¿Cómo es que entonces cada vez hay más personajes femeninos que encarnen en cierto modo el arquetipo de Don Draper? Jessica Jones, Alicia Florrick... mujeres astutas, fuertes, en ocasiones despiadadas, y con una afición a la botella merecedora de un programa de desintoxicación en la clínica Betty Ford.
¿Es que para demostrar que son mujeres liberadas hay que asociarlas al consumo excesivo de alcohol? Lo más preocupante del ejemplo no es ya el mito de que la mujer fuerte se pone fina cuando sale del curro (o acaba de hacer pupita al malo), sino que el 99% de las veces prefiere un copazo a un chulazo.
Amy Schumer en Trainwerk o Mila Kunis y sus compinches en Bad Mums, todas acaban igual: sustituyendo al maromo por el tinto peleón.
Basta echar un vistazo a las redes sociales para constatar cuántas chicas prefieren una copa de vino y una peli en casa a una cita. ¿Tendrá que ver con las malas decisiones sexuales que se toman por culpa del alcohol? Según un artículo publicado en junio del pasado año por Business Insider (basado en las respuestas de usuarias del portal femenino Glow), a partir de la tercera copa existía un riesgo elevado de irse a la cama con alguien poco o nada adecuado, e incluso adoptar conductas de riesgo respecto al sexo, con el consiguiente arrepentimiento del día después.
Puede ser que, puestos a escoger, piensen que es más seguro (y mucho más cómodo, obviamente) quedarse en casa con un vinito, que salir y llevarse un chasco o meter la pata acostándote con quien no debes.
