Los famosos y sus acosadores: cuando el fanatismo se convierte en obsesión

La protagonista de ‘Friends’ ponía fin a un ‘via crucis’ personal en 2010 cuando su acosador, Jason Peyton, recibía una estricta orden de alejamiento hacia la estrella. El hombre, que se obsesionó con ella después de que esta regresara a la soltería tras romper con Brad Pitt, estaba dispuesto a casarse con ella a la fuerza. Como prueba, recorrió parte de los Estados Unidos con un coche en el que ponía ‘Amo a Jennifer Aniston’. Aunque lo verdaderamente preocupante es que en el automóvil encontraron cinta adhesiva, objetos punzantes y demás herramientas que no se supieron para qué estaban destinadas en su cabeza. El colmo del caso llegaría cuando Peyton se plantaba en Hollywood donde durante días estuvo buscando la mansión de la actriz. Por último, en sus antecedentes figuraban delitos físicos hacia su madre y autolesiones.

Uno de los acosadores que más lejos llegó cuando se trata de Cyrus fue Mark McLeod, que reconoció ver “todo lo que la cantante grababa”, llegando a afirmar que esta “le mandaba mensajes secretos a través de la televisión”. Por desgracia, este es un patrón muy común que llegan a sentir quienes sufren esquizofrenia. En el caso de McLeod y Cyrus, este fue arrestado en las inmediaciones del sitio donde la estrella grababa la película ‘La última canción’ y dejado en libertad pocos días después. A día de hoy se desconoce su paradero así como si ha dejado en paz a la artista.

La artífice de ‘Formation’ fue acosada durante años, desde 2009 a 2013, por un hombre que aseguraba que la actual Beyoncé es una impostora que habría sustituido a la Beyoncé que comenzó su carrera musical. Un delirio que habría acabado en cartas y amenazadas, dado que el fan, británico, pensaba que ella había matado a su ídolo y se había colocado en su lugar. Una orden judicial acababa por sentenciar a este hombre por acoso. Otra artista que también ha sido víctima de una teoría de conspiración similar es Avril Lavigne, de la que se asegura que no es la misma que irrumpió en la música hace 20 años.

Su caso es, sin duda, uno de los más escalofriantes dado que involucra a un criminal convicto que afortunadamente no se salió con la suya. En 2012, cuando el canadiense tenía 18 años, casi fue víctima de un urdido plan en el que un fan planeaba raptarlo, castrarlo y deshacerse de él en última instancia dado que se sentía ofendido al no recibir respuesta de los correos electrónicos que le enviaba. Dana Martin, que ya cumplía cadena perpetua en prisión por violación y asesinato, reclutó a otro ex recluso con el que coincidió en prisión, Mark Staake, y el sobrino de este último, Tanner Ruane. Los tres planeaban secuestrar y torturar al cantante después de un concierto ofrecido en Nueva York, un plan que finalmente se iba al garete cuando el propio Martin delataba a sus cómplices, que poco después eran detenidos intentando llevar a cabo esta macabra misión. Todo se debió a que, según declaró Martin a la policía, “estaba encaprichado de Bieber y se ofendió al no poder contactar con él”, como se publicó entonces en el New York Post.

La historia de acoso que afectó a Selena Gomez pudo haberle llegado incluso a influenciar a la hora de poner en venta su casa. En 2014, cuando la cantante adquiría una mansión en Calabasas, California, tenía que lidiar con un joven de entonces 20 años llamado Che Cruz que acabó colándose en dicha finca dos veces en una semana. Después de este incidente, el individuo pasó dos días entre rejas para más tarde, al ser libre, volver a intentar colarse en la mansión. Como resultado, un juez lo sentenció a estar 10 años alejado de la cantante y a cumplir un año de tratamiento psicológico. Sea como fuere, la mansión de Gomez fue puesta en venta tan solo un año después, cuando ya había instalado todo tipo de medidas de seguridad.

La artífice de ‘Folklore’ es una de las artistas que más acoso retirado ha experimentado en primera persona, llevando a sus espaldas más de una docena de personas con nombres y apellidos que le han quitado el sueño. El último, Hanks Johnson de 52 años, que en abril de este año fue arrestado después de colarse en el edificio de esta en Nueva York y llamar de forma reiterada a su telefonillo durante seis meses. Peccata minuta si lo comparamos con las supuestas cartas con amenazas que su familia recibió en 2015 por parte de Frank Edward Hoover. Un hombre que prometía “matar a toda su familia porque era el hijo de Dios”. Por suerte era arrestado en 2016 después de perseguir al coche de Swift con su familia desde un concierto al aeropuerto. Como resultado, fue condenado a 10 años de libertad condicional.