Hasta los 30 no suele preocuparnos mucho envejecer, pero una vez que pasamos esa barrera psicológica empieza a rondarnos la cabeza de vez en cuando este pensamiento. Es el momento en el que aparecen las primeras arrugas de expresión, las ojeras se instalan en nuestra cara y también se empiezan a acomodar algunas líneas finas. ¿La razón? La piel va perdiendo colágeno a marchas forzadas –los expertos hablan de entre un 1-2% cada año– y otro de los motivos se debe a que el maldito exposoma –todos esos factores externos a los que nos exponemos en la vida diaria– se va cebando implacablemente con nuestra piel… y con nuestro cuerpo.

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Pero no está todo perdido ni hay por qué abandonarse al enjevecimiento sin más. “Algunas de las causas del envejecimiento son inevitables y no podemos modificarlas, porque nuestra edad biológica va a determinar en gran parte qué ocurre en nuestra piel. Con los años, el metabolismo de las células se hace cada vez más lento. La piel se deshidrata y se seca debido a la disminución de la vascularización y de las secreciones sudoríparas y sebáceas; disminuye también la síntesis de colágeno y elastina, y se reduce la capacidad de reparación celular. Además, en las mujeres bajan los niveles de estrógenos a partir de la menopausia y, entre otras cosas, este cambio hormonal conlleva una piel más seca que pierde en gran parte su elasticidad”, resume la doctora Andrea Combalia en su libro ‘Piel sana in corpore sano’ (Grijalbo).

Envejecer depende de cómo vivas

Así lo confirma también el doctor doctor Vicente Mera, jefe médico de la Unidad de Envejecimiento Saludable y Medicina Genómica de SHA Wellness Clinic: “En el proceso de envejecimiento celular intervienen muchos elementos, si bien es verdad que el 30% es un proceso genético, que resulta muy difícil de modificar, el 70% restante está determinado por el estilo de vida, por lo que podemos hacer mucho para ralentizar este proceso. Llevar una buena alimentación, controlar el peso, ahuyentar el estrés, hacer deporte y evitar el tabaco y el alcohol puede alargar la vida hasta un 20% comparado con alguien que no tenga esos hábitos”.

Insiste en este punto la dermatóloga Andrea Combalia: “En efecto, existen factores externos que nos envejecen. Y esto sucede de manera complementaria al envejecimiento cronológico intrínseco, que viene marcado por nuestra genética. Entre los factores que aceleran el envejecimiento de nuestra piel destacan los ambientales, como la radiación ultravioleta, la contaminación atmosférica y las temperaturas extremas; y los propios de nuestro estilo de vida”, añade.

Aunque esta óptica es relativamente reciente: “Clásicamente, la medicina se ha centrado en el envejecimiento cronológico. La mayoría de las patologías se han atribuido al simple hecho de sumar años, por eso se ha invertido mucho tiempo en estudiar el ADN y sus alteraciones genéticas. Sin embargo, la genética sólo explica una pequeña parte de lo que ocurre en nuestras células. La gran mayoría del envejecimiento de nuestra piel está causado por factores externos; por tanto, muchos de los procesos que tienen lugar en nuestro cuerpo dependen de nosotros y de todo aquello que nos rodea. Somos lo que hemos vivido, experimentado y consumido. A medida que vamos cumpliendo años, sumamos experiencias y vivencias que se reflejan en nuestra piel”.

Pero no sólo debes seguir unas rutinas saludables para cuidar el cuerpo y vivir más y mejor, también hay otra cosa que puedes hacer, y es ahorrar un poco e invertir en alargar tu futuro analizando cómo podrías mejorar tu organismo para que envejezca de forma más lenta y mejor.

Lo último: terapias celulares

El Instituto de Medicina Regenerativa (RMI) es un centro pionero en utilizar terapias celulares innovadoras para mitigar el proceso de envejecimiento y prolongar la calidad y esperanza de vida. El proceso del tratamiento comienza eliminando primero las células senescentes y después continúa con la movilización de millones de células madre recién formadas de su medula ósea a su torrente sanguíneo.

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Hay tres tipos de células madre que se movilizan y que constituyen la base de tres funciones principales de nuestro cuerpo: musculoesquelética, inmunitaria y vascular. Todo parece ciencia ficción, pero en realidad es la tecnología más vanguardista aplicada al envejecimiento. ¿Cómo lo hacen? Estas células se almacenan en criopreservación y se conservan así hasta su reinfusión. Según la investigación de RMI “estas células se pueden reprogramar para que se comporten de forma más parecida al periodo en el que tenemos de 20 a 40 años. La reinfusión de las células periódicamente evitará una de las principales características del envejecimiento: el agotamiento de las células madre. También ayuda a restablecer la comunicación y a restaurar la energía celular”, señalan.

Ahora que ya sabes cómo puedes ralentizar tu envejecimiento, ya está en tus manos…

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Virginia de los Ríos

Virginia de los Ríos es experta en Belleza y Grooming, temas de los que escribe habitualmente en Cosmopolitan: cremas faciales, cosmética corporal, tratamientos capilares, protocolos en cabina, perfumes, nuevos activos… Desde Dior a Chanel, pasando por Loewe, Sephora, Augustinus Bader o Cantabria Labs, sigue al milímetro los lanzamientos de las marcas del sector beauty, desde las más prestigiosas a las firmas nicho o las marcas low cost.

A esta periodista especializada en belleza y tratamientos –y a la que muy pocas cosas le harían renunciar a un pintalabios rojo satinado– le sigue apasionando, después de 15 años escribiendo sobre belleza, colarse en los laboratorios cosméticos para conocer cómo se desarrollan los ingredientes más punteros, destapar el frasco de las nuevas esencias y meter los dedos en los tarros de crema. Antes de que Instagram fuera un embrión, creó la plataforma The New Millesime, con el formato de tablero, para dar a conocer y analizar lo último en cosmética de lujo y lifestyle.

Virginia de los Ríos se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto, posteriormente se diplomó en Edición y Publicación de Libros por la misma universidad y tiene el Máster en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Fue profesora de Lengua y Literatura españolas durante dos años en la Universidad de St. Andrews (Gran Bretaña) y cuenta con una experiencia de más de dos décadas como periodista en distintos medios de comunicación, entre los que destacan algunas de las cabeceras de HEARST, como Elle, Cosmopolitan, Harper’s Bazaar, Men’s Health o Esquire. Además, ha sido redactora jefe de Women’s Health y ha colaborado en numerosos grupos editoriales y publicaciones de relevancia, como Prisa, Unidad Editorial, El Semanal XL, MujerHoy, Yodona, Fuera de Serie, etc.