En ocasiones, soltar una frase en un contexto poco apropiado puede jugar en nuestra contra. Más aún, cuando esto ocurre entre las paredes de una oficina. Una cosa es lo que hables (o despotriques) con tu pareja a la hora de la cena y otra muy distinta lo que expresas alegremente en tu lugar de trabajo rodeado de colegas. Y no digamos delante de tus superiores. Para evitar que tus palabras te acaben pasando factura, hemos reunido a continuación cinco comentarios de lo más recurrentes (y a priori inofensivos), que esconden segundas lecturas que no te ayudarán nada de cara a un aumento o a ganar terreno en tu trabajo. Como por ahora no se ha inventado una máquina para rebobinar en el tiempo, es mejor que las tengas presentes y, la próxima vez, antes de pronunciarlas, ¡cierres el pico! 

"Ya sé que no es muy buena idea, pero…"
Los jefes están cansados de la falsa modestia. De hecho, si están ahí es porque en su momento supieron valorarse y "venderse" como los mejores de su sector. Entonces, ¿por qué ibas a tirar tú de mensajes pueriles como estos? Si estás pensando compartir una idea, por muy insegura que te sientas, es porque, en el fondo, algo en ti te dice que no es tan mala. Deja que los demás decidan si seguir o no adelante con tu propuesta, y deja de preocuparte de lo que pensará de ti el resto. ¿Te imaginas que Obama comenzara un discurso diciendo: "Quizás lo que voy a decir no tiene sentido, pero…". Las personas con éxito jamás dudan de sí mismas. O, al menos, no en público.

"Hoy estoy un poco espesa"
Hoy espesa, y mañana… ¿de resaca? Desde el momento en que entras por la puerta de tu oficina, tienes que estar preparada para lo que venga. O, al menos, saber aparentar como buenamente puedas que sigues siendo esa persona con gran capacidad de reacción que salió victoriosa un día del despacho de Recursos Humanos. No vale que ayer te pegaras una fiesta en el cumpleaños de tu amiga y hoy parezcas salida de Walking Dead. Si necesitas ir a refrescarte al baño o tomarte una dosis extra de café, hazlo. Pero no andes por ahí contando tus batallitas de la noche anterior. Solo hará que te acaben viendo como una fiestera incapaz de perdonar un "juernes".

"Pensé que esto lo hacía fulanito"
Esta excusa está más quemada que el Coloso. ¿Nadie te dijo que la motivación y la proactividad eran dos cualidades claves en el perfil de la empleada perfecta? Hay momentos en los que, bien porque hemos olvidado cumplir con un objetivo o porque directamente nos apetece menos que un lunes, preferimos echar balones fuera. Véase: cargarle la culpa a otro. Pues bien, a partir de ahora, elimina esta frase de tu lista de expresiones socorridas y coge el toro por los cuernos siempre que se pueda. ¿Se te ha olvidado que hoy tenías que entregar un dossier? Entona el mea culpa y complétalo lo antes posible. La iniciativa se te valorará igual (o más) aunque hayas tenido un pequeño desliz.

"¡Estoy hasta arriba de curro!"
Suponemos que trabajas ocho horas diarias y que tienes un volumen de trabajo que corresponde a tu cargo y jornada. ¿Por qué gritar a los cuatro vientos la cantidad de trabajo que te queda por hacer cuando solo te ocupas de hacer tu trabajo? ¿Acaso quieres que piensen que no das abasto o que eres más lenta que tus colegas? Probablemente, lo uses para demostrar a los demás (sobre todo, a tus jefes) que eres una persona productiva, pero ¿no sería más inteligente que todos vieran que puedes con todo? La próxima vez, di algo como, por ejemplo, "ando con varias cosas a la vez". Y déjate de dramas.

"Prefiero hacerlo a mi manera"
Pongamos un ejemplo. Tienes un curso con un experto para aprender a utilizar un programa informático que te facilitará las tareas. Tú, cansada y escéptica ante tanto cambio de software (¿acaso estudiaste informática?), sueltas algo como "¿podríamos seguir haciéndolo como hasta ahora?". Si no quieres que tu jefa piense para sus adentros que eres incapaz de asumir nuevos retos por pura pereza, mejor abre bien los oídos y procura aprender de alguien que, seguramente sabe más que tú, y que casualmente ha contratado tu empresa para su bien. Mostrarte flexible será la mejor forma de avanzar no solo en tu carrera laboral, sino también a nivel personal. ¡Sé positiva!