La edad. Sinónimo de sabiduría, de experiencia. De veteranía, en general. Conforme vamos cumpliendo años nuestro recorrido vital nos regala lecciones vitales que sólo se alcanzan con el paso del tiempo. Pero no todo es así de bonito: el transcurrir de la existencia también nos regala varices, procesos de insomnio, jaquecas, arrugas. Incluso incontinencia urinaria. Y contra eso, pastillas. O granjeas. O sobres con polvos de sabor indescifrable. ¿Sólo eso? La medicina nos dice que no, que tenemos en nuestras manos (y en otras partes del cuerpo) el antídoto y la solución a los achaques de la edad. El sexo se revela, a tenor de muchos estudios científicos, como el remedio natural a enfermedades y dolencias de todo tipo. Y para muestra, no uno, sino varios botones:

Enfermedades respiratorias

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Pensilvania determinó que la práctica sexual activa las defensas del sistema inmunológico y nos hace más resistentes ante enfermedades víricas como resfriados o gripes.

Incontinencia urinaria

El sexo hace trabajar a nuestra región pélvica, fortaleciéndola de manera sobresaliente. Por eso, mientras más resistente sea la zona, menos probabilidades tendremos de sufrir las molestas pérdidas de orina.

Dolores de cabeza

“Cariño, me duele la cabeza”. Pues con más razón. El sexo permite que nuestro cuerpo libere oxitocina y que aumenten en él los niveles de endorfinas, dos agentes implicados en la desaparición de las jaquecas y los dolores de cabeza en general.

El envejecimiento

Otro análisis llevado a cabo en una universidad (esta vez la de Pittsburgh, también de Pensilvania), estableció como conclusión principal que el sexo es el mejor aliado contra las arrugas y los estragos de la edad. La testosterona masculina y los estrógenos femeninos, agentes determinantes durante la práctica sexual, contribuyen a mejorar la elasticidad de la piel y a la tonificación general de músculos y articulaciones.

La disfunción eréctil

A más sexo, menos probabilidades de padecerlo. Hay que entender su práctica como un ejercicio que hace que todos los órganos que intervienen no pierdan su nivel de actividad y, por tanto, mantengan intactas sus capacidades. Y no es hablar por hablar: un estudio que tomó como muestra a mil finlandeses determinó que los hombres que tenían sexo al menos cuatro veces a la semana tenían un 50% menos de probabilidades de sufrir disfunciones.

Infartos y enfermedades cardiovasculares

El sexo no sólo no está contraindicado para los cardiópatas, sino que se erige como un ejercicio preventivo de los problemas de corazón. La disminución de la presión arterial, sumada a la activación de la circulación sanguínea, trabajan para mantener el aparato circulatorio en muy buenas condiciones.

Los ciclos menstruales

La investigadora Winnifred Culter establece que las mujeres que tienen una vida sexual activa presentan unos ciclos más regulares que las que mantienen únicamente encuentros esporádicos. Esa es una de las principales conclusiones expuestas en su libro “Love Cycles”.

Sobrepeso

Resulta lógico pensar que cualquier deporte contribuye a evitar el sobrepeso y la obesidad y, por tanto, el sexo vuelve a ser un buen remedio natural a este problema. Con una hora de sexo quemamos, aproximadamente, 400 calorías, mientras ejercitamos nuestros músculos y articulaciones.

Cáncer de próstata

Eyacular de cinco a siete veces por semana es una buena manera de prevenir posibles problemas de próstata, según un artículo publicado en la British Journal of Urology International.

Depresión y estrés

De nuevo, por efecto de la alteración en los niveles de oxitocina durante el acto sexual. La universidad escocesa de Paisley determinó en un estudio que la liberación de esta hormona hace disminuir la presión arterial, controlando así la respuesta de nuestro cuerpo ante situaciones de tensión.

Ahora te toca a ti decidir: ¿prefieres tener el botiquín atestado de pastillas o dedicarte a luchar contra las enfermedades de una forma más… divertida?