Aún recuerdas la primera vez que fuiste, acompañada de tu madre, y no te llegaba la camisa al cuerpo de la aprensión.

Bueno, pues ya eres mayorcita y no está tu madre delante para enterarse de tu vida y milagros, tienes que afrontar el hecho de que un médico va a hacerte preguntas incómodas, mientras te sube a una silla que te deja en una posición de absoluta indefensión, y mira dentro de ti. Pero no tiene más intención que vigilar tu salud.

He aquí una serie de preguntas habituales (y habitualmente incómodas) que te hace tu ginecólogo:

¿Es activa sexualmente?

No confundas ser sexualmente activa con la promiscuidad. Se entiende que una mujer es sexualmente activa cuando tiene o ha tenido relaciones sexuales completas en los dos últimos meses. (Un dato: si hace diez meses desde la última vez no hace falta que te lo diga tu ginecólogo... eso no es ser sexualmente activa).

¿Cuándo fue su última relación sexual?

Tu médico no es un cotilla. Quiere contrastar los datos que le das con los de los análisis que te va a hacer. Tu flora microbiana varía no solo con el ciclo hormonal, también si tienes sexo. No mientas.

¿Utiliza métodos anticonceptivos?

Aquí tampoco debes mentir. Es posible que si has tenido conductas de riesgo te caiga una regañina (o súper bronca, depende), pero entiende que tú puedes y te pueden contagiar mil cosas.

¿Realiza prácticas sexuales de riesgo, como sexo sin preservativo y/o anal?

Recuerda que puedes negarte a responder estas preguntas, pero recuerda también que nada de lo que le digas en consulta a tu gine va a salir de ahí... así que confiesa todo.

¿Ha tenido candidiasis, herpes, o algún otro tipo de ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual)?

No te escandalices. Puedes tener una candidiasis por gimnasios, piscinas y hasta por una bajada de defensas después de haber tomado antibióticos. No tiene nada que ver con tu higiene ni con tu promiscuidad. No te flipes.

¿Cuándo se realizó la última citología?

Si llevas más de dos años sin "subirte al potro" del ginecólogo, te va a caer la misma bronca que cuando llevas lo mismo sin ir al dentista. Aguanta el chaparrón.
¿Nunca te la han hecho? ¿Te suena la palabra pero no sabes lo que es? Pues pregunta, nena. Tu médico debe explicarte qué, cómo y para qué sirven las pruebas que te hacen.

¿Tiene pareja estable? ¿Convive con su pareja?

Como he indicado al principio, el ginecólogo recaba datos para contrastarlos, no por cotillear. No le interesa tu vida, tan solo tu salud. Imagina que en los análisis aparece una ETS que solo se contagia por vía sexual, y tú le has dicho que llevas tres años casada. Se supone que la promiscuidad y otras conductas de riesgo van unidas a la soltería, pero te sorprendería saber cuánta gente se contagia dentro de una relación estable y monógama.