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Seguro que la tienes bien fichada: Virginia Torrecilla juega como centrocampista en el Villarreal C.F., y fue noticia (tristemente) cuando en 2020 le detectaron un tumor en el cerebelo. "¿Qué es un tumor en el cerebelo? ¿Qué tengo que hacer? ¿Volveré a jugar?", estas fueron las preguntas que ella recuerda que le asolaron cuando recibió los resultados de unas pruebas que le realizaron por un dolor de cabeza que no se iba.
Su vida estaba a punto de cambiar y, hoy, después de un largo proceso de recuperación, puede contar que vio la luz, después de muchos miedos, en un libro que acaba de lanzar. Se titula 'Nadie se arrepiente de ser valiente', y el 10% de la recaudación irá destinado a la Fundación Siempre Fuertes.
La futbolista, que en 2013 debutó en la Selección española (donde llegó a ser capitana), ha participado en dos Eurocopas y dos Mundiales de fútbol. En su libro, hace una reflexión desde lo más íntimo sobre sus vivencias y sus anhelos que, en palabras de su amiga Alexia Putellas: "Harán reír, pensar, recordar, sentir y, quizá, hasta llorar a más de uno".
Tuvimos la oportunidad de sentarnos con ella para que nos contara más...
¿Cómo te sientes después de haber publicado este libro?
Muy contenta y, sobre todo, feliz por que se conozca la historia de una chica que jamás hubiese pensado pasar por todo lo que lo que ha pasado. Quiero llegar a la gente, y es lo que he dicho muchas veces: si este libro llega a una persona, aunque sea sólo una, seré muy feliz. Quiero hacer ver que es posible seguir hacia adelante.
¿Por qué te lanzaste a escribir esta historia?
A mí siempre me ha gustado mucho escribir, sobre todo, cuando me he sentido menos bien o más vulnerable. Cuando me detectaron el cáncer, escribí sobre ello. Más tarde, me contactaron para escribir un libro sobre lo que me pasó. Acepté, y ahora pienso que hablar sobre mí ha sido muy fácil.
¿Qué es lo que más te costó?
Como lo pasé tan mal, me costó recordar y plasmar las cosas que había borrado mi mente (que entiendo que fue por cómo trabaja el subconsciente).
¿Qué se siente cuando tienes que parar tu vida de repente?
Mucho miedo. Porque ya no era parar mi vida y dejar de jugar al fútbol, que era lo que más me llenaba, sino que tuve que concienciarme con que podía ser posible que mañana no estuviera aquí. Después de operarme, me dijeron que tenía que someterme a quimio y radio y todas las posibles consecuencias que vendrían después me aterraron. En lo único en lo que pensaba era en que quería vivir y estar con mi familia. Yo soy muy positiva, pero fueron momentos de pasar mucho miedo.
¿Y te hubiera gustado recibir algunas palabras o algún consejo cuando te diagnosticaron cáncer?
Yo creo que estuve muy bien rodeada en todo momento. Desde el principio, me dijeron lo que tenía que hacer y parece una tontería, pero el mejor consejo que me dieron fue no buscar en Internet sobre la enfermedad. Hay que confiar en tus médicos, ser positiva y paciente. Eso a mí me salvó.
En tu libro hablas del miedo a la muerte. ¿Cómo se gestiona? ¿Cómo consigues equilibrarte durante todo ese proceso?
Es verdad que muchas veces lo pienso y digo: "Madre mía, ¿cómo pude ser tan positiva en ese momento?". Es verdad que tuve muchos malos, sobre todo, con la quimio, y mi madre me ayudó mucho. Yo no sabía realmente lo que era la quimioterapia y los dos últimos meses fueron muy duros, no podía hablar, levantarme de la cama... Me dolía absolutamente todo. Me dolía tanto, que me metía en la bañera y me bañaba varias veces al día con agua caliente para paliar el dolor de los huesos y el estómago. Veía ahí las series y las películas. Sentía miedo y rabia. Pero ahora puedo contar que he superado un cáncer.
¿Qué es lo que has aprendido de todo lo que has pasado?
Que lo más importante es aprovechar el día a día. Yo me acuerdo de que echaba muchísimo de menos estar debajo de casa tomando una coca cola. Y es algo muy simple, pero es así. Todo el mundo nos quejamos de la rutina, pero cuando esa rutina no está, es algo malo.
¿Qué importancia le has dado a la salud mental?
Mucha. Tuve que pedir ayuda. Sobre todo, porque tuve un accidente de coche con mi madre en 2021 que la dejó en silla de ruedas, dos meses después de recuperarme. Caí en picado a un pozo, y sentí que no iba a poder salir de ahí. Fui todos los días, porque no quería salir de casa, no quería relacionarme con nadie... Poco a poco fui viendo la luz, aunque de vez en cuando venían bajones. Creo, además, que es muy importante pedir ayuda en general. Yo lo volvería a hacer.
¿Hay algún consejo que te haya dado tu terapeuta que te haya servido mucho?
Sí. Después del accidente, pasé un tiempo sin poder dormir, y mi terapeuta me dijo que, antes de conciliar el sueño, todos los días pensara en lo positivo que había en mi vida. Eduqué a mi mente para hacer eso cada noche; es algo que me hizo mucho bien.
¿Por qué animarías a leer tu libro?
Lo recomiendo porque creo que anima a superarse y a darte cuenta de la fortaleza de la mente humana. Nunca hubiese pensado que me pasaría todo lo que me ha ocurrido, pero pasa, y no me quedó otra que superarlo, seguir hacia adelante, y ya no sólo por mí, sino por mi familia y amigos.
¿Cómo has vivido el apodado #metoo del fútbol, a raíz del capítulo de Jenni Hermoso?
Dolida con todo lo que está pasando. Es una desgracia que tengamos que vivir esto a día de hoy, ahora que estamos superando muchas fronteras, que estamos rompiendo paredes para que venga la gente más joven... Es una pena, pero bueno, estoy con ella al 100% y creo que entre nosotras tenemos que apoyarnos para poder salir de todo esto y, sobre todo, que no vuelva a ocurrir.
¿Cómo se presentan los próximos meses?
Ahora mismo estoy muy feliz, me siento en la mejor versión de mí misma y hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Estoy en una etapa estable de mi vida, y toda mi familia, mi pareja, etc., estamos unidos y vivos, disfrutando de la vida. Tengo pensados proyectos de futuro, para cuando deje de jugar (que yo creo que será más pronto que tarde) y me apetece involucrarme más en el universo del fútbol femenino. Quiero trabajar desde dentro en el deporte que he amado toda mi vida.
¡Pues que así sea!
