Aunque a algunos jefes no les gusta, son muchos los que no son capaces de concentrarse en el trabajo si no es con los auriculares puestos. Porque la música les inspira, les motiva, les ayuda a abstraerse del ruido de los teclados y las impresoras y les sirve, además, para no escuchar las tonterías de su compañero de mesa, siempre contando batallitas de su fin de semana. Pero no es lo mismo realizar tareas mecánicas que creativas, o no es lo mismo trabajar de pie, sentado o tener que hacerlo en grupo. Por eso, hay una música para cada momento y un momento para cada música. Esta es la lista de reproducción que debes preparar en función de cuáles sean tus obligaciones si quieres que la música te ayude, de verdad, a triunfar y ser una auténtica máquina productiva.

Frente al trabajo repetitivo, música cañera

Determinados trabajos relativamente alineantes, como los relacionados con cadenas de montaje u otros como la actualización de listas de contactos y similares, nos hacen correr el riesgo de caer rápidamente en la desmotivación y el hastío. Por eso, es recomendable programar canciones con ritmos rápidos y motivacionales para que nuestro cerebro pueda liberar neurotransmisores como la dopamina, una hormona que mantiene el aburrimiento a raya. El trabajo será más ágil y nuestro estado de ánimo mucho más positivo.

Frente a las oficinas caóticas, música a todo trapo

El festival de ruidos que se producen en las oficinas masificadas y diáfanas puede ser ensordecedor. Conversaciones cruzadas, ruidos de teclados aquí y allá, impresoras, tacones… Nuestro cerebro entiende entonces que debe procesar todos esos sonidos, llevándole a una situación de estrés que nos desconcentra de lo verdaderamente importante. De ahí que se recomiende conectar los auriculares, empujarlos bien hacia dentro y subir el volumen de la música para que sea únicamente ese estímulo al que el cerebro deba atender, además de las tareas que estés desempeñando.

Frente al trabajo en equipo, música que te encante

Numerosos estudios han demostrado que la música que responde a nuestras preferencias nos ayuda a desarrollar la identidad de grupo y nos predispone a trabajar en equipo. Así, resulta fundamental programar una playlist con tu música favorita para los momentos en los que te tengas que concentrar entre reunión y reunión, para que seas capaz de dar lo mejor de ti, para que tu creatividad suba por las nubes y para que no sientas el deseo irrefrenable de mandar a tus compañeros a un lugar inhóspito, oscuro y maloliente.

Frente a trabajos que implican movimiento, música motivadora

Conviene evitar las piezas clásicas o ambientales, porque harán que el trabajo resulte más tedioso. Es preferible decantarnos por otros ritmos más movidos, como los del rock o el heavy o, incluso, el hip hop. Teniendo en nuestros oídos melodías rápidas y ágiles conseguiremos que las jornadas se pasen más rápidas e imprimiremos en nuestros movimientos un ímpetu mayor.

Frente a trabajos nuevos, mejor unos tapones

Porque bastante tiene tu cerebro para absorber todas las nuevas funciones y tareas como para que tú le aportes otro estímulo al que atender. Volvemos al escenario de la oficina ruidosa pero, a trabajos nunca antes practicados, es preferible optar por el silencio absoluto que por cualquier otra melodía. Hay que estar plenamente concentrado; ya llegará el momento en el que podamos subir el volumen para abstraernos pero con un hilo musical que nos amenice el trabajo.

Y si tu jefe te pone mala cara, contéstale diciendo que la música aumenta tu productividad, y que no va a saber él más que los neurocientíficos. ¡Que siga la lista!