Existen dos únicos tipos de personas en el mundo: las que se meten en la cama con calcetines y las que no. Yo me incluyo en el segundo grupo pero he de admitir que admiro a las que pertenecéis al primero. Si te sientes cómoda sintiendo cómo se desliza tu calcetín por el pie hasta quedarse al fondo de las sábanas en medio de la noche, tengo que admitir que eres una persona mucho más imprudente que yo. 

De cualquier forma, resulta que aquellos que se acuestan con calcetines son los afortunados, ya que se trata de una práctica positiva. ¿La razón? Mantener los pies calientes sirve para que el cerebro asuma que es hora de dormir. El calor de los pies hace que los vasos sanguíneos se dilaten, lo que envía al cerebro una señal asociada al sueño. Potenciar la dilatación de los vasos sanguíneos ayuda así a conciliar el sueño más rápidamente. Y como todos sabemos, dormir siempre es bueno. 

Pero lo que resulta más interesante es que tu vida sexual también podría mejorar con tu par de calcetines. Un estudio de la Universidad de Groningen ha descubierto que es más probable llegar al orgasmo con calcetines que sin ellos. Aunque te parezcan poco eróticos, lo cierto es que el 80 por ciento de las parejas que llevaban calcetines en el estudio alcanzaron el orgasmo, mientras que con las que no los llevaban esta cifra descendió hasta el 50 por ciento. Aunque por el momento se desconocen los motivos exactos, uno de ellos podría ser el hecho de que cuando tienes los calcetines puestos la sangre fluye más rápido, lo que favorece el orgasmo. Pero, ¿quién se para a pensar en los dedos de los pies cuando están ocupados? 

Si después de leer estas líneas has decidido que tus pies no volverán a ver la luz hasta la primavera, te recomendamos que cambies de modelo regularmente para evitar la acumulación de bacterias que podría dar lugar a una infección de hongos. Eso, te lo aseguro, no es nada sexy.

Vía: Cosmopolitan UK