Toma nota de estas claves para conocerlos mejor y alcanzar el nivel experta en la materia.

1. Se trata de la gema más pura que existe, y su tamaño no determina precisamente su calidad si no va acompañado de una pureza interior sin inclusiones o si su pulido o talla han sido alterados.

2. Los diamantes se clasifican de acuerdo a las 4 C: Talla (cut), Color, Claridad, y Quilates (carat).

3. La talla ideal es la que deja pasar la luz y la refleja a la perfección determinando el brillo del diamante. Habrás oído hablar seguro de los diferentes tipos de talla o corte. La más conocida es la talla brillante, de hecho los diamantes talla brillante se les llama directamente brillantes. Recuerda que todos los brillantes son diamantes pero no todos los diamantes son brillantes. Su forma da nombre al corte: talla baguette (alargados), pera, corazón, esmeralda, cojín.

4. El blanco sigue siendo el más vendido aunque los diamantes de color son cada vez más demandados por su rareza y escasez. Solo uno de cada 10.000 que se extraen son de color.

5. Hay una escala que indica la claridad en diamantes: desde el FL, limpio, hasta imperfecto, es decir, con inclusiones a la vista, aunque suelen ser imperceptibles a primera vista.

6. El peso de un diamante se mide en quilates y cada quilate equivale a 0,20 gramos, pero no es solo el peso determina el valor del diamante.

7. Y un consejillo de experto: hay que limpiarlos una vez al mes porque con el uso se acumula grasa, cosméticos o cremas.