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El éxito de ‘Los Bridgerton’ fue inmediato al convertirse en un caramelo escapista, made in Netflix’, experto en crear series con las que los espectadores, ansiosos por descansar de la realidad, encuentran en la televisión una ventana que mira hacia la utopía más deliciosa. Sin embargo, como suele ocurrir con todos los productos culturales que alcanzan la fama de forma veloz, las segundas lecturas llegaron al poco tiempo. Mientras que tras su estreno la mayoría aplaudió la diversidad de su casting, después llegaron las reflexiones. Desde acusaciones de colorismo hasta críticas que señalan que obviar la raza y borrar el racismo de la época (hablamos del año 1813) en la que tiene lugar la trama, un nuevo debate se ha abierto: ¿hemos de disfrutar de las virtudes escapistas de la serie de Netflix o tenemos que echarle en cara que funcione como una obra de ficción revisionista destinada a gustar a las audiencias?
Regé-Jean Page, el protagonista de la primera temporada, explicó a ‘Entertainment Weekly’ las virtudes de la diversidad racial de la serie. “Gracias a un casting en el que la raza se ha tenido en cuenta, puedo existir como una persona negra. No soy un esclavo, y la trama no tiene que centrarse en el trauma. Podemos centrarnos en la humanidad y en la felicidad”. Ana Bueriberi, directora de comunicación del comunicación antirracista y feminista negro Afroféminas, coincide en aplaudir que los personajes negros de la serie no sean reflejados como víctimas. “Es que hablamos de una serie de ficción, por lo que no le podemos pedir una rigurosidad histórica. Parece que cada vez que hay un protagonista negro hay que contar una historia triste”, comenta. Sin embargo, lo que sí resalta es el colorismo, una discriminación que privilegia a las personas de un determinado tono de piel (generalmente el más claro) sobre otros, del casting de la serie de Netflix. “Estamos alcanzando espacios con una audiencia tremenda, pero tenemos que preguntarnos qué personas negras son las que están llegando a estas producciones. Es la parte de la comunidad más consumible, la que más cuadra con los cánones de belleza europeos o hegemónicos”, explica Bueriberi.
Lo que también ocurre al explorar el casting en el que las razas no se especifican ni se tienen en cuenta es que se basa en la teoría de que se elegirá a la mejor persona para el papel disponible. El problema llega cuando una persona de color consigue el puesto, porque en una industria dominada por la raza blanca, los papeles suelen haber sido escritos en realidad por y para personas blancas, por lo que cuando es una persona negra quien termina por interpretar el papel, rara vez se ajustan sus características y vivencias a las que una persona racializada habría tenido en la época. Armando Buika, fundador de The black view, una asociación cuyo objetivo es fortalecer la conexión entre España por un lado y América, África y Asia por otro, comparte con ‘Cosmopolitan’ su visión. “Anestesian lo que ocurre, no se corresponde con la realidad. El racismo existe y hay que erradicarlo, y para hacerlo no hay que tapar los ojos. Hay que hacer historias que cuenten relatos en los que el negro no sólo sea víctima. Yo no me quejo del racismo, sino de la incultura, porque a día de hoy, hay un comportamiento que se repite constantemente. Los colores existen y nos hacen diversos, es absurdo intentar negarlo”, asegura.
Tampoco comparte la tendencia de la industria de dar a actores negros papeles de personajes históricos blancos, como es el caso de Jodie Turner-Smith interpretando a Ana Bolena. Se trata de una decisión especialmente controvertida, pues la representación de una reina empoderada y negra precisamente cuando comenzó el sistema de comercio triangular de esclavos africanos carece de sensibilidad ni sentido.“La comunidad negra tiene muchas historias que han de ser contadas. Que cambies el color de piel y la identidad me parece una barbaridad. Esta idea de querer ser diversos e inclusivos puede caer en el otro lado, porque con estos argumentos, al cambiar el color de piel a personajes blancos para ser diversos, lo que se consigue es precisamente que los racistas ofrezcan más resistencia”, opina Armando. “Lo que han de hacer las grandes industrias es mirar a la historia, donde hay cantidad de referentes que la gran mayoría no sabe que eran negros, como por ejemplo, Alejandro Dumas. Habría que revisar la historia y rescatar y devolver el color real de las personas”, sentencia.
La escena de la controversia
En el sexto capítulo de la primera temporada (si todavía ni has llegado, ojo, porque viene un ‘spoiler’ en 3,2,1...) el personaje de Daphne, una mujer blanca, obliga a su marido Simon, un hombre negro, a eyacular en su interior sin su consentimiento. El creador de la serie, Chris Van Dusen explica a 'Entertainment Weekly’ por qué mantuvo esa escena que ya aparece en el libro original, escrito 20 años antes. "Siempre he dicho que el subtítulo de la primera temporada tendría que ser 'La educación de Daphne Bridgerton’. Este incidente encaja en ella, que comenzó siendo como una inocente y perfecta debutante, y la vemos convertirse en una mujer abrumada por las constricciones que la sociedad impone en ella. Finalmente, se da cuenta de quién es y de lo que es capaz", justifica el creador para justificar el atroz abuso sexual que conlleva otro abuso: el de poder.
