Todo comenzó cuando hace unos meses la archiconocida Chiara Ferragni comenzaba a celebrar su 30 cumpleaños. Tras un fin de semana apoteósico, la celebración se cerraba con su compromiso, en directo, frente a miles de personas, en la Arena de Verona. Su novio, el rapero italiano Fedez, le pedía matrimonio con Forever Young de fondo e imágenes suyas de sus meses de noviazgo -sí, meses-. Y por supuesto, ella decía que sí. Medio Instagram lloraba emocionada ante este hecho. Incluido -suponemos- Riccardo Pozzoli, alma máter de TBS Crew y ex novio de la bloguera tras siete años juntos. Parece que fue ayer cuando Chiara, junto a Richie, creaba The Blonde Salad. Hicimos un listado de por qué Chiara debía volver con Riccardo, pero el amor triunfó... Chiara está comprometida con Fedez y Riccardo es feliz junto a una -sexy- modelo francesa. El amor y el compromiso, como podemos comprobar... Es tendencia. ¡¿Y esto no (me) agobia un poco?!

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Ya hace años que somos testigos de bodas de bloggers. En 2013 fue Leandra Medine -alias Man Repeller- quien hacía lo propio en Nueva York con una chupa de cuero blanca y una maxifalda de tul. Leandra, por muy man repeller que fuera, demostraba al mundo que podemos encontrar a nuestra media naranja aunque lleves jeans debajo de un vestido. Junto a ella, también la bloguera patria Paula Ordovás, autora de My Peeptoes. Pero volvamos al presente. La bloguera más conocida del mundo se comprometía y Rumi Neely -alma máter de Fashiontoast- y una de las primeras de la industria decía 'si quiero' a su ya marido, el fotógrafo Christopher Dowson este agosto. Y la pareja de influencers patrios, los modelos Javier de Miguel y Mirian Sánchez (@honeydressing) se comprometía en la boda de su amiga, la modelo Clara Alonso.

Este año también hemos sido testigos de la boda de la jovencísima influencer catalana Carla Hinojosa (@carlahinojosar), que decía 'si quiero' a Edgar, su novio de toda la vida. La polémica influencer Laura Escanes hacia lo propio con Risto Mejide... Otra jovencísima instragrammer que se casa sin superar los 30. Hace unos días la también catalana Natalia Cebrían (@nat.cebrian) comentaba en Instagram que ya estaba con los preparativos de su boda y la madrileña María Fernández-Rubies (@mfrubies) mostraba su anillo de compromiso en esta red social. Pero eso no es todo... Ya hace un año desde la boda de Aida Domenech (@dulceida) y su ya mujer Alba Paúl (¡un año!). Una boda en la playa, con dos vestidos, muchos amigos e influencers, que marcó un antes y un después en las bodas 2.0.

Con todo este historial, es obvio: el amor es tendencia. Casarse, todavía más. Millenials que acumulan miles de seguidores están dispuestas a dar ya el primer paso... Un gran paso para ellas, y también para la humanidad. Porque demuestra que el amor no tiene edad, que todas podemos vivir finales de cuento a nuestras historias de amor -si las tenemos claro-, y por qué no, nos dan ideas para cuando llegue "nuestro gran día". (Si decidimos casarnos, que aquí todo el mundo puede hacer lo que quiera). Pero llama la atención que estos acontecimientos se produzcan en chicas cada más jóvenes (¡que yo tengo 25 y me estoy agobiando!)... Y todo esto nos hace recordar que hace ya casi 10 años que nacieron los blogs, y que igual que Chiara Ferragni se compromete, todos nos hacemos mayores. Si casarse es tendencia, que dure mucho tiempo. Porque el amor -como el estilo- jamás pasa de moda.

Lettermark
Paloma Herce

Paloma Herce es periodista y publicista, experta en moda, estilo de vida y todo lo que tenga que ver con ser una bon vivant desde hace 10 años. Graduada en Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad CEU San Pablo, ha estudiado el Máster de Radio de la Cadena COPE y el curso de Estilismo y Personal Shopper de Condé Nast College. Empezó escribiendo de moda, de verdad, en Harper’s Bazaar, y después ha continuado en revistas como Cosmopolitan o TELVA. Tiene una newsletter que utiliza a modo de diario y un consultorio de invitadas en el que da tips sobre elegancia. Su filosofía de vida, y de trabajo, se basa en una frase de Diana Vreeland que dice ‘the eye has to travel’. Y ella lo hace viajando, leyendo, viendo películas y disfrutando de exposiciones