Os contáis todo. Confiáis ciegamente el uno en el otro. Pero un día, un nefasto día, os pilló con la guardia bajada y el abrazo se convirtió en beso, y del beso pasasteis al sexo.

Y en cuanto se os pasó el arranque… os entró el miedo.

¿Qué se puede hacer en una situación así?

a) IGNORARLO. AQUÍ NO HA PASADO NADA. Error, es demasiado fuerte como para olvidarlo. Tarde o temprano saltará, y salpicará la relación, para mal.

b) RECHAZARLO. Decir que ha sido una equivocación tremenda, que el alcohol os dominaba, que no volverá a pasar. También error. Por mucho que haya sido una cagada, un poco de respeto, por favor, que es tu amigo. El rechazo es duro para cualquiera, más si le tienes afecto.

c) AFRONTARLO. Esto no ha pasado porque sí. La tensión sexual entre amigos es muy frecuente, como también es habitual que pueda ocurrir esto. Habladlo. Quizá ha pasado porque habéis subido un escalón en vuestra relación, que la amistad se haya convertido en otra cosa. Puede que uno esté enamorado de su mejor amigo pero no quiera reconocerlo. En todo caso, poner los sentimientos sobre la mesa es necesario.

¿Las consecuencias? Pues es posible que dejéis de ser amigos y os convirtáis en pareja. O también es posible que os distanciéis, de pura vergüenza por lo que ha pasado. O quizá os dejéis de hablar porque el sexo lo ha estropeado todo.

Pero si el sexo ha sido capaz de estropear una amistad… a lo mejor no era tan amistad como creíais.