1. Si cancelo los planes, no te lo tomes como algo personal. A veces solo estoy demasiado deprimida para salir de casa. No es ni tu culpa ni mía.

2. Que me recuerdes que las circunstancias de mi vida tampoco son tan malas no me hace sentir mejor. Sé que tengo un buen trabajo y una familia y amigos que me apoyan. Desgraciadamente, ¡eso no hace desaparecer mi depresión! Esos recordatorios pueden ser agradables a veces, pero otras muchas te hacen sentir como si la gente te estuviera diciendo "¿Por qué estás tan triste? No deberías estarlo."

3. No me recuerdes mis peores momentos cuando estés mal. Si hemos sido amigos durante un tiempo, lo más probable es que me hayas visto pasar por algunas mierdas. Sacar a relucir mis momentos bajos porque estés triste o nos hayamos peleado no está bien.

4. Si las cosas están realmente mal y me tiendes la mano, quizás no responda. No es nada personal, sólo es agotador explicarse a uno mismo cuando estás en un estado de depresión intensa, incluso a un amigo cercano. Pero incluso si no respondo, realmente aprecio que intentes ayudarme.

5. No hables de la depresión como si fuera algo que yo pudiera "vencer". A diferencia de un nivel de Candy Crush, la depresión no es algo contra lo que "luchar" y posteriormente "vencer". No se trata de vencer, ganar o perder, se trata de lidiar con tu depresión.

6. Me hace sentir mal cuando te burlas de mí por no ser lo suficientemente divertida. Sé que dejo todas las fiesta súper temprano y puede que no sea la más enérgica. Eso es porque para salir, tengo que luchar contra todos los impulsos de no hacerlo. Estoy haciéndolo lo mejor que puedo. Sé que lo haces con buena intención - ¡Quieres ir de fiesta conmigo! - pero bromeando sobre cómo ya no soy divertida me hace sentir impotente.

7. Tener una enfermedad mental no mola. A pesar de que Lana del Rey puede cantar sobre el suicidio y hacerlo parecer romántico, tener una enfermedad mental es una mierda. No me conviertas en tu fetiche de amiga artística, románticamente trágica, con una enfermedad mental. No te da reputación en las calles tener un amigo enfermo.

8. Todos tenemos diferentes mecanismos para afrontar las cosas, así que no me compares con tus otros amigos deprimidos. La gente está deprimida por diferentes razones - o ninguna razón en absoluto - y todos tenemos nuestros propios mecanismos de afrontamiento. Por favor, no me metas en la categoría de tus amigos locos.

9. No me toques las narices por tomar medicación. Sé que tu tía New Age te lo contó todo acerca de los males de las grandes farmacéuticas, pero tomar medicamentos me impide morir, ¡así que realmente no me importan tus opiniones sobre el asunto!

10. A veces, son las pequeñas cosas las que me sacan de un bajón. ¡Verme muy guapa! ¡Recibir un mensaje de texto de un chico mono! ¡Un día soleado! ¡Dar una vuelta con un buen amigo! ¡Una invitación a una fiesta emocionante, incluso si termino por no ir!

11. No me digas cómo manejar mi depresión. Aunque estoy de acuerdo en que dejar mi apartamento o hacer algo productivo podría ayudarme, que repetidamente me sugieras que lo haga me hace sentir mal conmigo misma. La depresión puede ser incapacitante por momentos, y básicamente te quedas atrapado. Es una mierda.

12. No soy mi depresión. También soy mi ansiedad y mi TDAH. Es broma. Pero soy capaz de experimentar un abanico de sentimientos diferentes. Si me defines por mi enfermedad mental, me haces sentir que eso es todo lo que soy. Saber que me aprecias por ser la persona humana compleja que soy cuando estoy en el peor estado posible puede hacerme sentir un poco más completa.

Vía: Cosmopolitan US