Suena el despertador. Te haces la remolona, decides dormir cinco minutos más y cuando te das cuenta ¡llegas tarde!. Te levantas, te duchas, te vistes y sales con el tiempo justo para llegar al trabajo. Otra vez sales de casa sin desayunar ¡error!. Te ofrecemos las diez razones que te faltan para convencerte de que tienes que desayunar para empezar bien el día.

1/ Saltarse el desayuno es reflejo de tu desorden nutritivo. Si quieres llevar una dieta equilibrada y ordenada, empieza por el desayuno.

2/ Desayunar previene la obesidad. Quienes desayunan llegan a la hora de comer con menos hambre y suelen picotear menos durante la mañana. Un informe del Ministerio de Sanidad recoge que la prevalencia de obesidad es superior en aquellos que toman un desayuno escaso o lo omiten.

3/ ¿Has visto cuando tu móvil se pone en modo 'ahorro de energía'? Eso mismo le pasa a nuestro organismo cuando no desayunamos. A menos que quieras tener un metabolismo más lento y ahorrar calorías en vez de gastarlas, no podemos dejar que nuestro cuerpo sienta que necesita reservar todo lo que consume, y eso es lo que pasa cuando después de una noche de ayuno, tampoco le damos comida al levantarnos.

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4/ Desayunar temprano te va a dar la energía necesaria para rendir más y mejor en tus horas laborables de la mañana.

5/ Reduce el estado de estrés y mal humor. Quizá tú no lo notes, pero tu compañero de trabajo puede sufrir las consecuencias de que día sí y día también no hagas esta comida. Tras ocho o diez horas sin comer, nuestro organismo sufre un déficit de glucosa, nuestro principal combustible, por lo que al no desayunar le obligamos a quemar otras reservas energéticas, lo que causa alteraciones en el organismo. Éstas producirán decaimiento, falta de concentración y mal humor.

6/ Ahorras dinero desayunando en casa. El precio de un café, un zumo de naranja natural y una tostada con aceite supera los tres en cualquier cafetería. Esto supone un gasto de más de 600 euros al año. Preparar esta misma comida en casa cuesta menos de un euro y medio, lo que supondría una ahorro anual del 60%.

7/ No hay ningún alimento prohibido por la mañana, aunque deberíamos ser comedidos y tratarlos como caprichos. El desayuno diario debería estar compuesto por frutas, lácteos, cereales (mejor integrales) y una grasa complementaria. El preferible es el aceite de oliva aunque no pasa nada si lo alternamos con mantequilla o margarina.

8/ La excusa, 'es que me levanto sin hambre' ya no vale, ya que lo único que tienes que hacer es adelantar la hora de la cena. Ya verás como te levantas con hambre. 

9/ Recientes estudias asocian el no desayunar con el desarrollo de el tipo de diabetes 2.

10/ Comparte ese momento con alguien. Así dejarás de ser una malhumorada y podrás comenzar el día con una sonrisa.

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Uxía B. Urgoiti.

Periodista por amor a la lectura y editora web por mi pasión a aprender.