Cada vez somos más conscientes de la importancia de cuidar nuestro planeta a diario, ya que los pequeños gestos también cuentan para mejorar el medio ambiente. “El cambio climático es un hecho, por lo que hay que tomar más conciencia de la importancia del cuidado del planeta. La sostenibilidad es una tendencias que no solo está presente en el mundo de la belleza, sino que es una necesidad mundial”, manifiestan desde Kevin Murphy, primera marca de belleza en utilizar plásticos de océano 100% reciclados para fabricar sus envases.

Aunque no lo creas, hacer pequeños cambios en nuestras acciones cotidianas (evitar los plásticos de un solo uso, usar envases reutilizables, reciclar la basura o utilizar menos el coche) es fundamental para poner nuestro granito de arena. En cosmética también hay varios pasos que puedes seguir para seguir una rutina de belleza ‘eco-friendly’.

Ahorra agua a diario

Comienza sustituyendo el baño por la ducha, ya que en el primero se gastan alrededor de 250 litros de agua, mientras que para la segunda solo son necesarios 100, siempre y cuando no te eternices debajo de la alcachofa. Además, también puedes pasarte a la cosmética ‘waterless’, que es aquella que no contiene agua en su composición, ya que en muchas ocasiones esta está presente en los cosméticos hasta en un 90%. ¿La ventaja de que no la incorpore? Se sustituye por principios activos, lo que resulta más rentable para la piel.

También puedes poner tu granito de arena en este asunto cuando te laves la cabeza. ¿Cómo? Reemplaza tu champú habitual por una crema lavante, que al no llevar siliconas ni sulfatos reduce el tiempo de aclarado significativamente porque no exige litros y litros de agua, o decántate por un champú sólido, que es la opción más cuidadosa con el medio ambiente. Y cualquier tipo de tratamiento, tanto capilar como facial o corporal que no necesite aclarado supone un gran ahorro hídrico.

‘Packaging’ reciclable

Los grandes grupos cosméticos se han comprometido a realizar la transición a embalajes 100% reciclables en los próximos años. En 2030 el 100% del plástico utilizado en los envases de los productos del Grupo L’Oréal será reciclado o de origen biológico, y la compañía reducirá todas sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% por producto acabado.

Pantene, h&s, Herbal Essences y Aussie (marcas de cuidado del cabello de P&G Beauty) han reducido el uso de plástico virgen en un 50% en botellas de champús y acondicionadores durante 2021, reduciendo la producción de 300 millones menos de botellas de plástico virgen al año, a nivel europeo. Y también han lanzado al mercado una botella reutilizable de aluminio 100% y un recambio reciclable de champú.

Procura decantarte por recipientes de cristal reciclable –cuando no sea posible, cerciórate de que al menos tengan visible el símbolo del reciclaje– y fíjate en que las cajas sean también de cartón reciclable, y mejor si provienen de bosques controlados y las tintas que usan son vegetales. Además, es importante que también hayan suprimido el folletito explicativo que solían incorporar antes todos los cosméticos (algunas marcas han impreso las instrucciones directamente dentro de la caja y otras te dirigen directamente a su web).

Y no solo en tus productos de belleza, hay muchas opciones para aplicar esta filosofía en tu día a día. Donde hay un envase hay una opción eco con la que sustituirlo. Es la hora de decir adiós definitivo a las contaminantes botellas de plástico. Puede ser que ya tengas una cantimplora que siempre lleves de un lado a otro, pero podemos ir un paso más allá. La marca Aquaservice es una de las comprometidas por avanzar hacia un futuro más sostenible con su dispensador de agua, con el que se garantiza el ahorro de envases (y de pesados viajes al supermercado en busca de botellas).

Adiós discos y toallitas desechables

Probablemente uses a diario dos o tres algodones o discos desechables , gesto cotidiano que puede llenar tu papelera anualmente de hasta 1.095 unidades, cifra que extrapolada a toda la población es una barbaridad de residuos a nivel mundial. El desmaquillado ‘eco-friendly’ más gozoso pasa por sustituir los productos desechables por los discos de algodón reutilizables, que suelen aguantar hasta 1.000 lavados, según el uso que les des. Y al estar fabricados de materiales más delicados que facilitan la limpieza sin necesidad de arrastrar, son aptos hasta para las pieles más sensibles.

Fíjate en la etiqueta cosmética

Cada vez son más las marcas que se engloban dentro de la ‘clean beauty’, cosmética limpia que combina fórmulas minimalistas y libres de tóxicos, dentro de envases sostenibles. Entre sus premisas destacan que sus formulaciones no contienen activos perjudiciales; incorporan el menor número posible de ingredientes (muchos de ellos naturales), y todos ellos buenos y seguros tanto para los seres humanos como para el medio ambiente; sus envases son sostenibles y siguen políticas reciclables. Algunos de los componentes denominados tóxicos que no deben de estar presentes tus cosméticos son los aceites minerales, los parabenos, los microplásticos, las ceras, el lastre metálico o las siliconas.

Pásate a la copa menstrual

“Según las estimaciones de la organización Global Citizen una mujer a lo largo de su vida usa entre 5.000 y 15.000 unidades de productos menstruales desechables, una huella de carbono que equivale a 5.3 Kg de CO2 por fémina al año), explican desde Enna, marca especializada en el desarrollo de productos relacionados con el autocuidado y el bienestar, como la copa menstrual. A esto hay que añadirle que cada producto desechable tardará entre 500 y 800 años en descomponerse; pero antes de eso se transformará en microplástico y no solo contaminará océanos, sino que causará un impacto medioambiental enorme. Por ello la copa menstrual es la mejora alternativa a los apósitos de un solo uso.

Con una vida útil de hasta diez años no solo es una opción más ecológica; también es la más económica. Y a esto hay que añadirle que no provoca sequedad vaginal y que reduce el riesgo de padecer infecciones como candidiasis, cistitis y vaginosis bacteriana.