Cuántas veces una amiga te ha comentado que usa una crema que le está haciendo un efecto increíble y tú, que has visto los resultados, decides comprártela también. La usas tres semanas y ya empiezas a perder la paciencia, porque no ves que las arruguitas se hayan difuminado ni los granos hayan desaparecido. Y esto no significa que la crema esté en mal estado o que no sea tan buena como pensabas, sencillamente puede que sufras lo que popularmente se conoce como “piel vaga”. Todos podemos deducir de significa tener una piel vaga y estaremos en lo cierto. Lo confirma Esmeralda García, experta en belleza y responsable técnica de Ambari. “Hablamos de piel vaga cuando nos encontramos ante la falta de resultados cuando se usan productos cosméticos de forma habitual. Le llamamos vaga porque la apariencia es de una piel perezosa que no responde como esperamos a las cremas”.

¿Por qué la piel se vuelve vaga?

Si has notado que últimamente te está pasando esto, lo primero es averiguar el motivo que hay detrás para poder corregirlo, porque los expertos aseguran que es posible revertir esta situación de piel vaga. Normalmente hay dos posibles causas que explican este estado de la piel, que no responde como debiera a la aplicación de cosméticos.

  1. No seguir una rutina de belleza óptima. En este caso el motivo por el que aparecería la condición de piel vaga sería un protocolo equivocado o deficiente del cuidado de la piel o bien un tratamiento muy errático. “Nos encontraríamos ante una piel vaga por insuficiencia de rutina. Es decir, esperar resultados milagrosos cuando a la piel en realidad no se le están aplicando los ingredientes cosméticos necesarios para resolver aquello que nos preocupa. Un ejemplo de esto podría ser intentar eliminar los puntos negros con una crema de ácido hialurónico, cuya función es la de hidratar, pero no la de resolver el problema de imperfecciones y granitos”, explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. La dermatóloga Andrea Combalia señala también otra causa que puede estar detrás de este tratamiento de la piel inadecuado y que explicaría la condición de una piel vaga. “A todos nos apetece adquirir el nuevo lanzamiento que ha salido al mercado. ¡Queremos probarlo todo! Pero cambiar constantemente de productos interfiere de manera negativa en los resultados, sobre todo cuando los productos contienen activos transformadores, porque no les damos tiempo para actuar. Para que una rutina sea efectiva a lo largo del tiempo hay que mantenerla y ser constante. Todos buscamos efectos inmediatos, pero los verdaderos resultados aparecen con el tiempo”.
  2. Aplicarse demasiadas cremas. En cosmética tan malo puede ser un protocolo incompleto como uno sobredimensionado. “También nos podemos enfrentar a una piel vaga por exceso de principios activos. Esto sucede cuando aplicamos a nuestra piel tantos cosméticos y con tantos ingredientes activos diferentes y de manera tan continuada que se sobreentrena. Llega a unos máximos de perfección, podríamos decirlo así, y nos acostumbramos a ese estado queriendo más resultados, cuando la piel realmente estaría ya en condiciones óptimas”, analiza Raquel González, cosmetóloga y directora de educación de Perricone MD. En este caso, las expertas recomiendan no obsesionarse y reflexionar. “Cuando nos encontramos en esta situación, debemos pararnos y analizar si realmente tenemos ya la piel como la deseamos tener, es decir, si está sana, jugosa, hidratada y luminosa. Si tenemos dudas, lo mejor es acudir a un especialista para que pueda determinar si, quizás, para esos resultados que a tu juicio están mostrando una piel vaga, en realidad se precisan tratamientos más invasivos, como la cirugía estética, por ejemplo”, expone Bella Hurtado, directora de formación de Boutijour.

Es de esperar que si llevas mucho tiempo aplicándote cosméticos con ácidos tengas una piel mucho más refinada y quizá haya llegado ya a su tope, por lo que estaríamos ante una piel vaga en sentido estricto. Por eso si sigues teniendo imperfecciones o quieres un ‘up grade’ de tu piel quizá lo siguiente sería acudir a un ‘peeling’ médico, previa prescripción del dermatólogo, claro. En cambio, si nunca te has aplicado ácidos ni retinoides, lo más probable es que notes sus efectos y veas un cambio notable de la piel en muy pocas semanas.

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¿Cómo solucionar una piel vaga?

Hacer que tu piel vuelva a reaccionar ante las cremas es posible. En el caso en el que la piel vaga se deba a una mala praxis, algo bastante habitual si eres principiante en esto de la cosmética, la cosa tiene fácil solución. “Cuando se trata de una vaguería por seguir una rutina de belleza más corta de lo que debería ser o con menor riqueza de ingredientes específicos, conviene dejarse guiar por un experto, para que nos prescriba los mejores productos y cómo aplicarlos”, recomienda Marta Agustí, asesora y ‘beauty expert’ de la plataforma Purenichelab.com.

En los casos en los que la piel vaga se deba a que esta está demasiado saturada y se ha acostumbrado a las cremas, los expertos proponen diversas soluciones. “Un día a la semana, no deberíamos aplicarnos más productos cosméticos aparte de una crema hidratante ligera. Así, la piel ‘recuerda’ que tiene que trabajar por sí misma”, señala la experta de Perricone MD, Raquel González.

La doctora Andrea Combalia, autora de ‘Piel sana in corpore sano’ (Grijalbo), puntualiza también que “con el paso de los años es importante adaptar el cuidado facial a las necesidades y a los cambios que van teniendo lugar en nuestra piel, si bien variar a menudo de producto resulta contraproducente. Es cierto que la piel se acostumbra a las cremas, pero eso no significa que los activos dejen de ser efectivos”, sentencia.

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Virginia de los Ríos

Virginia de los Ríos es experta en Belleza y Grooming, temas de los que escribe habitualmente en Cosmopolitan: cremas faciales, cosmética corporal, tratamientos capilares, protocolos en cabina, perfumes, nuevos activos… Desde Dior a Chanel, pasando por Loewe, Sephora, Augustinus Bader o Cantabria Labs, sigue al milímetro los lanzamientos de las marcas del sector beauty, desde las más prestigiosas a las firmas nicho o las marcas low cost.

A esta periodista especializada en belleza y tratamientos –y a la que muy pocas cosas le harían renunciar a un pintalabios rojo satinado– le sigue apasionando, después de 15 años escribiendo sobre belleza, colarse en los laboratorios cosméticos para conocer cómo se desarrollan los ingredientes más punteros, destapar el frasco de las nuevas esencias y meter los dedos en los tarros de crema. Antes de que Instagram fuera un embrión, creó la plataforma The New Millesime, con el formato de tablero, para dar a conocer y analizar lo último en cosmética de lujo y lifestyle.

Virginia de los Ríos se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto, posteriormente se diplomó en Edición y Publicación de Libros por la misma universidad y tiene el Máster en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Fue profesora de Lengua y Literatura españolas durante dos años en la Universidad de St. Andrews (Gran Bretaña) y cuenta con una experiencia de más de dos décadas como periodista en distintos medios de comunicación, entre los que destacan algunas de las cabeceras de HEARST, como Elle, Cosmopolitan, Harper’s Bazaar, Men’s Health o Esquire. Además, ha sido redactora jefe de Women’s Health y ha colaborado en numerosos grupos editoriales y publicaciones de relevancia, como Prisa, Unidad Editorial, El Semanal XL, MujerHoy, Yodona, Fuera de Serie, etc.