Biel Moreno, que acaba de publicar en Afroféminas su el primer episodio de un cómic sobre la sexualización del hombre negro, explica a ‘Cosmopolitan’ la cosificación que la serie hace del personaje masculino. Antes de hacerlo, Biel comenta el papel que desempeña el lenguaje audiovisual. "En el momento que se realiza el abuso, sólo son usados primeros planos de cada uno. Mientras que los planos de Daphne son contrapicados (de abajo hacia arriba, en señal de poder), los planos de Simon son picados (de arriba hacia abajo, en señal de debilidad). Este hecho reafirma los roles de poder de los personajes", comenta.
Esa es la razón, asegura, por la que tantas personas hablan de que ese abuso de poder tiene su origen en la sexualización y cosificación del hombre negro. "Este tipo de opresión se remonta a la esclavitud, donde reducir al esclavo negro a un objeto, remarcaba y posicionaba al hombre blanco en una mayor escala de poder. Creo que es muy importante pararse a pensar en el porqué de las cosas. A veces, los estereotipos y prejuicios impiden que nos demos cuenta de situaciones de desigualdad aparentemente inocentes, pero que en realidad, esconden un trasfondo mucho más crudo", explica Biel.
El que la serie se esfuerce en hacer que el realmente culpable sea Simon por haber mentido a su esposa, y no ella por haber abusado de él, vuelve a empujar a los espectadores a encontrarse con un nuevo caso en el que la importancia del consentimiento ha de ser subrayada, pues la serie ignora esta cuestión. Resulta especialmente preocupante, como señala Biel Moreno, que tuvo claro desde el primer visionado que la escena mostraba un abuso sexual, el que apenas haya generado mucha crítica al respecto, lo que pone de manifiesto cómo a veces normalizamos tales situaciones de desigualdad. "Es posible que la objetificación del hombre negro y la burbuja de estereotipos que lo rodea hayan contribuido de forma directa en la banalización por parte del espectador hacia los actos de Daphne. Aunque la serie esté ambientada en una realidad distinta a la nuestra, como espectadores tenemos el deber de denunciar y analizar ciertas actitudes y acciones. Es por eso que es inevitable que surjan las preguntas: ¿Fue la escena ideada como un abuso? ¿Por qué esta ha sido normalizada tanto por los propios personajes como por el público? ¿Habría reaccionado diferente el espectador si el abuso se realizase a un hombre blanco? ¿Qué pasaría si Simon hubiese denunciado la vulneración de su consentimiento?", se pregunta.
La diversidad en las series
El productor Aritz Cirbián nos recuerda que desde hace tiempo, tanto en el mundo audiovisual como en el editorial existen los llamados "lectores de sensibilidad", que son consultores de guión que pasan notas específicamente sobre asuntos de diversidad para que los guiones reflejen el suficiente grado de diversidad y se tenga en cuenta si se está tratando a las minorías con respeto y con verosimilitud. En su opinión, el que la serie obvie la raza no es problemático. “Los Bridgerton es una de las series que está hecha con la voluntad de tener un casting diverso. Desde su concepción está hecha con la premisa de plantear qué pasaría si representamos la época de la Inglaterra victoriana ajena a conflictos por motivos raciales. Como la serie tiene una vocación escapista, creo que de la misma forma que hay autores que usan la fantasía y la historia ficción para hacer críticas sociales, hay creadores como Shonda Rhimes o Ryan Murphy que optan por usar una fantasía utópica en la que las diferencias raciales no existen y cohabitan pacíficamente para hacer una crítica desde el entretenimiento y el bienestar del espectador. No creo que eso quiera decir que apuesten por el olvido o el blanqueamiento de estas situaciones de desigualdad, sino que creo que hacen precisamente lo contrario", opina el productor.
Aritz refuerza los puntos positivos de esta mecánica."Permite que personas racializadas y de sexualidades no heteronormativas estén representadas en pantalla en lugares y momentos dela historia en los que nos hemos acostumbrado a que no estuvieran representados, no porque no existieran, sino porque el heteropatriarcado las ha ocultado a lo largo de la historia. Por ello, me parecen series que desde una perspectiva popular, quizás no de gran valor artístico, tienen algunos valores positivos”, explica.
Armando Buika, fundador de The black view, y Ana Bueriberi, directora de comunicación de Afroféminas, señalan la importancia de que en las estructuras de poder haya personas negras. “Aunque en Netflix y Disney hay un departamento de inclusión de diversidad, en España esos departamentos los llevan personas blancas. Si tienes el poder en esos departamentos y formas parte del privilegiado, difícilmente vas a comprender de qué va todo esto”, señala Armando. El broche final lo pone Ana Bueriberi, “Sin lugar a dudas, para solucionar el problema de diversidad ha de haber gente diversa donde se deciden las cosas, como en el equipo de casting, guión, producción… No estamos donde tenemos que estar, y lo que tenemos que dar es nuestra perspectiva del producto”, concluye.
