Fue en el coloquio sobre ‘La vida de Adele’ de ‘Versión española’ donde una confesión de la artista Rocío Saiz empujó a muchas mujeres a enviarle mensajes en los que le agradecían sus palabras. Al confesar que el sexo no es ni mucho menos una parte vital de su existencia, algunas personas le comentaron que gracias a haber escuchado ese mensaje en la televisión, se habían dado cuenta de que no sólo no eran asexuales, sino que ante todo, no estaban solas al tener un interés por el sexo muy limitado. “Yo no siento el deseo sexual como la sociedad nos dice que tenemos que sentirlo. He tenido muchos problemas con mis parejas porque al final, el sexocentrismo hace que midas según el sexo que tienes si tu pareja es mejor o peor. Si no tienes relaciones sexuales, no va bien. Se pueden tener muchos tipos de afectos y relaciones. Prefiero estar tranquila con alguien a tener sexo todos los días, porque yo me he visto forzada tener relaciones sexuales porque si no, piensas que no deseas a la otra persona”, señala Rocío.

Así lo cree también María Martínez Murillo, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja. “Se relaciona tener un buen sexo con la cantidad (más orgasmos, más relaciones sexuales, más duración…), y esto es señal de prestigio (la hipersexualización tiende a enfatizar el valor sexual de la persona por encima de otras cualidades). Hemos pasado de una sociedad puritana donde el sexo era un tabú a un mundo completamente opuesto sin que hayamos pasado por un aprendizaje previo”, señala.

Si bien es cierto que el amor romántico lleva tiempo en el punto de mira, lo que ni los debates ni la sociedad se han planteado es si el buen sexo realmente es un elemento esencial para tener una relación amorosa saludable. Cada vez es más habitual aceptar el sexo sin amor, pero… ¿Y el amor sin sexo? La psicóloga y sexóloga Ana Lombardía habla acerca de la importancia que la sociedad actual le ha dado al sexo. “El ser personas atractivas y deseables y tener un determinado tipo de vida sexual -muy activa, variada, innovadora...- son elementos que la cultura en la que vivimos nos exige de algún modo para considerarnos miembros "aptos" o "exitosos". Además, en muchas ocasiones parece que la sociedad en la que vivimos coloca el sexo en el centro de todo, como la faceta más importante de nuestras vidas y alrededor de la cual se orquestan todas las demás. Por supuesto, no todo el mundo lo vive ni lo percibe de este modo; algunas personas son más sensibles a este efecto pero otras, en cambio, viven ajenas a ello y no lo sienten así”, explica.

sexocentrismo
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Qué es el sexocentrismo

Ruth González, psicoterapeuta y sexóloga humanista, comenta que desde que tenemos uso de razón, nos bombardean con el sexo a cada momento. Por si fuera poco, la sociedad sexocentrista tiene una mala relación con el sexo, y por ello, recibimos mensajes erróneos. “Nos enfrentamos a anuncios cargados de contenido sexual, películas sexuales o ropa sexualizada en un mundo en el que está bastante prohibido y perseguido hablar con total naturalidad del sexo. Es como recibir un doble mensaje: uno no sabe si es bueno o malo. Además, las personas normalizan lo que sale en las películas y en los medios de comunicación, como si en el sexo estuviera ya todo guionizado, y sabemos que es muy difícil salirse del guión sin sentir sentimientos como la culpa y la vergüenza”, asegura.

¿Puede una pareja funcionar sin sexo?

Ya hemos abierto el melón. La ‘start up’ Lubets ha llevado a cabo un estudio para determinar cuál es la media semanal de relaciones sexuales en España, que se sitúa en 2,5 veces a la semana. Por su parte, 40db indica que el 42% de las relaciones estables practican sexo como mucho una vez a la semana. El 10%, ni una sola vez al mes.

"Lo que nunca funcionaría dentro de una pareja es el engaño"

¿Le damos demasiada importancia al sexo? ¿Puede una pareja sobrevivir sin él? Ruth González no duda su respuesta. “Claro que sí puede funcionar una pareja sin sexo o sin sexo normativo, lo que socialmente se dice que tienen que hacer. Las parejas funcionan porque ponen límites, negocian contratos y hay sinceridad entre ellas. Lo que nunca funcionaría dentro de una pareja es el engaño, porque una vez que se pierde la confianza, es muy difícil recuperarla”, explica antes de aclarar que cuando la decisión es consensuada, no habrá problema alguno, pues los conflictos llegarán en el caso de uno de los dos asegure que le da igual no practicar sexo y lo busca fuera de la relación sin comentarlo.

