Los cambios hormonales, el estrés, la mala alimentación y una rutina de belleza inadecuada suelen ser los causantes de la aparición de acné, que puede darse en rostro y cuerpo –escote, hombros, espalda e incluso glúteos–. ¿Te ha aparecido en la frente? Si es así, lo primero que tienes que ver es si tienes flequillo, ya que este es el principal causante del acné de esta zona concreta, debido a la grasa que puede tener el cabello o a los productos que utilizas para peinarlo o cuidarlo. Además, con este tipo de corte es más probable que te toques la frente con las manos para arreglarte el pelo, gesto que no es nada bueno para los granitos…

Qué es el acné frontal

Independientemente de la zona, el acné se manifiesta siempre que haya una mayor actividad de la glándula sebácea. En el caso de la frente suele aparecer por diversas causas: “La más frecuente es el aumento de actividad de la glándula sebácea motivado por la estimulación hormonal propia de la pubertad o de alteraciones hormonales puntuales en la edad adulta. En estos casos suelen predominar las lesiones tipo puntos negros o comedones, que generan las lesiones inflamatorias que comúnmente conocemos como granos”, explica el dermatólogo Carlos Morales Raya. Además, al ser un área que está muy cerca del cabello, “las personas que llevan flequillo, sobre todo si tienen el cuero cabelludo graso, corren el riesgo de que los granitos se infecten más debido a la proximidad del pelo (que al ser graso potencia la infección) y también por los continuos toqueteos de la mano para retirar el flequillo”, añade Cristina Galmiche, esteticista conocida como ‘la terapeuta de la piel’.

Qué lo diferencia de otro tipo de acné

Normalmente el acné frontal suele cursar con predominancia de comedones o puntos negros. Esto se debe a que, “junto con la nariz, la frente es la zona de la piel donde existe mayor concentración de glándulas sebáceas. De ahí que sea frecuente encontramos con más frecuencia puntos negros y poros dilatados en ambas áreas”, desvela el dermatólogo.

La buena noticia es que suele ser de carácter más obstructivo que inflamatorio –esto al menos te ahorrará el dolor–, lo que “se debe al mayor grosor de la piel, mayor producción sebácea y mayor presencia de glándula sudorípara que en otras regiones faciales”, apunta Morales.

Cómo debes cuidarte la piel

En este caso el tratamiento debe ser exactamente el mismo que el de cualquier otro punto del rostro o del cuerpo. En resumen: lo más importante es que tengas una higiene adecuada, tanto por la mañana como por la noche, y que te exfolies la cara, con un exfoliante enzimático un par de veces en semana; así como que uses cosméticos ‘oil free’ (y preferiblemente de textura loción, gel o emulsión), que se adapten a tu tipo de piel para evitar la obstrucción de las glándulas sebáceas. Además, te tocará visitar con frecuencia el centro de estética para realizarte una oxigenación manual que drene el conducto excretor de la glándula sebácea, liberándola de la grasa excesiva y bloqueada.

Y, en el caso de que lleves flequillo, la facialista también te aconseja que “te lo retires de la frente, siempre que te sea posible, para evitar el contacto continuo con la zona para evitar así la posible extensión de la infección acnéica”.

Qué no debes hacer o usar

Por muy raro que parezca, Galmiche advierte de que los productos secantes y astringentes no son nada recomendables, ya que pueden llegar a producir un efecto rebote. Ella, en cambio, recomienda que en casa uses cosméticos nutritivos, hidratantes, calmantes y regenerantes. Eso sí, “evitando la cosmética rica en grasa y silicona para evitar la formación de comedones”, matiza el doctor. Por no hablar de que “los alimentos ricos en azúcares y leche incrementan la producción de sebo al estimular la secreción hormonal de factor de crecimiento insulinoide”, avisa Morales; por lo que te tocará restringirlos al máximo de tu dieta.

Cómo lo tratan los profesionales

Sus tratamiento preferidos son los que van acompañados de activos queratoliticos y seborreguladores, como lo son el ácido salicílico y el ácido glicólico, ya que estos van eliminando los comedones y liberando el conducto de salida de la glándula sebácea. En consulta se recurre a los ‘peelings’ seriados de estos dos activos para eliminar las primeras capas de la piel y favorecer así la salida del sebo.

Lo normal es ir de menos a más y, en el caso en el que no se resuelva el problema con terapia tópica, “se puede recurrir al uso de isotretinoina oral, que favorece la exfoliación cutánea disminuyendo a su vez la producción de sebo”, aclara el dermatólogo. También se usa con frecuencia el láser fraccionado, “que calienta la glándula sebácea disminuyendo su actividad a la par que exfolia las capas más superficiales de la piel”, explica el experto. Y la terapia fotobiodinámica, donde “se aplica un sérum fotosensible que penetra en la piel y al ser estimulado por una luz led de una determinada longitud de onda disminuye el tamaño y actividad de la glándula sebácea”, concluye.

Por último, sabemos que las gorras, las boinas y los gorros, sobre todo los ‘bucket hat’, lo molan todo y esta temporada son los accesorios de pelo imprescindibles para darle ‘rollito’ a tu cabeza, pero sentimos decirte que no son lo mejor para el acné frontal. Si vas a usarlos, acuérdate de limpiarlos al quitártelos, sobre todo si vas maquillada, y evita llevarlos puestos demasiado tiempo.