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Cuando eres una de las ‘top models’ para célebres de la historia y se acerca la fecha de los Grammys, la misión es deslumbrar en la alfombra roja. Megan Fox nos ha dejado momentos icónicos en cuestiones de moda y lecciones de belleza que, hasta la fecha, seguimos poniendo en práctica. Cada vez que aparece frente a las cámaras, prestamos atención a todos los detalles de su ‘look’. Y, por supuesto, su elección de diseño de uñas es una de esas cosas a las que hacemos ‘zoom’ para inspeccionar de cerca. Sin embargo, en este caso era complicado no fijarse: sus manos deslumbraban bajo los ‘flashes’.
Si bien el ‘glitter’ es una tendencia a la alza en cuestiones de ‘nail art’, y no podemos esconder nuestra debilidad hacia todos los diseños que incluyan ’brilli-brilli’, Megan Fox se ha pasado todos los niveles con su resplandecientes uñas (literalmente). Y es que la modelo acompañó a su pareja, el músico Machine Gun Kelly, luciendo unas uñas plateadas larguísimas y muy, muy, muy lujosas.
¿Por qué hacemos hincapié en que son la clara muestra del lujo? Pues porque su manicura incluía, nada más ni nada menos, que 150 diamantes blancos incrustados en forma de fina cruz y oro blanco de 14 quilates. El diseño está firmado por Brittany Boyce, que necesitó escanearlas en 3D para después crear un molde personalizado que tuviera como resultado estas afiladísimas uñas.
Probablemente se tratara del diseño de uñas más caro de toda la alfombra roja de la gala. Por supuesto, una apuesta de tal calibre necesita de un estilismo a su altura, y la pareja de modelo-músico adaptaron sus ‘looks’ para ir a conjunto: ella, con un vestido ajustado donde los brillos aportaban el toque especial al vestido; él, con un esmoquin extravagante completamente plateado. Wow.
Cristina es redactora de belleza y ‘lifestyle’. Para sorpresa de nadie, adora escribir sobre tendencias, propuestas de maquillaje y todo tipo de consejos de estilismo (especialmente aquellos para chicas bajitas). Nada le inspira más que un buen libro y tomar notas en una libreta ‘cute’. Le apasiona todo lo que tenga que ver con la cultura ‘pop’ y se pasó una importante parte de su adolescencia analizando el ‘street style’ de las famosas y aprendiendo a hacer el ‘eyeliner’ en menos de cinco minutos.
Se trasladó a la capital para estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid, para después adentrarse en el mundo de las marcas con el Máster de Gestión Publicitaria de la Universidad Complutense. Los meses en los que vivió en París los dedicó a impregnarse de ese ‘je ne sais quoi’ de una de las capitales mundiales de la moda.
Comenzó como periodista en la revista El Duende, donde redactaba sobre eventos culturales. Lleva escribiendo desde que tiene uso de razón, y cuando tenía dieciséis años nació su novela ‘Contando estrellas apagadas’. Actualmente cursa el diploma de Marketing y Comunicación de Moda y Lujo, organizado por la revista Elle junto a Mindway y la Universidad Complutense.
