Dejar una relación nunca es fácil, y es normal que te asalten las dudas. ¿Qué he hecho mal? ¿Se acabó el amor de tanto usarlo? No hace falta cumplir las cinco, si alguna de ellas te hace pensar y meditar... Quizás tendrías que hacer una llamada, o mandar un mensaje. O por qué no, tomar un café. Conseguir esto en una relación es complicado en un tiempo en el que nos enamoramos en un respiro y dejamos de querer en otro. Si la relación sabías que no iba más, quizás sea la mejor decisión que has tomado, pero a veces no está de más pararse a pensar si realmente lo has hecho bien.

1. Cualquier plan era bueno.

Tomar una caña en el bar más cutre del mundo o cenar en el último sitio que han abierto en Madrid, incluso desayunar a las siete de la mañana... ¿Daban igual los planes que lo pasabais bien? No llegar a la rutina es importante en cualquier tipo de relación, y no llegar a ella es más fácil con una persona abierta a todo tipo de planes. 

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2. Podíais hablar horas y horas.

Intereses comunes, mismo trabajo, mismo estilo de vida, mismos estilos musicales, lugares a los que habéis viajado, aspiraciones personales... La lista de temas de conversación parece infinita, pero no siempre se pueden mantener horas y horas de conversación con una persona. Sobre todo si encima habláis de temas que te sorprende hablar con él/ella... Porque sí, se puede hablar de chicas con una chica. Es normal que haya momentos en los que no sepas de que hablar, los silencios incómodos son normales, pero si podríais estar hablando horas y horas y no era habitual... Es que había una conexión especial. Antes de ser lo que sea, es importante ver que podéis (o podíais) ser amigos.

3. No pensabas en nada más.

Tener problemas es normal, y muchas veces nos apoyamos en esa persona cuando nos pasa algo. Tener una conversación en un coche, tomar algo a horas inesperados o poder llamarla sea la hora que sea son situaciones íntimas que no se puede tener con todo el mundo. Si tomabas algo con esa persona, si hablabáis de mil cosas y se te olvidaban tus problemas y si no importaba más que lo que sucedía en ese momento, es que era bueno. 

4. No pensabas en nadie más.

Parece una obviedad, pero es algo completamente básico. ¿Tus amigos? No existen ese momento. ¿Tu familia tampoco? Ah, espera, ¿qué vives rodeado de más gente? En ese momento todo te da exactamente igual... 

5. No había otra persona como esa.

Puedes conocer a mucha gente. Puedes besar muchas ranas. Puedes tener muchas relaciones, muchos novios (o novias)... En definitiva, pueden pasar mil personas por tu vida, pero cada una que pasa es por una razón. Y no siempre aparecen en el mejor momento, pero si en algún momento te has planteado que en ese momento no te apetecía estar con otra persona que no fuera esa, es por algo. Y si estando con otra, pensabas en la que no debías por algo también será... Quizás ahora no es el momento. Quizás volveréis, quizás no. Pero leyendo esto, ¿te has planteado algo?

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Paloma Herce

Paloma Herce es periodista y publicista, experta en moda, estilo de vida y todo lo que tenga que ver con ser una bon vivant desde hace 10 años. Graduada en Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad CEU San Pablo, ha estudiado el Máster de Radio de la Cadena COPE y el curso de Estilismo y Personal Shopper de Condé Nast College. Empezó escribiendo de moda, de verdad, en Harper’s Bazaar, y después ha continuado en revistas como Cosmopolitan o TELVA. Tiene una newsletter que utiliza a modo de diario y un consultorio de invitadas en el que da tips sobre elegancia. Su filosofía de vida, y de trabajo, se basa en una frase de Diana Vreeland que dice ‘the eye has to travel’. Y ella lo hace viajando, leyendo, viendo películas y disfrutando de exposiciones