Cuando hablamos de tipos de piel normalmente nos referimos a la clasificación que se hace de piel grasa, mixta, seca, acnéica o sensible. En cambio, no solemos tener en cuenta que para cuidarla a diario de la mejor manera posible también tenemos que saber a qué fototipo pertenece. “Estos clasifican la piel según en su dificultad para quemarse y su capacidad para broncearse en cinco tipos, que van del I al VI. Según la etnia a la que se pertenezca es normal tener un determinado fototipo: las pieles caucásicas suele tener de I a III, las mediterráneas de III a IV, las latinas de IV-V y las negras V-VI; siempre dependiendo de factores genético”, aclara Elena Gallo, dermatóloga de Martín del Yerro y Amselem Médicos Estéticos. Una vez tengas claro en qué grupo estás, será más fácil no llevar a cabo algún gesto de belleza que a priori pueda perjudicar tu dermis o no pasar por alto un activo cosmético que le puede ir de maravilla. Hemos hablado con varios expertos cutáneos para que nos explique todo lo que hay que saber respeto a la colorimetría cutánea.

Pieles caucásicas

Originarias de Europa, su tono es blanco, claro o pálido, y de mejillas rosadas. Suelen ser dermis más delgadas y suaves, aunque si está deshidratada se vuelve áspera”, declara Miguel Aguilar, dermatólogo de Clínica Premium Marbella, quien añade: “Cuando es joven es lisa, pero con la edad las arrugas suelen predominar. Los poros no están abiertos ni son evidentes, pero sí que su elasticidad es menor que la de otros tipos. El doctor te explica todo lo que tienes que saber sobre este tipo:

Problemas más comunes

Son más delicadas, se irritan y muestran rojeces y tirantez fácilmente; así como no se llevan demasiado bien con algunos productos jabonosos y con los cosméticos astringentes. Soportan mal inclemencias como frío y viento, al igual que una atmósfera seca. Broncean enrojeciéndose o no broncean y se queman.

Rutina cosmética aliada

Al ser una piel con una fácil tendencia a la deshidratación, hay que evitar situaciones climáticas extremas y es recomendable el uso de cremas hidratantes que no contengan sustancias cosméticas potencialmente irritantes. Y olvidarse de los jabones con un pH elevado, que destruyen el manto hidrolipidico, así como aguas con un exceso de cal.

Al ser propensas a las arrugas, las cremas con retinol, preferiblemente de uso nocturno, les van genial, y el ácido glicólico previene la aparición de manchas y ayuda a preservar su estado óptimo. Y tampoco hay que olvidarse de los fotoprotectores solares, idealmente con SPF 50 y de amplio espectro. Y activos antioxidadnes como la vitamina C o la coenzima Q10 también ayudan.

Pieles asiáticas

En términos generales suele ser una piel más gruesa, aunque su barrera cutánea es menos eficiente, su índice de hidratación es también más reducido y enrojecen y se inflaman fácilmente. Por último, suelen sufrir problemas de acné de manchas postsolares y postinflamatorias; pero lo bueno es que los signos del envejecimiento comienzan a ser visibles mucho más tarde que en las pieles caucásicas. La dermatóloga de Martín del Yerro y Amselem Médicos Estéticos te proporciona unos ‘tips’ para que tu rostro luzca perfecto si eres asiática:

Problemas más comunes

En pieles más claras los problemas principales son tanto la cuperosis como la rosácea, y ya con edades más maduras los lentigos solares, fruto del daño solar acumulado. En el plano de la patología tienen más riesgo de padecer cáncer del piel, tanto melanoma como no melanoma.

Rutina cosmética aliada

Los activos tipo alfahidroxiácidos son perfectos en la fase de limpieza y el retinol para la de transformación, teniendo en cuenta que cualquier grado de irritación tendrá más consecuencias en las pieles más oscuras debido al riesgo de alteraciones de la pigmentación. Los antioxidantes también son interesantes sobre todo en los fototipo más vulnerables al daño de la radiación solar; algo similar que también sucede con los protectores solares.

Pieles mediterráneas

La doctora Maider Pretel, de Henao Wellness Clinic, desvela que “las personas de raza mediterránea tienen una tez morena o ligeramente amarronada, con pelo y ojos castaños o negros. Se queman moderada o mínimamente y se pigmentan con bastante facilidad y de forma intensa al exponerse al sol. Ella misma te relata a continuación todos los pormenores del fototipo IV:

Problemas más comunes

A pesar de que no se queman, acusan la exposición solar en forma de manchas oscuras o léntigos solares, flacidez, pérdida de firmeza cutánea, arrugas profundas y una textura más vasta y rugosa. También suelen tender a la aparición de manchas tras procesos inflamatorios en la piel (acné o quemaduras) y a sufrir melasma.

