores vibrantes, lo que simplifica su aplicación y deja un resultado perfecto y duradero con una sola pasada. Y, por supuesto, termina con una máscara water resistant, que permanecerá intacta todo el día.

6. Momento retoque. ¿Es posible con estas temperaturas? Sí. ¿Cómo hacerlo bien? El truco está en usar papelitos antibrillos, que no retiran el maquillaje, solo absorben el exceso de sebo y eliminan el sudor. Aplicar continuamente polvos compactos no es buena idea (salvo si tienes la piel muy grasa), porque resecan la piel.

7. Un tip de profesional infalible. Si ya tienes la piel algo bronceada, lo que suele unificar el tono, te bastará con ponerte un pintalabios de larga duración (previamente, hidrata los labios para que no se resequen) y dar resplandor a la piel con una crema hidratante con partículas nacaradas. También crearás ese efecto jugoso utilizando un iluminador en zonas clave, como pómulos, lagrimal y clavícula.