Desde que me independicé y comencé a llevar mis propias cuentas, la alimentación se convirtió en el principal problema de mi economía doméstica. Tras tirar un sinfín de plátanos demasiado pasados y comprobar (con horror) que el pollo se había puesto malo en innumerables ocasiones, descubrí lo complicado que es hacer la compra para una sola persona (y lo difícil que resulta calcular bien las cantidades). Pero la pérdida de dinero no era lo único que me afectaba, de algún modo, también me dolía la perspectiva de estar dañando el planeta con mis desperdicios.

Por eso decidí ponerme manos a la obra y aprender todos los tips necesarios sobre cómo ahorrar en comida. Durante ese proceso también averigüé una gran verdad, y es que los pequeños cambios pueden suponer un gran beneficio y satisfacción personal, y además, contribuyen a un impacto positivo en el planeta. Efectivamente, al ver que estaba siendo más sostenible, comencé a sentirme menos culpable, y por algún motivo, eso hizo que también tuviera ganas de llevar una alimentación más saludable. En cuestión de semanas era otra persona, más estable y feliz (y con más ahorros). Y por eso mismo, hoy quiero compartir contigo todos mis trucos para evitar los desperdicios de comida. ¿Te animas?

salmón de ikea
Cortesía de IKEA

Utilizar el congelador es clave

Antes de iniciarme en el periplo del ahorro de comida, era una de esas personas que solo utilizan el congelador para guardar los helados. Sin embargo, un día que me pasé con la cantidad de lentejas, se me ocurrió la gran idea de guardar una parte de la comida en un recipiente y congelarlo. De este modo, no tendría que darme el atracón de lentejas durante toda la semana, y me aseguraría de tener un plato de emergencia para esos días en los que no tuviera tiempo de cocinar. Confieso que los botes con tapa de IKEA fueron mi salvación, porque los tienen de distintas formas y tamaños, así que me hice con varios modelos para poder utilizar unos y otros en función de mis necesidades.

Además, también aprendí a congelar alimentos como verduras, y hasta hierbas aromáticas como la albahaca o el cilantro, estas últimas, en las bolsas reutilizables ISTAD (porque ocupan menos).

botes con tapa de ikea
Cortesía de IKEA

Guárdalo todo en recipientes herméticos

Los recipientes herméticos están llenos de ventajas. Mis favoritos son los de cristal, porque puedo ver lo que hay en el interior al momento y son más respetuosos con el medio ambiente. Además, resultan mucho más fáciles de limpiar (por lo que se gasta menos agua), no se deforman y duran más que los de plástico. También son muy útiles para fomentar el orden, ya sea dentro de la nevera o en la despensa, y por si esto fuera poco, lucen un montón. No solo lo digo yo, ¡hasta mis visitas se quedan boquiabiertas con lo bonita y ordenada que tengo la cocina!

botes de ikea
Cortesía de IKEA

¡Cuidado con las plagas en los alimentos!

Otra lección que me hizo aprender (por las malas) la importancia de guardar los alimentos en recipientes herméticos fue una plaga de los llamados "ácaros de la harina". Yo no tenía ni idea, pero resulta que estos bichos microscópicos acostumbran a formarse en alimentos como la harina o los granos, y como son tan pequeños y se mueven taaan despacio, cuando te das cuenta, ya se han extendido por media despensa. ¿Mi consejo? En cuanto compres un paquete de harina, arroz o cereales, revisa bien el interior y guárdalo en un bote hermético.

bote de ikea
Cortesía de IKEA

Añade etiquetas con las fechas de envasado y caducidad

Otra cosa que te recomiendo, y que a mí me va estupendamente en mi día a día en la cocina, es que te hagas con un etiquetador o unas pegatinas. Para anotar la fecha en la que vas a envasar los alimentos, así como su caducidad, y pegarlas en los botes. De esta manera, siempre llevarás un control óptimo de los productos que tienes en casa.

tarros de ikea
Cortesía de IKEA

Haz nuevas recetas con las sobras

Si todavía sigues con la fea costumbre de tirar las sobras de comida a la basura, ha llegado el momento de cambiar, por tu economía y por el planeta. Piensa que con esa carne de la boloñesa puedes hacer unas albóndigas deliciosas. ¿Y qué me dices de la salsa carbonara? Está deliciosa sobre una base de pizza. Y con esas verduritas que han sobrado... puedes montarte un wok digno del mejor restaurante asiático. Como ves, todo es cuestión de echarle imaginación.

albóndigas de ikea
Cortesía de IKEA

Prepara tus propias conservas

De momento, yo solo me he atrevido a hacer salsa de tomate y mermelada casera que guardo en los botes KORKEN, pero si te digo la verdad, cada vez que las preparo me siento autosuficiente, y eso me genera una sensación muy placentera. Además, es la mejor forma de cuidarme, porque soy yo quien elige la cantidad exacta de cada ingrediente, evitando el exceso de azúcar y de sal.

botes korken de ikea
Cortesía de IKEA

Como ves, los trucos que te he mostrado son muy fáciles de seguir y tienen un gran impacto en el ahorro a final de mes, pero también son beneficiosos para el planeta, así que, ¿cuándo empiezas a aplicarlos?