Aunque hace ahora 33 años que la homosexualidad se eliminó de una lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la catalogaba como enfermedad mental, lo cierto es que todavía falta mucho para que la homofobia, pero también la bifobia y la transfobia desaparezcan por completo. Para entender bien qué son y conocer su alcance, te traemos unos datos bastante significativos que hablan por sí solos.

Tan necesaria es la lucha por los derechos humanos de las personas al margen de su identidad u orientación sexual que desde 2005 existe el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia, que es el 17 de mayo, porque esa fue la jornada en que se eliminó la homosexualidad del manual mencionado. El lema de este año ha sido 'Siempre juntxs: Unidxs en la diversidad'.

La transfobia y el suicidio, un hecho

Según un informe de 2021 de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), hasta un 61,1% de las personas trans ha tenido pensamientos relacionados con el suicidio, la mitad de ellas se ha autolesionado y el 16,6% ha intentado suicidarse.

64 estados aún criminalizan la homosexualidad

La web de noticias especializada en cobertura de temas de género y diversidad sexual Agencia Presentes cuenta que hasta 64 estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) criminalizan los actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo. 62 de ellos criminalizan 'de jure' (leyes que criminalizan los actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo); dos criminalizan 'de facto' (en la práctica, basándose en otras leyes).

Casi medio siglo de despenalización de la homosexualidad

Este año se cumplen 45 desde que la homosexualidad dejó de ser considerada un delito en España. El 26 de diciembre de 1978, el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogió los cambios aprobados por la Cámara Baja.

Mínimo reconocimiento del matrimonio homosexual

Sólo 30 países del mundo reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo. Catorce de ellos están en Europa.

Agresiones al colectivo LGTBI+

Más de 280.000 personas LGTBI+ sufrieron agresiones en los últimos cinco años, según la encuesta “Estado LGTBI+ 2023”, elaborada por 40db, para la Federación Estatal LGTBI+. Los números oficiales se cifran en 1.551. La misma investigación denuncia que, en el mismo periodo de tiempo, los últimos cinco años, el 29% de las personas LGTBI+ ha sufrido acoso; el 27,5%, discriminación y el 8,6% alguna agresión física o sexual.

Fobia y violencia elevada

El Fondo de Población de las Naciones Unidas reconoce que la violencia contra las personas LGTBI+ es sistemáticamente elevada. Y eso teniendo en cuenta que no suelen denunciarse todos los casos.

Un periódico con testimonios reales de discriminación

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más ha lanzado 'Odio Diario', un periódico compuesto por noticias reales de discriminación y agresiones.

Aumento de los delitos contra la orientación sexual

El año pasado, Interior registró un aumento del 68% sobre los delitos contra la orientación sexual en nuestro país.

Más precariedad laboral en el caso de las personas trans

En España, una de cada dos personas transgénero tiene dificultades importantes para llegar a fin de mes, según datos de la encuesta de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA). Además de contar con mayores dificultades para encontrar empleo, sufren mayor discriminación en el ámbito laboral. El 77% de las mujeres trans ha sufrido discriminación a la hora de buscar trabajo en España.

Lesbofobia en el entorno laboral

Según datos de la Fundación Triángulo, una de cada diez mujeres lesbianas deja su trabajo por acoso. Además, el acoso escolar a lesbianas y gais provoca que el 43% de los adolescentes se plantee el suicidio.

Niurka Gibaja: "Es necesario crear pactos y protocolos contra el odio y la discriminación"

Algunos testimonios personales al margen de los datos

Pero más allá de datos y cifras, no están mal unas cuantas píldoras en forma de testimonios personales. La pregunta más evidente en redacción era qué miedo hay detrás de estas tres fobias, porque el miedo siempre está en la razón de ser de aquellas. "El miedo es a lo desconocido en general, y ahora con todos estos nuevos conceptos que manejamos, la sensación de despiste es mayor aún. Además, en general, se recibe una información inexacta y filtrada por los medios, pero al final, muchas personas no han visto jamás en su vida a dos hombres besarse, por ejemplo", explica Juan Egia (@ifreehorses), facilitador y creador de experiencias de crecimiento personal para particulares y empresas.

El experto opina que hay mucho desconocimiento, ignorancia e incultura acerca de esto en el mundo 'hetero': "En una ocasión, una persona apreciada de mi entorno, hace años, me comentó con toda naturalidad que le provocaba repulsión cuando veía a dos hombres enrollándose. En muchos casos es homofobia por ignorancia".

En la misma línea, Niurka Gibaja, teóloga y Vocal de Empresas de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) opina que hay un desconocimiento enorme de la realidad de las personas trans reforzado por prejuicios, estereotipos y sesgos inconscientes que llevan a ese rechazo. "Es necesario crear pactos y protocolos contra el odio y la discriminación, incluidos en las plataformas digitales, y que la empresa privada y pública se comprometa a crear discursos y herramientas de cero agresión. Todos los agentes de la sociedad deben estar implicados, no sólo a nivel individual sino también institucional", determina.

Marta Romero (@marta_martitar), consultora de 'business intelligence', opina que "más que miedo, es rechazo y asco. Lo vivo personalmente: te tratan bien, como a cualquier otra persona hasta que saben que has transicionado; entonces la cosa cambia, te miran diferente, rechazan tu identidad, creen que eres aún la persona del género de origen", detalla. "Percibo un discurso de odio y, además, en el caso de la familia de las personas trans, hay miedo a perder la reputación social", concluye Marta.

Por suerte, cada vez hay más personas que se atreven a hablar abiertamente, no sólo de su identidad y orientación sexual sino de su experiencia frente al odio y la discriminación. El conocimiento y la buena información siempre servirán para romper tabúes y recordar que estamos hablando de derechos fundamentales.