Las ventas por Internet en nuestro país no paran de crecer. Cada vez son más las personas que compran los billetes de avión, ropa o unas entradas para el teatro a través de la red. En los hogares españoles, según el último informa de la ONSTI, Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones, sólo un 2,2% de los encuestados desconfían de la red, mientras que un 41,2% lo hace de forma habitual y con total confianza. 

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A pesar de que cada vez estamos más acostumbrado a la venta on line, es cierto que siguen existiendo ciertos riesgos y que hay muchas tiendas de venta por internet falsas, en las que compras y nunca te llega lo que has comprado. Para que una adquisición por Internet sea legal, fíjate en estas cuatro cosas:

1/ No aparecen los datos de la empresa ni un teléfono de contacto. Lo primero que debe hacer un usuario al entrar en una web es buscar la identificación completa y visible del comerciante y, además, comprobar que la página dispone de un número de teléfono para contactar con la empresa fácilmente. El usuario debe percibir total transparencia de información en la web.

2/ Los precios que ofrecen son demasiado bajos. Cuando en una tienda online nos muestran un producto con un precio cuatro veces más bajo del que ofrecen en el resto de tiendas, el usuario debe sospechar de que se trata de un intento de fraude. Aunque a nadie le amarga una buena rebaja, si los precios son extremadamente bajos, lo aconsejable es desconfiar y no hacer la compra.

3/ No hay ningún comentario sobre la empresa o los que hay son negativos. Los nuevos sistemas de valoraciones ayudan a contrastar las opiniones de otros usuarios que ya han hecho una compra. Si la tienda no dispone de sistema de valoraciones lo aconsejable es hacer una búsqueda en foros o redes sociales de opiniones de otros y si sólo encontramos opiniones negativas o no conseguimos absolutamente ninguna referencia a la tienda, lo aconsejable es no probar a ser los primeros en experimentar con ellos.

4/ No se puede devolver. La mayoría de las compras tienen un derecho de desistimiento de 14 días para que el usuario pueda devolver el producto y recuperar su dinero. En ocasiones, este plazo se amplía o se elimina. En cualquier caso, esta información debe aparecer de forma totalmente transparente en la web para que el usuario sepa de antemano a qué se atiene y, además, debe explicar por qué ese producto en concreto está exento del derecho de desistimiento.