Nos llaman la generación Peter Pan -si, me incluyo porque nací entre 1980 y el 2000-, pero que nos tilden de Millenials nos describe mejor. También somos la Generación Y, aunque no tendemos tanto a juntarnos y a estar en pareja... ¿Paloma y...? Nadie, porque intentamos o somos más independientes y pensamos más en nosotros mismos. Muchos pensamos que en la época de nuestros abuelos encontrar el amor era tan fácil. Ahora, nos hemos puesto tan exigentes, que hay quien se pregunta si realmente encontraremos el amor. Lo que quiera nuestra madre en nuestro futuro novio/pareja/marido lo sabe ella... Pero no siempre casa, nunca mejor dicho, con lo que queremos nosotras. O lo que nos gustaría tener. Porque a veces esa lista imaginaria que haces no siempre es igual que la realidad. Porque cuando el amor llega, llega.

Nos gustan con estudios y trabajo.

Será porque muchas de nosotras tenemos dos carreras, un máster y dos idiomas. Parece superficial, pero es así. Nos gusta que tenga intereses culturales, y que al fin y al cabo, tenga cosas que contar. Nos gusta que tenga independencia económica, y como dice una amiga mía: "Si vive solo, ¡mejor que mejor!". Los estudios y el trabajo no solo se reflejan a la hora de tener conversación. Poder quedar a cenar donde queramos, organizar un plan que se salga de lo normal o liarte a copas si te apetece, solo es posible con esa independencia económica. Y son cosas, que por norma general, las millenials necesitamos. Paloma, también lo aclara: "Me da igual que quiera ser CEO de una multinacional o montar un chiringuito en la playa, pero que lo tenga claro. Paso de tíos perdidos en la vida".

El físico, importa.

Esto no es Mujeres, hombres y viceversa, pero el físico entra por los ojos. Y oye, ¡somos jóvenes! Eso sí, nos gusta más que sean atractivos a guapos, aunque está claro que la belleza no es objetiva. Laura, es millenial, y lo explica así: "No me refiero a que sea un chico despampanante, en absoluto. Tampoco podría establecer un físico determinado. Sino un chico que, al verle, me resulte atractivo -o al menos, que no sea un 'no' nada más verle-". Porque da igual que nos vayan más los rubios si al final el que te come la cabeza es el típico prototipo de macho ibérico. Carmen también lo defiende: "No hace falta que sea guapo según el canon general, sino que a mí me parezca atractivo". Eso sí, solemos darle importancia a lo que llevamos puesto, por lo que un interés mínimo en la moda es de agradecer.

Que nos hagan reír.

Es posiblemente una de las características que más se repite cuando preguntas a una millenial: "Que me haga reír". Laura explica: "Que sean divertidos me encanta y, si no es divertido de llorar -que sería lo más-, sí que tenga un carácter alegre, positivo y animado". Porque después de un día horrible en el trabajo, nos apetece reírnos del mundo, de las tonterías, o de cualquier cosa que se nos pase la cabeza. Ver el lado bueno de las cosas no es solo el título de una película, es una frase que tratamos de repetirnos y que agradecemos que alguien al lado la haga realidad.

Nos gusta que sean activos.

Carmen lo defiende: "Que tenga mucha iniciativa y que sea activo, que le guste hacer cosas diferentes, con espíritu aventurero y viajero". Porque a los millenials nos gusta viajar, nos encanta movernos, porque hablando mal... Somos culos inquietos. Laura también está de acuerdo: "Me encantan los chicos que tienen intereses, les gusta innovar, improvisar -que te sorprendan con diferentes planes y propuestas-, viajar y ¡me encantan los deportistas!". Chicos con los que puedas ir un día a tomar una lata de cerveza a un banco, y a la vez, que puedas ir al teatro. Chicos que se muevan con naturalidad, que les guste hacer cosas, pero que si un domingo te apetece manta y palomitas, te diga que no le importa. Aunque eso sí, la vida social es importante. Paloma así lo explica: "No quiero un chico lapa -que nunca tenga planes con sus amigos- o que no sepa proponer sitios chulos".

Que tengan valores.

Los valores dicen mucho de una persona, y si quieres un futuro con esa persona, compartirlos es importante. Laura lo explica así: "Que tenga valores y sea buena persona me parece fundamental. Que sea un 'buen tío', vaya". Carmen opina algo parecido: "Me gustan con valores parecidos a los míos, que valore la familia y sea leal y muy sincero". Porque nos gusta que nos cuiden, pero que también cuide a los demás, que tenga relación con su familia, pero también con sus amigos. El canon se repite y Paloma es el mejor ejemplo: "Para mí significa mucho si tiene buena relación y se esfuerza en mantener estas relaciones". Rocío, también millenial, lo explica así: "Esencial que sea sincero y no mienta. Que valore la sinceridad, fidelidad y que siempre diga la verdad. Que diga lo que piensa y no sea una marioneta. No me gustan los tíos que por agradar a sus novias dejan de tener principios". Y Marian concluye: "Que tenga a sus amigos. Y los cuide".

Que sean fáciles.

Es posiblemente la tónica que más se repita. Porque ya de por sí somos complicadas y porque no queremos cosas difíciles. Celos, envidias y discusiones absurdas que lo único que supone es una pérdida de tiempo. Porque las cosas fáciles, son siempre mejores, ¿no? Y esto realmente... ¿Solo lo quieren las millenial?

Lettermark
Paloma Herce

Paloma Herce es periodista y publicista, experta en moda, estilo de vida y todo lo que tenga que ver con ser una bon vivant desde hace 10 años. Graduada en Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad CEU San Pablo, ha estudiado el Máster de Radio de la Cadena COPE y el curso de Estilismo y Personal Shopper de Condé Nast College. Empezó escribiendo de moda, de verdad, en Harper’s Bazaar, y después ha continuado en revistas como Cosmopolitan o TELVA. Tiene una newsletter que utiliza a modo de diario y un consultorio de invitadas en el que da tips sobre elegancia. Su filosofía de vida, y de trabajo, se basa en una frase de Diana Vreeland que dice ‘the eye has to travel’. Y ella lo hace viajando, leyendo, viendo películas y disfrutando de exposiciones