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¿Somos sexocéntricos?

“Lo que me suelo encontrar en consulta es que las parejas tienen picos de deseo y rachas en las que están más sexuales y otras rachas en las que lo están mucho menos y normalmente hay una causa detrás. También hay que remarcar que el hecho de que no tener encuentros sexuales con penetración o no practicar sexo oral, por ejemplo, no implica no tener momentos de intimidad que les sirven para conectar entre ellos: un masaje, una sesión de tantra, dormir desnudos haciendo la cucharita…”, explica.

"Hay que descubrir si la forma de vivir la sexualidad de cada partes es compatible con la otra"

María Martínez Murillo también incide en que la sexualidad va mucho más allá de la genitalidad. “Normalmente asociamos el término sexo con penetración, pero en realidad, aunque los genitales están implicados en las relaciones sexuales, no siempre es así. Cada pareja tiene que generar un modelo de relación sexo-afectiva que les funcione y esto no es fácil, porque son dos personas que, generalmente, tienes necesidades y modos de vivir su sexualidad de forma distinta. Se trata de descubrir si la forma de vivir la sexualidad de cada una de las partes puede ser compatible con la otra, porque sino, uno de los dos vivirá frustrado. Muchas veces esta es la demanda en la consulta, una pareja que a nivel individual está contento con su sexualidad, pero no saben cómo encajarlo con “esta” pareja”.

"Una pareja puede funcionar muy bien sin relaciones sexuales genitales, pero no sin sexualidad"

Ana Lombardía lo tiene claro. “Una pareja puede funcionar muy bien sin relaciones sexuales genitales (por supuesto si ambos están satisfechos con ello), pero no sin sexualidad. La sexualidad es algo inherente a las personas y es fundamental para que nos relacionemos entre nosotras”.

¿Soy asexual?

María Martínez Murillo, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja, aclara que ser asexual no es sinónimo de no tener sexo, sino de no sentir atracción por otra persona. “El deseo sexual no está dirigido hacia una persona en concreto, pero los asexuales sí pueden experimentar deseo sexual y excitación. Por tanto, ser asexual no implica vivir sin sexo. Una persona asexual tiene conductas sexuales como la masturbación o el sexo en pareja, pero las razón para tenerla no es porque ve a una persona y se le activa el deseo sexual, sino que tiene sexo por otras razones, como por ejemplo por curiosidad, para vincularse y expresar su afectividad a la otra persona, porque quiere tener hijos…”.

¿Es posible que no te opriman por no importarte el sexo?

Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga, explica que las personas que no viven su vida en torno al sexo no lo hacen únicamente porque no crean en ello de forma racional, sino porque no lo sienten así. “Cuando se vive cualquier ámbito de la vida de una forma no normativa -es decir, saliéndose del modelo imperante-, es probable que sintamos presión por parte del entorno, que recibamos críticas y que nos sintamos un poco "bichos raros". Es importante empoderarnos en nuestra forma de vivir la sexualidad y las relaciones y tener claro que no hay una manera mejor que otra de sentir. Es probable que a veces el entorno nos haga cuestionarnos si nuestra forma es la "correcta", pero lo único importante es que cada una esté contenta con su forma de ser y sentir”, señala.

"Cada vez son más visibles las sexualidades no normativas"

Ruth González, Psicoterapeuta y sexóloga humanista, nos invita a desaprender lo aprendido. “En la sociedad sexocentrista se opina de cómo tiene que ser el sexo heterosexual: la masturbación, “perder la virginidad”, los preliminares y la penetración vaginal están día a día muy presentes, y todo lo que se salga de ahí está mal visto, no es sexo o es de personas con problemas mentales o sexuales. A este tipo de personas que se salen de lo socialmente “bien visto”, decirles que no están solas y que la terapia sexual es muy buena para apoyarle en estos momentos. Además, cada vez son más visibles las sexualidades no normativas y hay también asociaciones en las que pueden encontrar respuestas a lo que les está sucediendo. Y a todas aquellas personas que viven oprimidas, decirles que es importante que encuentren su lugar, que no están solas y que no les pasa nada malo por pensar diferente”, explica.

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Marita Alonso

Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.

Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.

Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.