En los últimos meses el concepto clean eating ha encendido los espacios 2.0 dedicados a la nutrición. Unas teorías la catalogaban como la nueva forma de comer saludable mientras que otras la atacaban, por basarse en una metodología que podía atentar contra la salud (se ha dicho incluso que se trata de abogar por una dieta cruda, algo que es falso). 

Otros, la han considerado como la sucesora de la dieta detox, algo que para nuestra nutricionista, Gabriela Uriarte (@gu_nutricion), no tiene sentido alguno. "Detox es un tratamiento o dieta que pretende conseguir una supuesta depuración del organismo, que dicho sea de paso, no sirve para nada. Si estuviésemos intoxicados, significaría que los órganos de desintoxicación no funcionan y por tanto, más que un batido detox lo que necesitarías es una ambulancia", apunta. 

Así que, dejando a un lado las teorías y comparaciones, ¿qué es entonces el eat cleaning? La realidad es que aparentemente, no hay una definición oficial, pero sí hay una característica que la puede diferenciar: se trata de una alimentación basada en el (buen) origen de los alimentos. "No es más que dejar de fijarnos en las calorías y centrarnos en la calidad de alimento: es comer materia prima, comida real", nos aclara la nutricionista Gabriela. Es decir, alguien con una filosofía clean eating se fijará en la calidad de un tomate (que sea "bueno bueno", de la huerta a la mesa), y no en restringir grupos de alimentos.

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Todo apunta a que el concepto tiene ya más de 10 años, pero la nutricionista Alice Liveing fue una de las principales precursoras que ha hecho hoy que todo el mundo hable de ello (cuenta con medio millón de seguidores en sus redes, y con dos libros al respecto, como Clean Eating Alice). Gwyneth Paltrow, Miranda Kerr o Katy Perry se han declarado en más de una ocasión fans de su metodología. Lo que ella defiende no es tanto una dieta como un estilo de vida, basado en este concepto de "alimentación limpia". Es decir, fuera alimentos procesados, refinados y cualquier proceso que altere el origen natural de las cosas.

¿Un ejemplo de ello? "Vegetales y verduras frescos de proximidad y temporada. Debemos basar nuestra alimentación en frutas, verduras y hortalizas. Así como grasas buenas y proteína limpia de calidad. Por ejemplo, una gran ensalada de lechuga, tomate, rabanitos, remolacha, zanahoria rallada, medio aguacate, unas pipas y un puñado de garbanzos cocidos", explica la especialista.

Lo importante: la densidad nutricional
Por si no te ha quedado claro, la moda dicta que es lo último en dietas, pero lo único real es que no se sabe cuánta gente la sigue, y que el concepto clean eating hace referencia a la apuesta por la comida "de verdad", preparándola desde su estado natural (olvidándote de los procesados, pero sin eliminar ningún grupo alimenticio).

¿Y cuál es la mayor ventaja de esto? "A mí la palabra clean o limpio no me gusta, prefiero pensar en alimentación nutritiva", opina Gabriela. Es decir, que lo importante es buscar productos naturales que aporten muchísimos nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo. "Debemos buscar la densidad nutricional", aclara Gabriela, es decir, aquellos productos que ofrecen muchos nutrientes por caloría. ¿Buenas opciones? Las verduras, las frutas, las legumbres o los frutos secos.

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Amaya Lacarra

Tras una década escribiendo y entrevistando sobre viajes, cultura y gastronomía en distintas revistas femeninas, ahora dirige el equipo digital de Cosmopolitan. A su especialidad del buen comer o del buen hacer en cualquier recoveco del mundo, ahora se suma la gestión de otros campos como la moda, la belleza o las ‘celebrities’. Adicta al chocolate y a su Navarra natal, estudió Humanidades y Comunicación en la Universidad de Deusto, además de cursar un Máster Oficial de Periodismo de Investigación en la Universidad Complutense de Madrid.