Tener la oportunidad de vivir una experiencia de este calibre solo puede traer cosas buenas. Ahora bien: no te dejes llevar por tu lado más aventurero y, con los pies en la tierra, analiza tu situación particular para que, con pequeños gestos, comiences tu andadura a paso firme (y con la única preocupación de disfrutar).
1. Ten muy claro cuál es tu presupuesto diario. Desde Skyscanner afirman que la vuelta al mundo es posible desde (aproximadamente) 11.000 euros. Todo dependerá de la duración de tu viaje y de infinitos factores más (entre ellos, el nivel de vida o la comodidad a la que quieras optar), pero lo que es sumamente importante es que tengas claro el dinero del que dispones y decidas cómo lo vas a dividir a lo largo de las semanas. Un imprescindible: hazte con una agenda donde apuntar casi a diario tu desembolso. Lo necesitarás para llevar un control y compensar cuando sea necesario. Es la mejor manera de que el viaje, ¡no se convierta en un quebradero de cabeza!
2. Piensa y actúa como un lugareño. Regla number one cuando te conviertes en una trotamundos: mimetízate con los que allí viven, te ahorrarás cantidades desorbitadas de dinero. En países asiáticos como Tailandia y Filipinas, por ejemplo, existen transportes que (aparentemente) parecen los comunes pero ¡sorpresa! Únicamente son turistas, y cuestan cuatro veces más que los locales. Busca, y rebusca, la forma en la que se mueven por la ciudad sus ciudadanos, al igual que allá donde comen los domingos (si vas a un restaurante con la carta en español, seguro que la cuenta final es más cara), o dónde hacen la compra cada día. Es la única vía para evitar los precios inflados.
3. No pagues alojamiento. Ahora es posible más fácil de lo que imaginas por ejemplo a través del trueque, tal y como ofrece Couchsurfing. Cuando formas parte de esta comunidad virtual, puedes dormir en casas particulares en cualquier punto del planeta y a cambio, ofreces la tuya para que también la disfrute otra gente. La otra alternativa es trabajar unas pocas horas: así es como funcionan plataformas como Helpex, donde puedes elegir realizar diferentes trabajos no cualificados como pasear unos perros a arreglar un jardín y, a cambio, los dueños te hospedarán en su casa. Fácil, ¿no?
4. Estrategia de altos vuelos. Otra buena forma de que disminuyan los gastos es comprar con tiempo aquellos billetes de avión que con certeza sabes que vas a necesitar (los que te lleven de un continente a otro, así como el primero, por ejemplo). Sin embargo, un error común es planificar demasiado: los vuelos entre países más cercanos es mejor dejarlos para cuando surja la mejor oportunidad. Una herramienta muy útil es activarte la alerta de precios, como la de Skyscanner, donde te avisará cuando un ticket baja de precio hasta llegar a lo que tenías estipulado.
5. Busca el buen tiempo. Decide el orden de tu ruta en función del tiempo meteorológico. Disfrutarás mejor de cada país cuando reinen las temperaturas más agradables. ¿Una buena ruta si tu viaje está estipulado para 12 meses? Comienza en verano en EE.UU., descubre Latinoamérica de septiembre a diciembre, salta a Oceanía y el sureste asiático en el primer trimestre del año, para acabar por Europa en primavera.
6. Espera a llegar al terreno de juego. Apunta esta app porque va a solucionarte la vida: Mapsme. Aquí descubrirás los mejores restaurantes, hoteles y tiendas de la ciudad que te interese. ¿Lo mejor? Cuando aterrices en tu nueva zona por explorar, descárgate el mapa que le corresponde. Después, ya no necesitarás Internet para disfrutar de las ventajas de esta aplicación (funciona en modo offline). Nos encanta esta harramienta 2 en 1: sirve como GPS además de directorio virtual más eficaz creado hasta el momento. ¡Preocúpate solo de tener la batería de tu móvil bien cargada!
7. Sé inteligente con tu equipaje. Entre otras cosas, porque te darás cuenta de que no necesitas ni la mitad de lo que arrastres contigo. Abusa de básicos para poder hacer 20 looks distintos con las mismas ocho prendas (por ejemplo). Lo óptimo para llevar una mochila durante meses es que tenga una capacidad de entre 50 y 60 litros, según expertos de Decathon. ¿Algunos objetos de gran utilidad que quizá no se te ocurran? Una riñonera plana para llevar siempre tu documentación, una pequeña linterna (y si se puede colocar en tu frente, mejor) para cuando duermas en una playa a la intemperie, o una pequeña manta, que se convertirá en tu aliada multiusos allá donde cojas un transporte. Conclusión: deshazte de las 'piedras' que carga tu mochila, ¡y vive tu viaje feliz!
8. Sigue la pista de viajeros experimentados. Otra buena idea es dejarse aconsejar por exploradores natos. En sus bitácoras encontrarás una introducción a cada cultura, buenas historias, mucha alma puesta en cada frase y consejos muy prácticos (y acertados, porque lo han vivido ellos antes). Un ejemplo es el blog de Xavier Moret, un periodista aventurero que te puede hablar con maestría de los cinco continentes.
9. Documentación y seguro médico. No por estar en último lugar es la menos importante. Llevar todos los papeles oficiales en regla, sacarte el carnet de vacunación internacional o adquirir un seguro médico son transacciones de obligado cumplimiento que te permitirán una tranquilidad en el viaje. Además, es bueno que lleves una copia de todos estos documentos reglamentarios, o que te los envíes antes de partir por correo electrónico (en una emergencia, los tenrás online. Y psst, psst, no olvides todas tus tarjetas de estudiante, te alegrarán con más de un descuento.
