Sólo como en McDonald's cuando estoy borracha, con resaca o cuando tengo prisa. Dejo la comida rápida para momentos puntuales, no creo que el McDonald’s sea el lugar adecuado para celebrar aniversarios, por ejemplo, sino un lugar al que vas cuando no tienes más remedio, porque los demás sitios ya han cerrado, te mueres de hambre y en lo primero que piensas es en un maldito Big Mac.

Como te imaginarás, comer en un McDonald's de forma habitual no es lo mejor para tu salud. En un documental de 2004, Super Size Me, el cineasta Morgan Spurlock quiso analizar las consecuencias que tiene alimentarse durante un mes, única y exclusivamente, a base de la comida que sirve esta cadena de restaurantes. Acabó engordando casi 12 kilos y los médicos le advirtieron del riesgo de sufrir un ataque al corazón.

A pesar de que no es nada sano comer este tipo de comida a todas horas, a mí me encanta todo lo de McDonald's: las patatas fritas, los batidos de chocolate... y llegó un momento en que quise convertir mi cita ocasional con McDonald's en una historia de amor, así que decidí hacer allí todas las comidas del día durante cinco días seguidos.

Pensé en todas esas hamburguesas y patatas fritas que comería durante una semana y empecé a sentirme como si estuviese en el séptimo cielo, pero luego me acordé de los motivos por los que no solía ir a los McDonald's, deSuper Size Me y de mis deseos de llevar una vida sana, y, con toda sinceridad, empecé a arrepentirme... Así que me puse en manos de un nutricionista para que me aconsejara a la hora de pedir otra cosa que no fuera el típico Big Mac con patatas, y me ofreciera alternativas sanas dentro del menú de McDonald's.

El plan de comidas consistía en ensaladas, huevos, pollo a la plancha y otros alimentos bajos en calorías. Nunca me había puesto a mirar cuántas calorías tienen los alimentos, pero en este caso, elegir los que eran bajos en calorías era imprescindible si quería evitar los problemas que experimentó Spurlock.

Tengo un par de pendientes que se asemejan al logo de McDonald’s, así que me los puse, entré en un McDonald's y recé para que todo saliera bien.

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Suelo utilizar los desayunos de McDonald’s, concretamente sus sándwiches de huevo, como remedio para la resaca. Para mí el McMuffin de beicon y huevo es mano de santo si me he pasado un poco con el vino la noche anterior. Sin embargo, pedir un Mcmuffin un lunes por la mañana sin una resaca de por medio, hizo que me diera cuenta de lo poco elegante que resulta llevar en la mano una bolsa grasienta de McDonald's.

Además, cuando estás sobria y te tomas uno de los desayunos de McDonald's, te fijas más en lo que estás comiendo: 

Liverwurst, pinterest

Este pedazo de carne "extra magra" es lo que los norteamericanos conocen como tocino canadiense y, a pesar de tener algunas partes sospechosamente blancas, me lo comí porque se parecía bastante al beicon.

Para almorzar me compré un Snack Wrap de pollo a la plancha y una ensalada en lugar de patatas fritas. Todo un poema... si, en Mcdonald's también pueden pedirse menús así de tristes.

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La ensalada de McDonald's no está tan mal, después de todo, pero la lechuga no está muy fresca y a mí me sabe a plástico. Al llegar la noche tenía mucha hambre y estaba frustrada y cansada. Me sentía como si no hubiera comido lo suficiente y lo que había comido tampoco me había gustado mucho.

Me salté el plan de comidas y para cenar me tomé un Sausage Burrito. Una gran decisión. En primer lugar, sólo costaba 1 dólar. En segundo lugar, estaba de muerte.

El martes, me desperté con la sensación de haberme atiborrado de sal el día anterior, pero la sed no era lo peor. Había decidido comer a base de productos de McDonald's y no había comido ni una sola hamburguesa. Cuando alguien pronuncia la palabra McDonald’s, piensa en hamburguesas, batidos y patatas fritas y yo sólo pedía ensaladas y burritos. Imperdonable.

No es que las opciones que había elegido me aburrieran; eso no me molestaba. La cuestión era que no me satisfacían. 

Para desayunar, me tomé otro McMuffin, un Snack Wrap de pollo a la plancha para almorzar y dos Sausage Burritos para cenar.

El miércoles, decidí que si tenía que comer en un McDonald's, quería disfrutar de lo que a mí me gustaba: patatas fritas, hamburguesas, batidos… de todo, menos ensaladas.

Aquella mañana me tomé un McMuffin. (no estaba de resaca, pero estaba delicioso). 

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Para almorzar me tomé un Snack Wrap, pero esta vez de pollo y acompañado de patatas fritas.

Esa noche tenía planeado cenar con una amiga y le pregunté si tenía ganas de venir conmigo al McDonald’s. “Es lo mejor que me han propuesto en mucho tiempo”, me contestó, porque a ella le encanta comer en McDonald's, pero sólo va muy de vez en cuando. Todo el mundo da por hecho de que cuando sales con tus amigas hay que cenar en un restaurante de moda, pero resulta que sentarte en un McDonald's es un millón de veces más divertido: nos pasamos allí dos horas comiendo hasta que tuvimos que desabrocharnos el botón de los vaqueros. Nos reímos un montón y nos gastamos únicamente unos 10 dólares cada una. Te recomiendo un McDonald's para la próxima vez que salgas con tus amigas.

Estaba comiendo cosas que me gustaban, el tipo de cosas que pensaba que sólo debería comer cuando no tuviera más remedio, pero yo me sentía muy bien al darme cuenta de que no me importaba lo que la gente pensara por verme comer hamburguesas y patatas fritas del McDonald's en lugar de una ensalada o un pequeño almuerzo como se espera que haga toda mujer. Y puedo confirmar que no me parecía nada a esto:

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Los viernes por la noche, mi novio y yo solemos salir a cenar. La conversación para decidir dónde vamos se puede prolongar media hora y, al final, no nos decidimos hasta que estamos ya muertos de hambre. Sin embargo, el pasado viernes fuimos al McDonald's. Nick estaba encantado de no tener que decidir dónde nos apetecía ir a comer y sus dudas ahora eran  si pedir unos nuggets de pollo o un Big Mac. Nick y yo disfrutamos de una cena romántica, y corta, con nuggets de pollo, hamburguesas, patatas fritas y un batido. Nuestro McDonald's tenía un cartel que decía algo así como "No sentarse durante más de 20 minutos". ¿Quién necesita velas y una iluminación romántica?

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Aunque comer en McDonald's no es lo mejor para la salud, deberías darte un capricho de vez en cuando.

Al final de la semana, me había comido cuatro hamburguesas con queso, diez nuggets, dos batidos y un montón de patatas fritas. ¿Y sabes qué? No engordé ni un gramo. Nunca me peso en la báscula, pero para comprobar los resultados del experimento, lo hice, y resultó que nada había cambiado. Que le den a la báscula. Come. Lo que sea. Lo que quieras.

A menos que tengas intolerancia a algún alimento, seguir una dieta es un infierno. En lo único en lo que pensaba mientras comía ensaladas y wraps del McDonald's era en hamburguesas y patatas fritas que no podía comer porque no las incluía mi plan.

Así que, si te apetece una maldita hamburguesa con queso, por favor, ve a por ella y cómetela (siempre y cuando no vivas dentro del Mcdonald's como hice yo durante cinco días).

Vía: Cosmopolitan US