Probablemente los hayas visto en redes sociales. Cada vez son más los que se apuntan a la moda de los huertos urbanos. Con un pequeño gesto, no sólo se consigue un espacio muy ‘instagrameable’, sino que, además, te da la posibilidad de cambiar tu alimentación, combatir el estrés y hacer una parada en el vertiginoso ritmo diario al que, probablemente, como la gran mayoría, estés expuesta. ¿Necesitas más razones para aficionarte a esta nueva actividad? Pues aquí va otra: cultivar y cuidar un huerto urbano también te ayudará a cuidar del planeta.
Solo necesitas poner en práctica las pautas que te propone IKEA desde su sección "El hogar del cambio". Como expertos en la vida en casa, saben cómo ayudarte a enfrentarte a los cambios que vivas y a sacar el máximo partido de cada uno ellos. ¿Estás decidida a darle un giro eco a tu vida? Con estas sencillas pautas, notarás los beneficios incluso antes de empezar.
Si quieres, puedes
El mero hecho de planear la creación del huerto urbano tiene muchos beneficios para tu salud mental. Entre otros, te permite tener la cabeza ocupada planificando algo que te ilusiona, tu autoestima, con cada paso que completes, se verá reforzada y te sentirás más motivada al observar los resultados que va dando tu trabajo.
Sabemos que montar un huerto urbano en un piso o apartamento puede parecer, a priori, complicado. Pero el espacio no es un problema, a pesar de lo que mucha gente tiende a pensar. Puedes colocarlo en una zona en la que quepa un carrito (uno con ruedas es ideal si necesitas mover tus plantas a menudo) o una estantería. Y, si te decantas por un invernadero hay algunos modelos que pueden colocarse encima de una repisa o ventana.
La iluminación es importante, pero cuando no se dispone de suficiente luz natural, pueden utilizarse luces de cultivo. Gracias a su espectro especial de tonos azules y rojos ayuda a que tu cultivo crezca y puedas disfrutar de los frutos de tu trabajo, literalmente. Eso sí, para ser fiel al propósito de proteger al medioambiente, las luces deberían ser LED, de bajo consumo.
Aprovechar el espacio de las paredes es otro sencillo truco que te posibilitará montar tu huerto urbano aunque el espacio no sea lo suficientemente grande. Consiste en colocar una barra con ganchos para dejar colgadas las macetas con tus plantas y herramientas. No sólo cumple la parte funcional de tener todo a mano para cuidar de tus cultivos, sino que decora de maravilla la habitación. Emplear una escalera para colocar distintas macetas es una opción original que también te permite ahorrar espacio.
¿Qué vas a necesitar para tu huerto urbano?
- Un módulo de cultivo: un soporte con baldas te permitirá colocar distintos cultivos de manera ordenada y lo mejor de todo es lo bonito que queda.
- Macetas y jardineras: juega con distintos tamaños y estilos en función del espacio del que dispongas y del resultado estético que quieras conseguir. No te olvides de un enrejado para tomates, pepinos y otras plantas trepadoras.
- Un semillero: puede ser un molde para magdalenas como este de IKEA. Práctico y caben varias plantas a la vez.
- Semillas: algunas de las más recurrentes para los huertos urbanos son las de plantas aromáticas, tomillo, albahaca, perejil, romero...
- Agua: no te olvides de tener siempre a mano pulverizadores y regaderas. También puedes instalar un sistema de riego sostenible que te ayudará a no desperdiciar agua.
- Sustrato de cultivo: puedes comprarlo, pero te recomendamos que hagas tu propio compost. Es muy sencillo y con ello reducirás la acumulación de residuos.
Cómo plantar las semillas y hacerlas germinar
La primera noticia que te va a sorprender es que, para este tipo de huerto, no necesitas tierra. ¿Cómo es posible? Muy sencillo, con las técnicas de la jardinería hidropónica, una forma de cultivar las plantas que no requiere de tierra, basta con comprar lo que se conoce como sustrato de cultivo, que ayuda a la fijación de la semilla y le aporta su necesaria nutrición a base de minerales y agua. Resultado: más plantas en menos espacio, ya que no requieren de tierra.
Lo que sí vas a necesitar para que germinen y crezcan tus semillas, son unos pequeños recipientes, semilleros y módulos de cultivo que puedas colocar en cualquier huequecillo que tengas por casa. Unos tarritos pueden servir perfectamente y además serán decorativos.
Coloca dentro del recipiente el semillero, cúbrelo con agua, rellena los agujeros de la tapadera del semillero con el sustrato de cultivo. Coloca esta tapadera en el módulo con el semillero y luego mete las semillas en el interior del sustrato. Listo, ahora a cuidarlas para que crezcan.
Este método te permitirá, además, no usar herbicidas ni pesticidas y las plantas crecerán en la mitad de tiempo que en la agricultura convencional. Más alimentos en menos tiempo y sin ningún riesgo para la salud.
Si el sistema de riego es sostenible, mejor
El agua es un bien preciado y por eso debemos cuidar su consumo incluso cuando se trata de regar nuestro huerto urbano. Para ello, podemos usar los sistemas de riego sostenibles, que consisten en técnicas o piezas que reducen el consumo de agua.
Si se te suele olvidar regar las plantas y eres de las que se les mueren hasta un cactus, una maceta con autorriego te vendrá de maravilla. El accesorio mantiene la tierra húmeda, por lo que tus plantas podrán crecer felizmente a pesar de tu cabeza olvidadiza, o en caso de que te vayas de vacaciones.
Compost para la tierra
¿Sabías que casi un tercio de tu cubo de basura es orgánico? Peladuras de frutas y verduras, cáscaras de huevos, restos de comida, posos de café, alimentos que se nos caducan… Todo esto si no lo reciclas en el contenedor de orgánico acaba en un vertedero o en una incineradora… El resultado: más CO2 y más contaminación.
¿Y si todo esos restos orgánicos acaban transformándose en compost, un abono natural que enriquece los suelos?Necesitas un cubo para basura orgánica , seguido de una jardinera o caja donde guardar los restos orgánicos.
Para hacer tu compost, es mejor utilizar restos de verduras y plantas, pero también puedes incorporar cartón y papel sin tinta. El compost sólo requiere que lo remuevas de vez en cuando y tarda unos tres meses en generarse. A partir de ahí, puedes echarlo en la tierra de tus plantas al mismo tiempo que cuidas el planeta.
Si sigues todas estas recomendaciones, harás de tu casa "El hogar del cambio", tendrás un maravilloso huerto urbano en un abrir y cerrar de ojos, mejorarás tu economía, tu alimentación y, de paso, le harás un favor al planeta.
