1. No hay que hacer gran cosa. Si está perezoso, el misionero es una bendición. Reduce el sexo a su pura esencia. Todo lo demás en el misionero es opcional.

2. Es lo suficientemente simple para que no pueda estropearlo. He aquí otra razón por la que el hecho de que el misionero sea "tan simple" es una ventaja. No está cargando contigo, o colgando precariamente de la cabecera. No hay mucho que pueda salir mal aquí. A veces sólo tienes que poner el listón bajo.

3. Le resulta fácil esconder su cara de orgasmo. Puede enterrar su cabeza en tu nuca para que no tengas que verle gemir mientras pone cara de acabar de comerse un limón.

4. Puede marcar el ritmo. Tiene el control, lo que significa que puede encontrar un ritmo que le guste. Esperemos que no se ponga egoísta hasta que se haya ocupado de ti en primer lugar.

5. Tiene una gran vista de casi todo. Puede levantarse con los brazos y obtener una gran vista de todo lo interesante. PD: nos encantan las partes interesantes.

6. Pero sigue siendo muy íntimo. También es bastante fácil que os apretéis el uno contra el otro. No todas las posiciones ofrecen eso, y menos aún os dan la opción a ambos.

7. Es perfecto para el sexo mañanero o nocturno. ¿Sigues frotándote los ojos de sueño y eres apenas coherente? Si quieres ocuparte de su erección matinal pero no eres capaz de construir una frase completa todavía, esto es perfecto. Una vez más, la belleza está en la simplicidad. Guardar las otras posiciones para el sexo de después del café.

9. Si estás mirando al techo, no te das cuenta de lo sucia que está su habitación. Si tiene un cuarto desordenado, el misionero te mantiene concetrada en la única zona que está limpia (con suerte): el techo. Además, puede mantenerte entretenida y besarte apasionadamente en el momento en que crea que verás el montón olvidado de latas de cerveza viejas junto a su armario.

10. Puede lucir sus antebrazos. Puede doblarse sobre ti y empezar a hacer flexiones en mitad del sexo. Todo esto suponiendo que pueda hacer más de una, claro...

11. No se va a llenar de fluidos por todas partes. Está en una posición en la que está relativamente a salvo una vez que haya terminado. Tú no, por desgracia, pero al menos él lo está...

12. Puedes envolver tus piernas a su alrededor. No hay datos firmes sobre el tema, pero existe una gran probabilidad de que casi todos los chicos se exciten muchísimo con esto.

Vía: Cosmopolitan UK