Que si el pantalón se te enrolla en la pierna y termina a la altura de la rodilla, que si la camiseta se te sube y acabas con los pechos al aire, que si el camisón se da la vuelta y termina por hacerte un torniquete… Dormir vestido es una convención social contra la que muchos expertos se revelan, animándonos a dejar el pijama en el armario y olvidarnos de él para siempre. Estas son las 6 razones para que descubras el placer de dormir como Dios te trajo al mundo.

1. Reduce el riesgo de padecer diabetes

Porque el cuerpo desnudo mantiene a raya los niveles de azúcar, según un estudio de la revista Diabetes. Dormir con una temperatura adecuada, que ronde los 21 grados, regula los parámetros de insulina y previene cualquier descompensación de los componentes de la sangre.

2. Nos ayuda a prevenir infecciones

Es lógico: nuestro cuerpo no puede estar más ventilado. Las bacterias y otros agentes patógenos se mueven con rapidez y comodidad en los ambientes cálidos, oscuros y húmedos. ¿Por qué ponérselo fácil también en la cama? Durmiendo desnudos y permitiendo que nuestro cuerpo transpire fácilmente evitaremos la aparición de, por ejemplo, hongos vaginales como la candidiasis.

3. Nos ayuda a adelgazar

Sin hacer ningún esfuerzo. La “grasa parda” (no hay que asustarse por su nombre) es un tipo de grasa que ayuda a quemar el exceso de calorías de nuestro cuerpo y trabaja con más intensidad cuando el cuerpo se mantiene fresco. Por eso, si dormimos sin ropa y no nos metemos en la cama con varias capas, conseguiremos que nuestro cuerpo trabaje sin que nosotros hagamos nada.

4. Hace mucho por nuestro autoestima

Acostumbrarnos a estar sin ropa, sin cubrir nuestras vergüenzas e inseguridades, hace que poco a poco nos aceptemos a nosotros mismos. La ropa sólo sirve para tapar nuestro cuerpo y sentir que nos despojamos de esas máscaras, aunque sea en un contexto tan íntimo como la cama, contribuye a que normalicemos y asumamos nuestras imperfecciones, iniciando el camino para que terminen por darnos lo mismo.

5. Nos conserva jóvenes

Porque, en ambientes frescos, las hormonas anti-envejecimiento se segregan también con mayor facilidad. Ese límite de los 21 grados, que no se rebasa si dormimos desnudos, vuelve a ser un gran aliado, también para mantenernos jóvenes y lozanos.

6. Mejora la vida sexual

¡Qué más se puede pedir! El motivo tiene relación, de nuevo, con una hormona, la oxitocina. Es, en gran medida, la responsable de nuestro ánimo por mantener relaciones sexuales, y sus niveles aumentan si dormimos desnudos. Asimismo, el sentir a nuestro lado a otro cuerpo desnudo y tener la comodidad de no tener que despojarnos de ninguna prenda para iniciar el contacto físico hace que, por un lado, los lazos de confianza se afiancen y, por otro, que nuestro impulso por mantener relaciones sexuales sea más intenso.

Salud, vida sexual, juventud, estética… Porque esa es otra: un pijama ajado, con un estampado de flores y tal vez algún agujero es el mayor antídoto para la lujuria. ¿Te hacen falta más razones para despojarte del pijama?