Cada vez te duran más las resacas. Eres capaz de predecir los cambios de tiempo por el dolor de tus rodillas. Llegas al viernes hecha una pena, sólo pensando en caer desfallecida sobre el sofá. Con un par de copas de vino ya estás para meterte en la cama. Efectivamente, la edad no pasa en balde para nadie, pero los ejemplos de estas tres personas (cuyas edades suman en total casi 240 años) harán que no vuelvas a utilizar esa frase que de vez en cuando sueltas acompañada de un largo suspiro: “Ay, qué vieja estoy…”. Tres abuelos de récord, pero no en juegos de cartas o en velocidad tejiendo bufandas, sino en tres disciplinas deportivas distintas. Ejemplos todos de que la edad son sólo un par de dígitos unidos.

Pilar Elvira, campeona de remo con más de 80 años

Eyewear, Glasses, Cap, Vision care, Mouth, Hand, T-shirt, Baseball cap, Hat, Wrist, pinterest

Era una enamorada de la natación, deporte que empezó a practicar con 62 años y que no se le daba mal, en vista de que ganó varios campeonatos de España. No obstante, esta aragonesa de 81 años decidió más tarde pasarse al remo “indoor”, convirtiendo a estas típicas máquinas de gimnasio en sus mejores aliadas para evadirse, mantenerse en forma y cumplir su sueño de ser deportista profesional. El primer reconocimiento internacional llegó en 2010, cuando se proclamó campeona de Europa en su categoría, después de haber pulverizado ya todos los récords nacionales. Aunque su historia todavía tenía una página importante por escribir: el año pasado viajó a Boston para medirse con otros deportistas de su “generación” y, con gran pericia, Pilar se hizo también con el primer puesto del certamen, convirtiéndose en la mejor remadora “indoor” del mundo. Han pasado muchas décadas desde que, siendo pequeña, su padre la llevaba de excursión al Canal Imperial de Aragón, donde ella comenzó a practicar, sin saberlo, el deporte que le daría fama mundial. Hoy luce orgullosa sus trofeos junto a los retratos de sus hijos, nietos y, desde hace poco tiempo, también de su pequeño biznieto.

Eloy Porroche, el ciclista “setentón”

Clothing, Bicycle frame, Tire, Wheel, Bicycle wheel, Bicycle tire, Bicycle handlebar, Bicycle wheel rim, Helmet, Bicycles--Equipment and supplies, pinterest

Un hombre nacido para fundirse con su bicicleta, que vio truncados sus sueños de juventud cuando sus padres emigraron a Francia en busca de trabajo y una vida mejor. Eloy Porroche, nacido en Fuentes de Ebro (Zaragoza) hace 71 años, batió en 2016 el récord mundial de 24 horas en circuito abierto para mayores de 70, recorriendo un total de 665,887 kilómetros. Durante su aventura, tan sólo se detuvo en un par de ocasiones para comer y otras cuatro para recibir masajes tonificantes, aunque esas paradas, en suma, no supusieron más de dos horas en total. Porroche estuvo pedaleando durante 22 horas sin detenerse para dormir y, con su marca, ha logrado el reconocimiento de la Ultra Maraton Cycling Asociation americana, el organismo que reconoce proezas sobre la bicicleta a escala internacional. Y más récords: tan sólo unos meses después, Porroche se hizo también con el título de campeón de España (también de mayores de 70) en la modalidad de 24 horas en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, en Valencia.

Madonna Buder, con 86 años y 45 Ironman

Cap, Sleeveless shirt, Chest, Jewellery, Endurance sports, Muscle, Headgear, Baseball cap, Athlete, Active tank, pinterest

Y, además, monja. Que no tiene que ver, pero sorprende todavía más. Sus votos monásticos, en combinación con su resistencia, han hecho que la hermana Buder sea apodada “La Monja de Hierro”. Y no es para menos: completó su primer triatlón (natación, bicicleta y carrera) con 65 años; terminó su primer Ironman con 75, convirtiéndose en la mujer más mayor en realizar una prueba tan extrema y, con 82 años, fue reconocida con otro récord mundial por ser la persona más mayor en participar en esta gesta. Alterna con pasmosa facilidad sus hábitos y su toca con el mono de carrera porque, como ella misma ha dicho en varias ocasiones, correr es la mejor manera de mantener en armonía su cuerpo, su mente y su alma. Aquel que estableciera la máxima de “Mens sana in corpore sano” estará, seguro, muy orgulloso de ver cómo Madonna Buder continúa dando valor a su legado.

¿De verdad te sigues sintiendo vieja?