Es posible que lleves toda la vida utilizando una talla incorrecta de sujetador y tal vez ni lo sepas. Pero tu cuerpo con diferentes señales como dolores de espalda, tendinitis o flacidez pectoral puede que te esté avisando de ello.

Según un estudio realizado por la Universidad de Barcelona entre más de 1.000 mujeres de diferentes países, el 70% de las encuestadas lleva una talla incorrecta. Para que no sigas cometiendo ese error, como seguramente también lo esté haciendo yo, he consultado a la experta María Albiol, CEO y fundadora de la firma de lencería Le Bratelier para que de las claves para encontrar el sujetador perfecto. Tu cuerpo y sobre todo tu pecho te lo agradecerán, así que toma nota:

Cuando vas a comprarte un sujetador, ¿en qué es lo primero que te debes fijar?

La parte más importante de un sujetador es la banda de la espalda, que es la que aporta toda la sujeción. Debe formar una línea recta y horizontal alrededor del cuerpo que sea firme sin apretar demasiado y que no se desplace hacia arriba. Por otro lado, hay que tener en cuenta que algunos modelos favorecen más a determinados tipos de pecho.

¿Cuáles son?

No hay dos pechos iguales y cada mujer debe encontrar el modelo que mejor se adapta al suyo. Un pecho firme puede usar casi cualquier forma de sujetador, los que mejor sientan son: tipo plunge (la parte delantera central baja en forma de V) o demi (la parte superior de la copa más baja y escotada). Si lo que buscas es levantar el pecho o dar sensación de volumen, el push-up con aro y acolchado en la base de las copas será tu mejor aliado. Para un escote perfecto, el modelo balconette nunca falla. Para las tallas grandes es mejor utilizar tejidos poco elásticos que aporten sujeción o  copas altas que cubran bien el pecho, con costuras en forma de T o con foam (sin relleno), que unifican y no añaden volumen. No recomiendo los sujetadores reductores.

¿Cómo debería quedar?

El sujetador tiene que ser cómodo. La banda de la espalda debe rodear el cuerpo en línea recta y firme, y no desplazarse hacia arriba con los movimientos normales del cuerpo. Los aros se deben de apoyan sobre el torso, no sobre el pecho, y si son de la talla adecuada no molestan ni se clavan bajo el brazo. Las copas deben recoger todo el pecho sin que se ahuequen o sin que sobresalga piel por encima o a los lados. Los tirantes se regulan a la posición más cómoda, ni muy tirantes ni muy sueltos. Cuando se prueba un sujetador, es esencial ver cómo queda bajo la prenda exterior que llevemos puesta y comprobar así la diferencia que supone llevar un sujetador que siente bien y sea de la talla correcta.

¿Cómo se mide la talla y la copa?

La talla se compone de un número y una letra. El número corresponde al contorno del cuerpo y se mide con una cinta métrica que rodee el cuerpo por debajo del pecho: al resultado se le suma 15. La letra corresponde a la copa, que mide el volumen del pecho en relación con el contorno que acabamos de calcular. Se mide alrededor del pecho en su punto más amplio, a la altura del pezón. Si la diferencia entre una y otra medida es de 12 cm o menos, corresponde a la copa A; si es de 15 cm, corresponde a la copa B; si es de 18 cm, corresponde a la copa C, etc.

 ¿El precio importa? ¿se nota en la calidad del sujetador?

La calidad sí es importante. Un diseño consciente y un buen patrón son fundamentales para que la prenda siente bien. Los tejidos de mayor calidad cumplen mejor su función, son más resistentes y respetuosos con la piel. Si se cuidan adecuadamente, las prendas de buena calidad pueden durar mucho tiempo.

 ¿Cada cuánto y cómo se deben lavar los sujetadores?

Es una prenda que llevamos durante todo el día por lo que hay que hacerlo cada dos o tres usos. Es imprescindible lavarlos siempre a mano. No sólo porque se pueden salir los aros y estropear la lavadora, sino porque los tejidos y las copas se desgastan y pierden elasticidad, los adornos se sueltan y al final la prenda pierde su eficacia y su belleza. Si no tienes tiempo, usa una bolsita de malla para la lavadora. Otros consejos: no uses nunca secadora, no los planches ni seques sobre un radiador y no los dobles por las copas en el cajón.