La cutícula de las uñas es una zona extremadamente delicada de nuestro cuerpo y debes tener en cuenta que nunca debes cortarla, sólo hacerla retroceder. Atenta a los consejos que te traemos para que no cometas ningún error con tus uñas:

¿Qué es la cutícula?

Según una esteticista de Nueva York, Simcha Whitehill, la delgada franja de piel a lo largo de la parte inferior de la uña (la cutícula), tiene un propósito muy importante: proteger de las infecciones. Por ello, si lo cortas, corres el riesgo de que entren bacterias u hongos y la zona se infecte.

Whitehill nos cuenta que si coges el hábito de cortarte las cutículas siempre, además de que como hemos comentado antes, corres el riesgo de contraer infecciones, también te encontrarás con la desventaja de que te las tendrás que cortar continuamente porque crecen muy rápido.

¿Cuándo retocarlas?

Un buen momento para retocar las cutículas es justo después de salir de la ducha, porque es cuando la piel está más suave y es más fácil hacerlas retroceder. Un truco que nos da Whitehill es meter las manos en agua caliente hasta que las cutículas se ablanden.

Para trabajar los padrastros, la esteticista nos recomienda coger un palito de naranjo (que se puede conseguir en cualquier tienda de belleza), envolver su punta con algodón, y empujar la cutícula para que queden unas uñas perfectas.

Así que la próxima vez que te hagas las uñas, en casa o en a la peluquería, ni se te ocurra cortarte la cutícula, ya que no hay nada más feo que unas manos recién arregladas y con una infección.