Hay un nuevo demonio en el infierno de los alimentos procesados, el aceite de palma, tan común en ellos. A pesar de que pertenece al grupo de los aceites vegetales, las grasas de este origen no son todas iguales, ni mucho menos, y sus efectos sobre la salud de los consumidores también son bastante diferentes. Mientras algunos tienen un perfil que los hace saludables, otros son más bien todo lo contrario. 

Te damos cuatro razones por las cuáles el aceite de palma se ha convertido en la nueva bestia negra de la alimentación.

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1/ En los alimentos procesados, los más odiados por la OMS, el aceite de palma tiene el don de la ubicuidad. Está en helados, salsas, margarinas, galletas, bollería, pizza, chocolates, confitería en general, aperitivos dulces y salados, palitos de pan, etcétera...

2/ Su perfil en ácidos grasos saturados es, desde hace mucho tiempo, considerado como poco saludable y por lo tanto como poco recomendable. Este ingrediente tiene altos contenidos de colesterol, pero del malo.

3 / La presencia de compuestos potencialmente carcinogénicos fruto de su necesario procesamiento. 

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4/ Las organizaciones ecologistas culpan a las grandes empresas de alimentación de la deforestación que están viviendo en Malasia e Indonesia por culpa de que las plantaciones de la palmera que da lugar a este aceite y que necesitan más espacio.

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Uxía B. Urgoiti.

Periodista por amor a la lectura y editora web por mi pasión a aprender.