Rutina cosmética aliada

Aparte de una fotoprotección adecuada es muy conveniente el uso de despigmentantes, antioxidantes y estimuladores de la producción de colágeno. Las cremas despigmentantes inhiben la producción y síntesis de melanina; productos como la hidroquinona, el ácido azelaico, ferúlico o tranexámico, entre otros, pueden ayudar a suavizar lesiones como los léntigos solares, el melasmao la hiperpigmentacion post-inflamatoria.

El retinol aumenta la renovación celular, controla la síntesis de melanina (y, por consiguiente, la formación de manchas), estimula la síntesis de colágeno y elastina, y tiene propiedades antioxidantes. Y hablando de antioxidantes, la vitamina C protege frente a la acción de los radicales libres, que juegan un importante papel en la hiperpigmentación de la piel. Además de mejorar las manchas faciales aporta luminosidad, previene la formación de arrugas y la falta de firmeza.

Pieles latinas

Eva Verdasco, facialista de la unidad wellness del Instituto de Benito afirma que tienen características estructurales y funcionales distintas. “A pesar de que se pigmentan con bastante facilidad y se quema mínimamente, son proclives a las manchas. En la parte estructural presentan más acné y grasa”, añade y además, te cuenta cuáles son sus claves.

Problemas más comunes

Hiperpigmentación provocada por una producción de melanina anormal, tendencia al acné y a la sequedad cutánea debida a la pérdida de agua mayor están en el top tres. Lo mejor es que su mayor espesor de la capa córnea les confiere una mejor función barrera y mayor resistencia a los irritantes cutáneos. Y hay que tener en cuenta también que la mayor cantidad de fibroblastos, de tamaño más grande, y su hiperfuncionalismo explican la gran tendencia que tiene las pieles oscuras a la formación de queloides.

Rutina cosmética aliada

Al ser unas dermis más densas tienden a ensuciarse más rápidamente, por lo que el foco debe estar en una buena limpieza facial diaria y una exfoliación semanal, con activos como el ácido salicílico y alfahidroxiácidos. Y tener en el radar los siguientes ingredientes cosméticos: activos humectantes por su tendencia a la falta de agua, el extracto de champiñón (polyporus officinalis), que ayuda a reducir el tamaño del poro, y el retinol que mantiene las manchas a raya.

Pieles negras

“Biológicamente hablando son iguales que las blancas, pues su epidermis e hipodermis (capas más profundas) son las mismas. La gran diferencia se encuentra en el color, y no por un exceso de melanocitos, sino porque estos tienen una gran actividad produciendo mucha melanina de forma constante”, aclara Arancha Sevillano, facialista y directora de AC DermaStudio. Ella también añade que otra diferencia notable es el estrato córneo, “que en el caso de las pieles negras contiene más capas celulares, pero con una función barrera menos eficaz que hará que se deshidrate más fácilmente”. Atenta a los consejos que te proporciona la experta para cuidarlas adecuadamente:

Problemas más comunes

A pesar de ser gruesa y, por tanto, más resistente a agentes externos como los radicales libres y los rayos UV, suele ser muy frágil. Al ser mucho más compactas producen más resistencia a la absorción de productos cosméticos impidiéndoles realizar su función, por lo que tienden a la deshidratación y al acúmulo de queratina en su superficie, que hace que produzcan más secreción sebácea, derivando en muchos casos en la aparición de acné o de hiperpigmentación.

Rutina cosmética aliada

No te confundas, porque la protección solar también es necesaria en este caso. Usa, además, una buena limpiadora, un tónico que regule el pH y una crema poco oclusiva acompañada de sueros no oleosos para evitar una mayor pérdida de agua. Opta por productos hidratantes, como el ácido hialurónico, que aporta hidratación y nada de grasa, pero evita los que sean ricos en aceites. Para tu crema elige extractos de árnica, seda, fuco y centella asiática, que son compuestos remineralizantes y revitalizantes, activadores de la renovación celular y descongestivos.

Evita los exfoliantes fuertes y ácidos porque a veces la irritación que provocan desemboca en una hiperpigmentación cutánea. Y si tienes problemas de acnéicos, los complejos de alfa-beta-poli hidroxiácidos regulan la secreción sebácea, equilibrando el pH, purificando en profundidad, fortaleciendo los tejidos y potenciando la acción de los activos que se apliquen a continuación.