Para Alba, de 33 años, el motivo para husmear estaba claro. Su novio, con el que había empezado a salir hacía poco,  empezó a comportarse de forma extraña. “Un día se dejó olvidado el teléfono en el baño y leí sus mensajes”, cuenta con tristeza. “Así descubrí que seguía escribiéndose con su ex y que no habían finiquitado su historia”. Ya nada fue igual. “No confiaba en él y terminamos por dejarlo”, comenta.

Doctor, ¿qué me pasa? 

Antes de nada, tranquilidad. Seguro que te sientes fatal por cotillear en el móvil de tu chico, pero no eres un caso aislado. Las nuevas tecnologías y las redes sociales parecen haber abierto una nueva brecha de desconfianza entre las parejas más jóvenes, que temen estar siendo engañadas en un plano virtual. La doctora en psicología Trinidad Bernal cree que “todo lo que resulta nuevo produce temor”. Según una encuesta realizada por Cosmopolitan USA, el 85% de las lectoras reconoce haber curioseado en el móvil, correo electrónico o perfil social de su pareja. La psicóloga Adelaida Navaridas cree que el nivel de confianza entre las parejas es el mismo, “aunque ahora, si existe desconfianza, hay más medios para buscar pistas o descubrir un engaño”.

Los motivos para invadir la intimidad de la pareja suelen ser los siguientes:

1. Curiosidad o desconfianza. Bernal cree que no hay un único motivo que lleve a alguien a espiar a su pareja, “puede ir desde una curiosidad inocente hasta una desconfianza extrema”. “Si está justificada se trataría de una reacción lógica ante una historia de engaños. Si no hay razón, ya hablaríamos de problemas personales o de personalidad de quien espía o duda”, concluye.

2. Tener el control. Navaridas opina que husmear en la intimidad ajena también puede ser síntoma de una persona controladora que quiera saber en cada momento qué piensa y qué hace su pareja.

3. Inseguridad. “Personas con baja autoestima, con miedos o aquellas que se comparan con otras mujeres”, comenta la experta son las más propensas a caer en esto. “En definitiva, es un círculo vicioso afectivo. La persona –por cualquiera de estas razones– se pone nerviosa, finalmente mira y así consigue tranquilizarse. Si no la pillan, volverá a repetir”. 

¿Qué hacer después? 

Has sucumbido a la tentación de chequear su mail o su móvil y has encontrado algo… ¿Qué haces? Como afirma la psicóloga Trinidad Bernal, lo mejor es hablarlo directamente y aclarar el tema. “Si se descubre una infidelidad, aunque haya sido a través de la intromisión en la privacidad de la pareja, debe comentarse lo más rápido posible, reconociendo también lo inadecuado del procedimiento”, comenta. Navaridas cree que la comunicación es una potente herramienta para construir una buena relación y que es importante contar que has entrado en su correo, independientemente de si encuentras algo o no. “Si quieres que tu pareja sea sincera, tienes que serlo tú también”, afirma. Por supuesto, la decisión posterior que tomes en función de lo que te encuentres es sólo tuya.

Mejor prevenir que curar

Bernal insiste en la importancia de construir una sólida confianza en la pareja. Ante la duda, “lo mejor es tratarlo directamente y no a través de la indagación en el móvil. Además, ‘malinterpretar’ determinados mensajes es muy fácil y puedes generar un problema inexistente”. Nuestra experta da un claro consejo a aquellas chicas que sienten ese miedo a ser engañadas: “que vivan felices y confíen y es que, aunque suene duro, si quieren engañarlas lo harán independientemente de que espíen el móvil. Lo único que cambia es la forma de enterarse”, afirma. “Disfruta del tiempo que pasas en pareja y, cuando no estés con él, realiza actividades placenteras que te llenen como mujer y persona independiente”.