Y, de repente, el miedo. La crisis vital desencadenada por no saber hacia dónde tirar. El hastío por un trabajo que no te satisface. El mazazo de un despido inesperado. El vértigo que provoca saberte a las puertas de la universidad sin saber a ciencia cierta cuál quieres que sea el camino para el resto de tu vida. Y ahora, ¿qué? La mayoría de las veces, envío masivo de currículums, elecciones precipitadas o el ‘son lentejas’. Pero numerosos estudios revelan que existe una opción más favorable. Aunque con mala prensa. La ciencia ha demostrado que tomarse un año sabático, un gap year, trae consigo un listado de beneficios que a priori eran difíciles de aventurar, teniendo en cuenta que dedicarse a uno mismo durante 12 meses apeándose de los usos y costumbres habituales es considerado, normalmente, como una irresponsabilidad. Como la elección de los vagos y los vividores. De los inconscientes. Pero, de eso, nada. Estos son los beneficios bajarse del mundo 365 días.

Primero, el aval científico. Para empezar desterrando mitos. La Universidad de Harvard, nada sospechosa de formar a vagos y maleantes, confirma que los estudiantes que disfrutan de un gap year antes de matricularse en una carrera se muestran después más comprometidos con sus estudios y los abordan con unas capacidades mayores a las que presentan los estudiantes que no se permiten un descanso. Son mucho más competentes en lenguas extranjeras, saben administrar mejor su tiempo y cuentan con una mente más abierta y resolutiva.

Estos son sólo algunos de los beneficios. Psicólogos de todo el mundo refuerzan este punto de vista repasando otros ‘regalos’ que sólo se obtienen tomando un año sabático. Así, confirman que esos meses son ideales para, además de aprender otros idiomas, tomar el control de nuestras vidas. Las formaciones regladas y la mayoría de los trabajos no permiten desarrollar otros recursos y herramientas que únicamente se aprenden a dominar siendo uno mismo quien debe enfrentarse al mundo. Porque estos descansos permiten formarse de modo autodidacta, conocer otras realidades, viajar para construir una personalidad más cosmopolita y vivir en contextos cambiantes que configuran una personalidad y una mente más adaptativa.

Y este no es un recurso únicamente apto para los futuros graduados. Todos estos beneficios pueden también configurar un perfil profesional más completo. Otro estudio, elaborado por los investigadores Karl Haigler y Rae Nelson, constató que los profesionales que habían disfrutado de un año para sí mismos contaban después con una red de contactos más amplia y agregaban un valor adicional a su trabajo, plasmado en unas habilidades profesionales más completas que aquellos que únicamente conocían el mundo meramente académico.

Pero hay que ‘poder’ hacerlo. En primer lugar, es evidente que para sostenerse durante un tiempo sin ningún ingreso se debe contar con un más o menos abultado colchón económico. El hecho de que la hija mayor de Barack Obama disfrutase de un gap year no tiene demasiado mérito, teniendo en cuenta que su padre ha sido el líder del mundo libre. Pero es cuestión de proponérselo y de reorganizar prioridades; si no se tienen cargas ni presiones económicas o familiares, ¿por qué no destinar parte del dinero ahorrado o el paro a ‘formarse’ de esta manera alternativa?

Y también hay que saber. Un año sabático no significa levantarse al mediodía y quedarse viendo la tele hasta bien entrada la madrugada. Los expertos animan a planificar, a buscar un voluntariado, a establecer una agenda, a buscar proyectos y actividades realmente constructivas y productivas, que alejen los fantasmas de las críticas y del ‘eso es de vagos’.

Sólo así se lograrán exprimir todos los beneficios del año sabático. Por eso, antes de matricularte en una carrera sin saber a ciencia cierta si realmente quieres que ese sea tu camino, antes de caer en el desánimo por verte sin trabajo y sin perspectivas laborales y antes de tener que correr a la consulta del psicólogo nada más salir de la oficina, replantéate tus prioridades. Quizá darte un tiempo para reflexionar sea la mejor apuesta de futuro.