El cine se ha encargado de convencernos de que es, únicamente, una danza sensual y casi pornográfica propio de las bailarinas eróticas. Que está especialmente indicado para deleitar a mirones y hombres de negocios japoneses. Y que sólo se puede realizar semidesnuda, a la espera de que el público introduzca amablemente unos cuantos billetes arrugados dentro de las braguitas. Pero de eso, nada. El baile en barra se revela como un ejercicio completo, mucho más que el yoga o pilates, y cada vez son más las academias que se ocupan de enseñar su técnica a las que (y los que) descubren en el “pole dance” una buena manera de mantenerse en forma mientras se divierten. Estas son sólo algunas de las razones por las que tal deberías dejar de pensar en Elisabeth Berckey y Showgirls o Demi Moore y Striptease y empezar a plantearte la posibilidad de abrazar la barra vertical.

Ejercitas casi todo el cuerpo

Porque las posturas son infinitas. Subes, bajas, giras; te apoyas en el suelo, te mantienes en el aire a pulso… Y toda esta combinación de ejercicios trae consigo que todo tu cuerpo trabaje, desde glúteos hasta brazos y piernas, pasando por espalda y abdomen, aumentando su elasticidad y tonificándolos sin que te des cuenta.

Te ayuda a cuidar tu corazón

El baile en barra se compone, sobre todo, de ejercicios aeróbicos, los más indicados para cuidar y mantener la salud cardiovascular. Todas las coreografías, movimientos y acrobacias que se realizan en la barra sirve para fortalecer, además de los músculos, el corazón.

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No es nada repetitivo

Porque, de la misma manera que cualquier músculo de tu cuerpo está implicado en la práctica del pole dance, la variedad de movimientos y ejercicios es asombrosa. Cada día podrás tener una tabla diferente, centrándote en determinadas zonas y tonificando todo tu cuerpo.

Engancha

Los niveles de dificultad también se cuentan por decenas y, por eso, conforme vas dominando un nuevo movimiento, cada vez aprendes un nuevo giro, en cuanto eres capaz de sostenerte sin apoyar los pies en el suelo y enlazar varios ejercicios… irás queriendo más.

 

Y, sí, es sexy

Esa vertiente es innegable. La armonía de los movimientos, la elasticidad que se logra con su práctica, los resultados tangibles en no demasiado tiempo… Todo suma, y se redondea por el uso de la música para acompañar los ejercicios. Indiscutiblemente, el cine tiene algo de razón.

Sin duda y a tenor del resto de motivos, su sensualidad no es la única razón por la que tantos y tantas se enganchan al pole dance en las cada vez más abundantes y populares academias. Tanto es así que este deporte aspira hoy a alcanzar la categoría de olímpico: la Federación Internacional de Deportes de Barra solicitó en 2016 al Comité Olímpico su inclusión en el catálogo que configura los Juegos, con la vista puesta en 2018.

Pero no es necesario ser medallista olímpico para disfrutar de los beneficios del pole dance. De hecho, sólo hacen falta las ganas de disfrutar y probar un deporte diferente. ¿Te animas a subirte a la barra?