La anorgasmia puede dividirse en primaria o secundaria, mientras que en la primera nos referimos a que nunca hemos experimentado un orgasmo, en la segunda, se han tenido pero desde hace un tiempo han dejado de tenerse. Pero esto no queda ahí, también puede ser global (afecta a todo tipo de relaciones: masturbación, sexo oral, coito...) o selectiva (el problema afecta solo a un tipo de práctica)… Todo un mundo, ¿no crees?

Hay mujeres que afirman sentir solo “un tipo de orgasmo” (mediante el clítoris), se obsesionan con conseguir “otros” (a través de la estimulación de la vagina o del punto G), y se autodiagnostican como anorgásmicas. El orgasmo es siempre el mismo, ya que es una respuesta refleja del cuerpo ante una estimulación erótica. Da igual cómo se obtenga, pero lo más sencillo es a través del clítoris, ya que su función es esa. Podemos disfrutar experimentando otras vías de obtenerlo, pero sin angustiarnos si no lo conseguimos.

La falta de orgasmos no suele tener causas fisiológicas, sino psicológicas o de aprendizaje, por lo que el tratamiento sexológico suele ayudar muchísimo en estos casos, estas son las causas principales:

• Falta de aprendizaje o desconocimiento de la propia sexualidad.
• Hipervigilancia, nos fijamos en la obligatoriedad de llegar al orgasmo como si fuera un trabajo.
• Problemas de pareja.
• Causas físicas
• Otros problemas como depresión, ansiedad…

Si crees que podrías padecer anorgasmia, te damos unos pequeños consejos que seguro que te ayudan:

1. Trabaja el músculo puboccigeo, nuestro orgasmo se manifiesta a través de contracciones rítmicas de los músculos que rodean la vagina. Cuanto más fuertes estén, más conscientes seremos de nuestros orgasmos y más intensos serán.

2. Además, es importante que aprendas a fantasear durante las relaciones sexuales, a explorar tu propio cuerpo aprendiendo cómo masturbarte y abandonarte a las sensaciones, sé egoísta, es tu momento.

Recuerda que los orgasmos son responsabilidad del que los tiene, así que si queremos un orgasmo, debemos aprender a tenerlo. No debemos martirizarnos y considerarnos torpes o algo así. Tampoco culpar a nuestra pareja por “poco hábil”. La frase “No hay mujer frígida sino hombre inexperto” ha hecho mucho daño. Quita a la mujer poder sobre su sexualidad y atribuye al hombre toda la responsabilidad. Luego ellos se frustran… y las mujeres fingen. Un despropósito.

Información facilitada por Lucía Arjona, sexóloga y responsable de producto de Qué Placer de Web.