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'El lago azul' es a la vez una película bonita y obscena. Vilipendiada por la crítica pero alabada por el público en su estreno en 1980, con el paso de los años se ha ido convirtiendo en un clásico de culto que hasta ahora la hemos podido rescatar en Netflix. 'El lago azul', protagonizada por una Brooke Shields que entonces tenía 15 años, ha cumplido ya 24 años. Por entonces, ver esas escenas de sexo, desnudos sobre dos jóvenes que se habían criado solo casi como hermanos impactó a una audiencia que quedó marcada por esta película.
El próximo día 30 de abril, 'El lago azul' dejará de estar disponible en Netflix, como también hemos comentado de películas como 'Tenet' o 'Brokeback Mountain', por lo que os recomendamos darle una última oportunidad a esta película que por unos motivos u otros, se trata de una cinta que ha entrado en la historia del cine. Estrenada en 1980, la atrevida película se convirtió en uno de los 10 mayores éxitos de taquilla del año y ayudó a lanzar las carreras de Brooke Shields y Christopher Atkins.
Por qué 'El lago azul' fue una de las películas más polémicas de los 80
La adaptación del director Randall Kleiser de la novela de 1908 de Henry De Vere Stacpoole -la tercera versión cinematográfica- fue un éxito en la década de 1980 y casi una leyenda para los preadolescentes y los adolescentes debido a sus desnudos y su contenido sexual.
Cuando se produce un incendio en su barco durante un viaje por el Pacífico hacia San Francisco, Emmeline (Elva Josephson, luego Brooke Shields), Richard (Glenn Kohan, luego Christopher Atkins) y el cocinero del barco, Paddy (Leo McKern), suben a un bote salvavidas, pero se separan de los demás supervivientes y acaban llegando a la costa de una isla tropical. Allí, Paddy les enseña las habilidades que necesitarán para sobrevivir y prosperar, pero cuando Paddy muere, los dos niños se quedan solos para vivir y crecer.
A pesar del material potencialmente problemático de una historia de madurez en la que dos jóvenes descubren el sexo y la sexualidad sin gran parte del rígido marco social de la época, 'El lago azul' desprende una tierna inocencia y se tiene mucho cuidado en favorecer un tono casi casto y romántico, evitando cualquier cosa sórdida. Sin embargo, no se trata de una mezcla de 'El señor de las moscas' y 'Lolita'. De hecho, dado el amplio margen para el drama que supone naufragar —explorado más seriamente en 'Náufrago'—, éste es un asunto más bien idílico en el que los días y, eventualmente, los años transcurren en una arcadia tropical.
Puede parecer una elección extraña para Randall Kleiser, sólo dos años después de su gran éxito musical, 'Grease', pero había sido un proyecto apasionante para el director, fan de la novela original desde hacía mucho tiempo. Brooke Shields sólo tenía 14 años cuando se rodó la película, por lo que todas sus escenas de desnudo fueron realizadas por la coordinadora de acrobacias de la película, Kathy Troutt, mientras que su compañero de reparto, de 18 años, realizó sus escenas él mismo. Esas escenas, fuente de la furtiva notoriedad de la película, son, en realidad, de enfoque suave y demasiado suaves para ser consideradas siquiera 'softcore'.
'El lago azul' es un romance en casi todos los sentidos de la palabra. Es una visión idealizada de la inocencia, una recreación idílica del mito de Adán y Eva sin la serpiente y sin ningún peligro serio. El tiempo que pasan Emmeline y Richard en la isla no se ve afectado ni por el clima ni por los nativos que viven al otro lado de la isla. Tras construirse una casa increíblemente palaciega que parece más un hotel de cinco estrellas en Fiyi que la improvisada cabaña de supervivencia de una pareja de adolescentes, la pareja vive milagrosamente libre de dolencias, con sólo un pequeño susto de salud y un embarazo sin complicaciones que interrumpen su pintoresco paraíso.
Está impregnada de los roles de género no sólo de la novela original, sino también de la época en que se rodó la película, por lo que es un poco brusca en su división del trabajo, con Richard cazando, pescando y haciendo las leyes, mientras que Emmeline se dedica por defecto a ser la ama de casa.
El final, en su momento, se consideró una especie de evasiva, ya que establecía un eco más shakespeariano de 'Romeo y Julieta', pero tengo que decir que, al volver a verla después de tantos años, lo que yo recordaba como un final feliz tranquilizador es decididamente más ambiguo y se deja en manos del espectador decidir qué será de la inocente familia que se ve expulsada del paraíso sin querer y por accidente. 'El lago azul' es una especie de pacífico y pastoral placer culpable que vivirá en la leyenda erótica en las mentes de toda una generación de adolescentes de los años ochenta.
Ignacio es experto en cultura, pero desde hace más de 10 años se ha especializado en cine y series, tanto las que se estrenan en la gran pantalla como en las plataformas de streaming. Lo mismo te habla de los estrenos de Netflix, HBO Max o Amazon Prime Video, como que te cuenta la última hora de ‘Masterchef’ o de cualquier otro programa de televisión.
Con ya una larga experiencia como crítico, conoce las mejores series y películas y le encanta verlas antes que tú para poder decirte si merecen la pena o no. Conoce todos los estrenos de la semana y le encanta recomendar series y películas a sus amigos, familiares y a los lectores, algo que ha ido haciendo en diferentes blogs personales y a través de las redes sociales. Le gusta todo: sigue a grandes directores como Martin Scorsese, Quentin Tarantino o Steven Spielberg, y se sabe de memoria todo el universo de Marvel, Star Wars, El señor de los anillos y el mundo Disney.
La cultura es su principal hobby y aunque se considera un cinéfilo, también le encanta la música, sobre todo internacional, y los videojuegos, a los que dedica todo el tiempo que le deja el cine y las series, claro. El deporte es su otra pasión, que desarrolló en sus inicios en el diario deportivo MARCA. Ignacio Herruzo es Graduado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos en 2012. Desde entonces no ha parado de escribir desde que comenzó en 2013 en el grupo Hearst, donde ha ejercido de redactor en diferentes webs y revistas como Teleprograma, Supertele y Diez Minutos.
