Que Rihanna venía a Madrid lo sabíamos todos. Pero hasta las dos de la tarde del mismo día no supimos hora y lugar de la fiesta privada que la artista celebraba en la capital española. ¿El motivo? el lanzamiento de su primera línea de maquillaje, Fenty Beauty, de la mano de Sephora. Cosmopolitan estaba entre los invitados.

A las siete y media en los cines Callao. Ese era el lugar. Se supone que la cosa era secreta, pero los exteriores del cine estaban llenos de miles de fans que terminaron cortando la Gran Vía madrileña. Nosotros éramos de los privilegiados invitados al evento y  todo parecía de película: una puerta lateral, una lista de personas de menos de 200 personas con foto, arcos de seguridad... todo para controlar a los que iban a compartir unos minutos con la estrella de la Barbados. 

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Entre los invitados un goteo de VIPS de lo más curioso y repartido, desde Vanesa Romero hasta las Sweet California, la modelo Paula Willems sin su novio, Quim Gutiérrez, o Ana Locking... una mezcla muy variada. 

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La llamada que te invitaba al evento te lo dejaba claro: 'tienes de límite para llegar hasta las 20.15, a partir de esa hora ya no va a entrar nadie'. Así que a las 20.30 de la noche estábamos todos dentro de los cines Callao, que resultaban muy extraños porque les había quitado todas las butacas. Estuvimos compartiendo espera con un montón de ‘influencers’, entre los que se encontraron Anna Ponsa, Gigi Vives –cuñadísima de Dulceida– y el andrógino Jedet, y una destacada presencia de diseñadores españoles, como Ana Locking, Maya Hansen o Palomo Spain. 

Rihanna se hizo esperar. Aunque se suponía que a las 20.30 iba a estar en la fiesta, la cantante apareció a las 22.07. 97 minutos de retraso en los que los invitados nos dedicamos a disfrutar de las muchas cosas que había en el interior. Desde un unicornio para hacernos fotos, un columpio, una cama elástica y muchos puestos de maquillaje para ir probando los distintos productos de la colección Fenty Beauty. Lo cierto es que fue tan divertido que nadie la echaba en falta. Además, el catering 'made in Usa' fue abundante: perritos calientes, pizza, nuggets... y un par de barras a cada lado del local en el que probar un ríquisimo champán rosa.

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Aunque las quejas por el retraso fueron pocas, se esfumaron en cuanto la interprete de 'We found love' tomó Callao. Lo hizo desplegando su mejor sonrisa, firmado autógrafos y con un vestido de lazos con flores y un gran escote. Rihanna no defrauda y su físico tampoco. 

La popstar no irrumpió sola en los cines del centro de la capital, llegó con su numeroso séquito: guardias de seguridad; su asistente personal, la mexicana Jenn Rosales; su peluquero, el neoyorquino Yusef Williams; además otros cinco acompañantes. Rihanna llegó, subió al escenario que había en la fiesta dijo: 'Hello Spain, i love Sephora'  y se bajó.

Después, fue probando las atracciones del evento, lo que le llevó a decir que había sido la 'mejor fiesta de su Tour europeo. España es uno de los mercados más entusiastas que conozco. Me encanta venir aquí de gira y me encanta venir de vacaciones' comentó.

Cuando se bajó del escenario, quedaron claras las extremas medidas de seguridad: los cerca de doscientos invitados trataron de acercarse a la de Barbados en busca de su foto o de intercambiar palabras, pero fue casi misión imposible. El ambiente asfixiante se mantenía con cierto orden gracias a la docena de guardias de seguridad que protegían a la artista en cada uno de sus pasos.

Sólo unos poquísimos consiguieron su ‘selfie’ con Rihanna, como  Adriana Abenia. Fue la propia estrella del pop quien se paró con la presentadora al ver que llevaba puesto su color de ‘lipstick’ o preguntarle por su vestido. 

Otros prefirieron disfrutar de la fiesta a su manera, sin tener que levantar el móvil dos metros por encima de su cabeza para conseguir un selfie con Rihanna. La fiesta era un fiestón y había que disfrutarla. Entre ellos estaban Natalia de Molina, Lulú Figueroa, Martiño Rivas o Pepino Marino y Crawford.

Hubo quien se marchó enfadado porque Rihanna se tomó un margarita en una de las barras, acompañada solo por su asistente Jane y rodeada por enormes hombres de seguridad, y hubo quién prefirió pasar de la artista y pasarlo en grande con todo lo que el evento ofrecía. 

Nosotros fuimos de la segunda opción.

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Headshot of Uxía B. Urgoiti.
Uxía B. Urgoiti.

Periodista por amor a la lectura y editora web por mi pasión a aprender.