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La regla me vino a los 11 años. Y esta es la primera vez que lo 'digo' en público. Mi grupo de amigas del colegio siempre tuvo entendido que fue a los 13 –edad a la que les bajó a todas las demás (se supone)–. Oculté cuando me vino porque (a mi entender) fui la primera, y me daba vergüenza por el 'bullying' que habíamos hecho a otra niña, a la cual le vino a los 9 años. Yo no quería esa mofa para mí. Me aterraba.

Con el paso del tiempo, he entendido que de ella nos reíamos por la falta de educación que teníamos entonces sobre la menstruación, algo que espero que se haya erradicado entre la generación Z.

Cuánta falta nos hubiera hecho una buena charla.

Total, que estuve 2 años sin decirles a mis amigas del colegio que tenía la regla y odié con todas mis fuerzas ver la sangre en mi compresa. Solo mi madre me compraba productos de higiene íntima (pese a que siempre ha sido mi padre el que ha hecho la compra en casa), y las compresas y 'salvaslips' los escondía en mi habitación. En mi casa, la regla no se llamaba regla, era "la factura del teléfono", nombre 'clave' sacado de un anuncio de televisión cuyo 'claim' era "no me ha venido... la factura del teléfono", y aunque no me dolía la tripa y tenía una menstruación bastante agradecida y regular, siempre me daba una rabia tremenda tener que sangrar por el mero hecho de ser chica.

A mis amigas les vino la regla más tarde (se supone)

Cuando a todas mis amigas les vino la regla, en el verano de 1º de ESO, entonces, a mí también. Y fue un alivio dejar de esconderme y poder hablar de nuestra primera vez (la mía, trasladada a ese estío). Pero no fue una reconciliación al 100%: a la hora de ir a cambiarnos, los chicos de mi clase se reían de nosotras cuando llevábamos el neceser en la mano al servicio (neceser, porque era impensable llevar la compresa en la mano). Me pasé todo el curso intentando que los chicos no me vieran ir con mi estuche y evitando los baños que tenían la parte de arriba o de abajo abiertas porque, si podían, ¡venían a asomarse!

Cuánta falta les hubiera hecho una buena charla.

Escondiendo los tampones para ir a cambiarme

El tiempo pasó y mi relación con la regla fue mejorando. Aún así, en la universidad también tenía integrada la costumbre de esconder el tampón en mi manga cuando iba a cambiarme, algo que arrastré hasta mis primeros trabajos.

Fue entonces cuando me di cuenta de lo absurdo que era (allá por 2019), y decidí comentarlo con mis amigas. Las conclusiones que sacamos sobre nuestras respectivas relaciones con la regla giraban en torno a que todas nuestras historias estaban aderezadas con diferentes tabúes.

Feminismo y menstruación

Entonces, en ese propio imaginario que estaba yo misma deconstruyendo allá por 2019, el corto documental 'Period. End of Sentence' se llevó el Oscar. En él se muestra cómo unas mujeres indias aprenden a fabricar compresas gracias a unas estudiantes estadounidenses y enmarca toda la cultura sobre la regla que existe en India (unos datos abrumadores y muy tristes). Y desperté. Mi posición en el mundo era muy privilegiada y no podía dejarme llevar por un tabú que había alimentado la poca visibilidad que había sobre sangrar y, por ende, el sistema machista en el que nos han educado.

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D.R.

Hoy, muchas mujeres artistas, ilustradoras, escritoras... han conseguido que diferentes cuestiones relacionadas con la regla se traten con mayor naturalidad. Y esa libertad y visibilidad ha ocurrido gracias al feminismo, esa cuarta ola, le llaman, que está abriendo tantos melones a través de, entre otras plataformas, diferentes cuentas de Instagram que debaten sobre asuntos como la 'vergüenza' que nos da hablar sobre endometriosis, sobre tener quistes en los ovarios o que tratan movimientos como el 'free bleeding' (que promueve no utilizar nada que bloquee o recolecte la sangre, para que la regla siga su curso).

Mi relación con mi periodo, definitivamente, ha cambiado: ahora uso la copa menstrual, pero desde 2019 hasta que la descubrí, un año después, ni siquiera me daba cuenta de que llevaba el tampón en la mano cuando me iba a cambiar al servicio y, por ejemplo, digo que "me duele la tripa debido a que estoy con la regla" si cualquier persona, en especial, hombres cisheterosexuales me preguntan (y esto antes lo omitía, porque consideraba que era 'cosa de chicas').

Tener la regla es un rollo, pero forma parte de lo que supone ser mujeres y he aprendido que no hay que esconderla. ¿Y tú?

*Desde 2020 se enseña sobre salud menstrual en las escuelas de Inglaterra. Ojalá esto sea posible en todo el mundo muy pronto.